“¿CAMBIOS? ”

Si buscara palabras para describir lo que ocurre desde la intervención de Guillermo Moreno en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), desde 2007deberia utilizar una frase alegórica como por ejemplo: La mentira es como un virus, ya que tal vez no hay otra forma de explicarlo. Una vez que existe no se limita a una sola rama, invade todas las actividades de la organización. La Argentina es el único país civilizado que conozco en donde el Gobierno ha hecho un intento deliberado, financiado con recursos públicos, para mal informar al público sobre una realidad. Es, fue y será imposible creer que los datos que difunde el Indec sean confiables, y en cuanto hay razón para dudar, dejan de ser estadísticas públicas y pasan a ser una suerte de ideología o propaganda de Estado. Lo que sucede puede describirse también como "un proceso burdo" y falto de metodología, ya que la intervención en el instituto resulto ser una tentativa organizada para disminuir el impacto de las expectativas de los agentes económicos en la tasa de inflación. Además es una tarea casi imposible devolverle hoy credibilidad al Indec, sin tomar medidas radicales como permitir que posea una total autonomía, y valores básicos, como integridad moral y competencia profesional.

Después de más de dos años y medio de intervención, y a poco más de un año del lanzamiento del actual índice de precios al consumidor (IPC), el Gobierno dio a conocer las medidas con las que intentará recuperar la credibilidad del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). La iniciativa, que abre la puerta a una amplia revisión de las cifras y las metodologías del organismo, tendrá como actor preponderante a uno de los actuales directores del Indec, Norberto Itzcovich, hombre vinculado al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y acérrimo defensor de la gestión actual. Las medidas, que se implementarán a través de un decreto, fueron anunciadas por el ministro de Economía, Amado Boudou, luego de una reunión con la presidenta Cristina Kirchner. Las principales novedades son la creación de dos consejos asesores que evaluarán las cifras y las metodologías del organismo, y de un cargo, el de director técnico del Indec, que ejercerá Itzcovich. Boudou comento que con esta iniciativa, se busca seguir trabajando en el fortalecimiento de la institución, y poner fin a la controversia desatada a principios de 2007. La pregunta es ¿Cómo?, con este nuevo disfraz?

El decreto le quita el Indec a la Secretaría de Política Económica para traspasarlo directamente a la órbita del Ministerio de Economía, en los papeles. Claro esta, que hasta ahora era el secretario de Comercio Interior el que controlaba de facto al instituto, y demás esta decir que lo seguirá haciendo. Se crearán, además, dos consejos, el Consejo Académico de Evaluación y Seguimiento, integrado por representantes de tres universidades nacionales; aun no se confirmó cuáles serán, y el Consejo de Observación Económico y Social, integrado por empresarios y representantes de los trabajadores, usuarios de las estadísticas del Indec y consumidores. Todos ejercerán sus cargos ad honorem y deberán cumplir con las leyes de secreto estadístico y ética pública. El Consejo Académico tendrá como "misión prioritaria", según reza el decreto, la evaluación de la metodología de cálculo del IPC desde 1999 hasta la fecha. Deberá elaborar un informe que será elevado al Congreso, y para cuando el informe este listo Néstor Cristina y todos sus secuaces estarán mejor escondidos que Bin Laden. Vale hacer aquí una salvedad, la misión más que prioritaria, será imposible ya que el encargado de suministrar toda la información necesaria al consejo para esa tarea será el mismo Itzcovich. Este señor autor de la frase “Hay Moreno para rato” trabaja en el Indec desde antes de que llegara la Presidenta, con 17 años de trayectoria es el polémico guardián de los precios, y el único funcionario del Indec que ha defendido públicamente la polémica gestión actual en el organismo. Otro personaje no menos importante que seguirá en su puesto es Ana María Edwin, actual directora del organismo, cercana a Moreno y que también obtuvo su cargo luego de la intervención.