marzo 11, 2010

Que la suerte nos acompañe

Desde que Carlos Menem abandonó Anillaco, todo aquello que alguna vez representó el centro político desde donde movió los hilos del poder durante una década, quedo atrás. Hoy 90 kilómetros al sur, se yergue la casa que hace tres años hizo construir en medio del club de golf de La Rioja, a la pista de aterrizaje más famosa le siguen creciendo los yuyos entre las grietas, a sólo unos cuantos metros de ahí, la hostería de las fiestas políticas hoy se requiebra del abandono, la bodega que llevó su apellido desapareció la compró el empresario Carlos Spadone, que sigue agigantando los viñedos San Huberto, y a menos de dos cuadras, La Rosadita, totalmente cerrada todavía está en venta. En su nueva casa, ahora prepara la estrategia para intentar reconstruir algo de aquel imperio que alguna vez ostentó y del que hoy quedan ruinas. La Rioja fue su vida, pero él ahora está en otros temas, su candidatura a gobernador, en 2007, fue sólo un acto de resistencia, solo un emblema contra el kirchnerismo. Al ex presidente le responde sólo un diputado de los 36 que integran la Legislatura. Solo y sin apoyo, en La Rioja justifican con una frase cruel ese cambio de lealtades, "Acá, el que maneja el Estado maneja el poder". Y Menem ya no está entre los privilegiados. Muchos dicen haberle perdido el respeto, "La gente ya no lo vota". Anillaco es el símbolo de aquello que Menem dejó de ser.

En 2007 perdió en su pueblo natal. Carlos Menem hizo aparecer Anillaco en el mapa y mucha gente ha sido malagradecida con el ex presidente. El turismo es el ejemplo palpable, hace años que no para de crecer, la gente solo para en el pueblo para ver lo que quedó del imperio, lo que está en pie de aquel poder que ya no existe. El tour comienza al costado de la ruta, antes de entrar, ante la obra más emblemática, la pista de Anillaco. La reja tiene un candado, pero no hay vigilancia, y los alambrados están rotos. El asfalto es una avenida en medio del desierto, instalaciones eléctricas abandonadas, las luces fueron arrancadas como recuerdos, y el pasto se apoderó de las grietas. La hostería Los Amigos, que es un complejo de 28 habitaciones, con suite presidencial y un salón para 200 personas, hoy todo está abierto y lleno de telarañas. Se puede pasear por lo que queda del hogar a leña, de la pileta, de la recepción. A 5 kilómetros del pueblo, esta el tambo donde se hacía el yogur La Cecilia, en honor a Cecilia Bolocco, la última esposa del senador. Quedan dos máquinas abandonadas, y basura. La Rosadita, que ya hace un año que está en venta, Zulemita pide 800.000 dólares. Los turistas se trepan a los paredones para sacar fotos. Encerrado en su casa, Menem sólo viaja de tanto en tanto al centro de La Rioja para tomar café en dos confiterías. Lo acompañan sus custodios y algún amigo ocasional. Algunos lo ven y lo saludan. Dicen que sólo "por cariño". Y la pregunta sería ¿Cuál será la suerte del matrimonio presidencial si sigue por esta senda?, veremos lo mismo que se vive en Anillaco pero en El Calafate.

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