septiembre 06, 2010

La famosa flotación administrada

El problema de la toma de estas decisiones está en que trasmiten un mensaje peligroso, y es que al Gobierno no le preocupa la inflación, con ellas el directorio del BCRA aumenta las expectativas de inflación porque garantiza que habrá más dinero en circulación. La decisión que anunció Marcó del Pont revela lo que pasa cuando se le pide al Banco Central que se ocupe de todo, menos de lo que se tiene que ocupar, que es cuidar el valor de la moneda. Palabras más, palabras menos, el Banco Central decidió blanquear que este año podría emitir $20.000 millones más de lo que tenía previsto. Con este significativo cambio, están convalidando la inflación, la circulación de dinero y los agregados monetarios se expandieron no sólo acompañando el crecimiento del PBI sino también el de la inflación. Sin embargo, la evolución del PBI es lo menos relevante en esta ecuación, porque en el primer semestre del año, el Central emitió pesos para comprar dólares, mientras que en la segunda mitad deberá imprimir billetes para transferirle al Tesoro las ganancias que obtuvo en el 2009. Entonces luego de algunas jornadas de respiro por la reacción cautelosa del escenario financiero global, el Banco Central (BCRA) debió volver a calzarse el over-all y salir a comprar dólares para evitar agregar más presión sobre la ya menguada competitividad del peso. Para cumplir con ese objetivo mantuvo estable el tipo de cambio, y finalmente se alzó con unos US$150 millones.

Corroborando que en el escenario actual usualmente se le hace imposible matar dos pájaros de un tiro, inyectó en el mercado de una sola vez poco más de $580 millones, y por esta vía ya llevaba emitidos en los últimos 15 días $910 millones, con lo que se complicó en su otro objetivo de cumplir con las metas previstas en el programa monetario 2010, según el compromiso público que había tomado al asumir su actual presidenta, Mercedes Marcó del Pont. Contrariamente a lo que ocurre el balance le sigue dando a favor, ya que el Central había retirado del mercado unos $2300 millones mediante la colocación de títulos de deuda en una subasta récord en la que vendió letras por un total de $3500 millones, que no hizo más que reflejar la elevada liquidez. Sin embargo, en el propio BCRA saben que el actual cuadro de desborde monetario puede y va a agravarse, dado que se han intensificado los pedidos a bancos y agentes cambiarios para que eviten pasarse a la ventanilla de vendedores, lo que lo obligaría a intensificar las compras y, paralelamente, a la emisión de pesos. Hay que tener presente que a la emisión monetaria resultante de la compra de divisas se agregó en esta segunda parte del año la emisión por los $3000 millones que mes a mes el BCRA le girará al Tesoro para financiarlo. En definitiva, son pesos que van al mercado por otra vía. Hasta el momento, el Banco contaba con el Gobierno como aliado a la hora de absorber los pesos excedentes en la economía, a través del ahora menguado superávit primario.

Parte de esos recursos servían para hacer cancelaciones de deuda, ya que el Tesoro compraba los dólares con pesos. Pero como este año, para pagar la deuda, el Gobierno tomó los dólares directamente del BCRA, lo que era una vía de contracción monetaria devino en otra de expansión y eso dio lugar a un modelo que alienta cada vez más nuevos estímulos inflacionarios. La clave pasará entonces, por la fuga de capitales. Pero en el Banco Central no creen que la fuga de capitales vaya a acentuarse en la segunda mitad del año. Por el contrario, prevén que se desacelere, tal como ocurrió en los últimos dos meses. Pese a eso, planean emitir $20.000 millones más, convencidos de que eso no generará inflación. Hace tiempo que la política monetaria no tiene la meta de frenar la inflación, los agregados monetarios están creciendo tanto como la inflación, en la autoridad monetaria no quisieron asumir el costo que implicaba cumplir con las metas, es decir no se animaron a subir los encajes o a aumentar el nivel de las tasas de interés de las Lebac o Nobac para sacar más pesos de circulación. En lugar de eso, en el Central aseguraron que prefirieron sincerarse y modificar las metas del Programa Monetario. La única vez que se modificó el Programa Monetario fue en el primer año de la gestión, de Alfonso Prat Gay pero claro, en aquel entonces el nivel de inflación que tenían era bajísimo, por eso aumentaron la emisión.

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