noviembre 08, 2010

Jubilaciones

La decisión es hacer algo, pero todavía se está evaluando el cuánto y el cuándo. Hoy no hay nada. El director ejecutivo de la Anses, Diego Bossio, es el encargado de ese análisis. El gobierno de Cristina Kirchner comenzó a buscar una salida para disimular aquella derrota parlamentaria y el desgaste político por el veto a la ley que impuso la oposición, para aumentar el 82% móvil a todas las jubilaciones, por lo cual analiza otorgar por decreto, antes de fin de año, un incremento significativo en las jubilaciones mínimas y para las escalas bajas y medias de los haberes de los pasivos. La idea es evitar mejoras a los que ganan haberes altísimos, lo que genera el mayor impacto fiscal. Esa franja le generó a la Anses una deuda aún impaga de 13.000 sentencias firmes por 3000 millones de pesos y un flujo de 2500 juicios por mes, que ya suman 400.000 causas. La suba que analiza ahora el Gobierno se pagaría antes de fin de año, por fuera de la suma fija y rondaría los 450 o 500 pesos en diciembre de 2010. El Gobierno buscaría anunciar un aumento significativo para escalas bajas, que pueda disimular la decisión de la Presidenta de haber vetado la ley del 82% móvil impulsada por la oposición en el Congreso, y que se aplicaba a las jubilaciones mínimas y a las restantes, que no se habían actualizado tal como lo ordenó la Corte Suprema.

No se hará mención al 82%, pero podría acercarse a ese número, aunque nunca para las escalas mayores. Otra certeza es que ese aumento se implementaría por afuera de la ley de movilidad jubilatoria, que estipula dos aumentos por año, que el Gobierno otorgó en 2010 (9,6% en marzo último y 16,9% en septiembre). Si fuera dentro de la movilidad, no tendría impacto y la idea es capitalizarlo, el impacto al máximo. El gran dilema en Balcarce 50, tras el veto y luego la muerte de Néstor Kirchner, consiste en retomar la iniciativa en el discurso de la redistribución del ingreso y defender las 18 subas a los pasivos. Se estudia una salida para revertir ese efecto negativo y transformarlo en un gesto magnánimo, de la presidenta luego del fallecimiento de su marido, que por otra parte fue el ideólogo de esta iniciativa. Populismo puro, barato y en su mejor expresión. Hay recursos para hacer una diferencia importante, según los números de la Anses. Según avanza el calendario y se acercan las elecciones presidenciales de 2011, el Gobierno quiere retomar una agenda que lo reconcilie también con la clase media, otra idea de las impracticables que solía tener el difunto ex presidente.

También se buscarán mejoras en la asignación universal por hijo (AUH), las asignaciones familiares, el reparto de computadoras portátiles y los planes sociales. La otra pata de la estrategia para maquillar el revés en el Congreso es la política. El ex presidente Néstor Kirchner, intentaba exhibir un perfil moderado, se había reconciliado con el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y quería bajar la tensión con los intendentes. Por otro lado, la presidenta Cristina Kirchner aprovechó el escenario de River Plate, en el acto de la CGT, de Hugo Moyano, para mostrarse más popular que nunca. Pero el mismo Moyano le reclamó ante 70.000 personas que hiciera un esfuerzo para mejorar las jubilaciones. Moyano lo pidió, pero antes lo acordó en Olivos con Kichner. De todos modos, el jefe de la CGT condenó el 82% móvil, lo calificó como un engaño de la oposición, y defendió el veto presidencial, seguramente a otro gobierno le habría parado el país. La Casa Rosada, en cambio, no ayudará activamente el proyecto de Moyano el que intenta obligar a repartir ganancias entre trabajadores, lo que harán será habilitar el debate en el Congreso para ver cómo se alinean los diversos bloques. Sólo avanzará si tiene consenso en forma espontánea, y no será forzado. Y en todo caso quedará para el año próximo.

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