Las autoridades dijeron que la decisión había sido autorizada por el presidente Chávez desde el hospital militar donde convalecía desde su regreso de Cuba lo que resulta poco probable. En Venezuela rige un control cambiario desde 2003, creado para detener una elevada fuga de capitales que se precipitó por una crisis económica tras una huelga petrolera que intentaba sacar a Chávez del poder. Es lógico entender que la devaluación favorecerá las finanzas de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), fuente de 9 de cada 10 dólares que ingresan al país, al multiplicar la cantidad de bolívares que recibe por sus exportaciones. Aunque la medida pondría presión sobre la inflación, al encarecer las importaciones en una economía donde la mayoría de insumos y bienes se compran al exterior. A todo esto se suma que el Banco Central había revelado que la inflación de enero se aceleró a 3,3 por ciento con lo que la tasa en los últimos 12 meses fue del 22,2 por ciento, lejos de la meta para este ejercicio, de entre 14 y 16 por ciento. No obstante, el ajuste cambiario podría mejorar el flujo de las divisas para importaciones, que venían cayendo desde finales de 2012 produciendo brotes de desabastecimiento en algunos alimentos de alto consumo y bienes, además del encarecimiento del dólar informal. Este anuncio le generará una caja adicional al Gobierno equivalente a 3 ó 4 puntos del PIB, asimismo se elimina además el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), un organismo que permitía a importadores y personas naturales obtener dólares a una tasa superior a la controlada con la compraventa de papeles públicos (5,3 bolívares por dólar).
Sin embargo, parece que el mecanismo que escogieron para devaluar, prescindiendo del SITME, sistema secundario de administración de divisas establecido en el 2010, terminará por ser negativo para el sector privado, que no tiene otra alternativa en el corto plazo para acceder a dólares. No tiene mucho sentido en el tiempo mantener un sistema que busca el endeudamiento del país y ya cumplió las expectativas. En los últimos tiempos estaba imperfecto, dijo Nelson Merentes, presidente del Banco Central, al explicar por qué fue adoptada la decisión sobre el SITME. Minutos antes del anuncio, el vicepresidente Nicolás Maduro dijo que el mandatario le había pedido a sus ministros un mayor esfuerzo a nivel económico. Tenemos que aprender a hacer mucho con poco, más con menos. Voltear la cultura rentista petrolera en donde históricamente, porque hay petróleo, nos acostumbramos a hacer poco con mucho, dijo Maduro. Pero Venezuela y su próximo Presidente deberán entender la posibilidad que tienen entre manos de abrirse al mundo definitivamente, no de cambiar el sino de aumentar sus socios comerciales sencillamente porque están sentados sobre la reserva petrolífera más grande de Latinoamérica, la Cuenca del Orinoco le pertenece a un pueblo que merece mucho más de lo que tiene luego de largos años de hambre corrupción y mentiras.
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