"Lo hacemos porque casi no los necesitamos y eso permite no aceptar condicionalidades", dijo ante el atildado chileno Nicolás Eyzaguirre, que ahora cumple las funciones que el indio Anoop Sing desempeñaba en épocas de alto conflicto entre ambas partes.
Argumento verdaderamente extraño si los hay el que utilizó Amado Boudou al oficializar la intención del Gobierno de buscar una "relación madura" con el FMI. Si con estas palabras buscamos comenzar una relación seria con el FMI, mejor busquemos por otro lado, ya que nada hay de serio en esta argumentación. Es más yo diría que es descuidada e inclusive podría verse como agresiva y soberbia. La Argentina no necesitó de la asistencia del FMI en 2007, ni tampoco en 2008, y de hecho mantuvo virtualmente cortada la relación institucional y financiera con el organismo. ¿Qué cambió ahora para justificar el giro del Gobierno después de años de haber demonizado al Fondo? La respuesta debe ser planteada en términos más pragmáticos que ideológicos. En 2009, después de seis años, el kirchnerismo perdió el superávit fiscal primario que exhibía como uno de los pilares del "modelo", ya que el gasto público crece a un ritmo que triplica el de los ingresos tributarios.
El actual financiamiento intraestatal con aportes de la Anses, el BCRA y el Banco Nación le permitiría alejar el fantasma del default este año y probablemente en 2010. Pero Boudou al igual que cualquier ciudadano común sabe que, sin refinanciar o colocar deuda en el mercado voluntario, le será mucho más difícil manejar la economía, como quiere el matrimonio Kirchner. La llave para reabrirlo sigue en manos del Fondo, ya que nadie le tiene confianza a la Argentina después del default de 2001 y el canje forzoso de deuda de 2005. Mucho menos con la imprevisibilidad posterior de su política económica. El ministro dejó traslucir que el acceso al mercado internacional de crédito serviría para financiar obras de infraestructura a largo plazo. En otras palabras, reduciría la necesidad de generar superávits que hoy ya no está en condiciones de lograr, con mayoría de las provincias en rojo y después de haber confiscado los ahorros de la jubilación privada. A partir de este esquema teórico, el anuncio significa apenas pedir el formulario para que el FMI vuelva a mirar los números de la Argentina según el famoso artículo IV. Sin embargo, completar los requisitos formales no será una tarea sencilla. Para empezar, está sin resolver la falta de credibilidad de las estadísticas del Indec. Luego, el oscurantismo fiscal, con su maraña de gastos discrecionales y subsidios cruzados. También la ausencia de un programa económico que deje en claro los roles del Estado sobre el sector privado para recuperar la inversión y retomar el crecimiento.
La asistencia financiera del Fondo está al final del camino, y su comienzo sería regularizar el Indec, la situación de los holdouts y refinanciar la deuda con el Club de París, mientras se trata de remediar los daños internos. La hipótesis de mínima es reanudar la relación institucional. La de máxima obtener del mercado la mitad de lo que se le pagó cash al FMI en 2006, cuando Néstor Kirchner creía que la bonanza económica era interminable. Todos contentos, así podría resumirse la sensación de los funcionarios del Gobierno y del Fondo Monetario Internacional (FMI) tras las reuniones mantenidas para comenzar a tejer un sendero de diálogo hacia un eventual apoyo con bajas condicionalidades. Después de la reunión con el director para el Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre, Boudou se dirigió a inaugurar las jornadas supermercadistas en el complejo Costa Salguero. Y e aquí otra vez la soberbia del verdadero ministro, en sus palabras Amado Boudou señaló que el organismo "debe acercarse a las necesidades de los países emergentes" y agregó que en el ámbito del diálogo "hay mucho para avanzar". Además, subrayó que la Argentina "debe ser escuchada" por el Fondo. Estas fueron las palabras que Néstor Kirchner puso en boca de Boudou que realizo un gran esfuerzo para hacerlas propias, pero a estas alturas a nadie puede escapársele a quien pertenecen.
2 comentarios:
Pero...el FMI no se quedó callado, le respondió al Señorito Boudou, en el mismo tenor en el que él hizo sus declaraciones...haciéndole saber que el FMI no está para "acuerdos light"...estuvieron bien, no?
Saludos!
SI...Y NO, PORQUE SEA COMO FUERE, EL FONDO NO AUDITARA LAS CUENTAS ARGENTINAS COMO INDICA EL FAMOSO ARTICULO IV Y AUN ASI OTORGARA UNA LINEA DE LOS NUEVOS CREDITOS BLANDOS.
ESCRIBEN CON LA MANO Y BORRAN CON EL CODO.
SALUDOS
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