marzo 26, 2010

El presupuesto 2010

La revelación de la presidenta Cristina Kirchner, a quien le gusta repetir el latiguillo de que existen dos países, uno el que pintan los medios de comunicación, donde todo está mal, y el real, donde todo está muy bien, pero parece que en este, el presupuesto que ella misma envió como proyecto y fue aprobado en el Congreso no encaja. Es decir, el presupuesto 2010 que aprobó el Congreso ya pertenece al pasado, puesto que los gastos serán mucho mayores y la brecha entre el texto y la realidad es de nada menos que $55.000 millones. En lugar de los $621,5 millones de superávit que el texto calcula, habrá unos 54.380 millones de déficit. La causa de semejante descalce es que al Gobierno se le olvido incluir una enorme cantidad de gastos. Los gastos que no se presupuestaron adecuadamente son varios. El pago de la asignación universal por hijo, no figura en el presupuesto, el aumento de las asignaciones familiares, que tampoco se consideró, el monto asignado a contener las tarifas públicas y el precio de los alimentos es tan bajo que para cumplirlo se deberían permitir incrementos que generarán protestas como las que hicieron retroceder al Gobierno en 2009, los salarios del sector público nacional no tienen previstos incrementos en la norma, muchas partidas tienen montos muy bajos, pero el Gobierno ya comenzó a incrementarlas notablemente. Entonces la solución que imaginó la Sra. Presidente fue sencilla, tomar las reservas del Banco Central, que, como ella misma ha confesado, no son para pagar la deuda, sino para cubrir un déficit fiscal que amenaza con descontrolarse. Cristina y Néstor Kirchner no quieren reabrir la discusión presupuestaria en el Congreso, sino conseguir los recursos adicionales y repartirlos discrecionalmente utilizando los superpoderes. La Presidenta en 2009 creó la asignación universal por hijo utilizando un decreto de necesidad y urgencia, el proyecto de presupuesto 2010 estaba todavía en tratamiento en el Congreso, pero no se envió una iniciativa para modificarlo, rehuyendo los trámites habituales en una república.

El presupuesto 2010 fue sancionado con partidas insuficientes para hacer frente a los nuevos y mayores gastos sociales. En el presupuesto 2009 también se "dibujó" un superávit ficticio al hacer figurar que no habría subas salariales al sector público. Cuando se otorgaron los incrementos y la recaudación resultó insuficiente, el Gobierno echó mano a los recursos del FMI, a la Anses a descapitalizar los bancos públicos, básicamente el Central, para hacerse de recursos. También se pasaron para enero gastos del ejercicio anterior, y con todo, hubo déficit financiero. Este año ocurriría algo parecido, pero ya no están los $10.000 millones que se obtuvieron cuando se exigió al Banco Central que monetizara el aporte de Derechos Especiales de Giro que hizo el FMI. Por eso se recurre a las reservas. Uno de los aspectos más controvertidos es el de los subsidios para contener las tarifas de los servicios públicos, en 2009 rondaron los $37.000 millones, y para 2010 se presupuestaron sólo $32.132 millones, lo que sería imposible de sostener si se quieren evitar las protestas por los aumentos en las tarifas de gas y electricidad, y ante las cuales el Gobierno retrocedió. Además, la baja de los precios internacionales y la recesión hicieron en 2009 que, se registrara el menor aumento interanual en el gasto en subsidios, algo que este año no podría repetirse. En el mejor de los casos, sólo en este punto habría una brecha entre el presupuesto y la realidad de no menos de $50.000 millones. Pero la situación es peor, puesto que por inflación y aumento de precios internacionales, las sumas para mantener las tarifas congeladas o con aumentos pequeños harían que el gasto total trepe a los 45.000 millones, con lo cual la brecha sólo en este rubro sería de casi $13.000 millones.

Algunas partidas parecen haber sido colocadas deliberadamente bajas en una operación de engaño, que luego se completa con la apropiación de recursos con superpoderes. Por ejemplo, la decisión administrativa 84 arrojó un poco de luz sobre esta clase de maniobras e hizo pensar que se extenderán a lo largo del año. Las partidas de remodelación de la Casa Rosada y equipamiento de la quinta de Olivos tenían asignados $100.000 y $50.000, respectivamente. Pero en uso de superpoderes, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, decidió que en lugar de $150.000, en ambos conceptos se gastarían en cambio $12,8 millones. Un aumento de nada menos que el 8433%. Lo hizo con reasignación de recursos, pero restando partidas que iban a parar a subsidios, como los que se usan para contener las tarifas y otros precios. Parece claro para qué cosas quieren más recursos los Kirchner, no hay que ser muy lúcido, para lo cual procuran apropiarse de las reservas sin tener que dar explicaciones de cómo modificarán el presupuesto.

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