marzo 31, 2010

Lo quisieron todo, ¿podrán tenerlo?

Existe un dicho del saber popular, que reza más o menos así: “el que mucho abarca poco aprieta”. Ahora, y así como de repente el fondo que creó el Gobierno para el uso de las reservas se encuentra con trabas, pero ya no en la Justicia o en el Congreso, sino en el propio Banco Central (BCRA). Por el artículo 20° de la Carta, no pueden pedir plata en concepto de adelantos transitorios para pagar una deuda para la cual ya tienen los fondos. El debate se está dando en la entidad sobre la posibilidad de que, por usar las reservas para el pago de deuda, el Tesoro quede inhabilitado para demandar unos US$ 4300 millones (casi el mismo monto que el Fondo de Desendeudamiento) que esperaba recibir este año en concepto de adelantos transitorios, y será difícil que encuentren un artilugio legal para poder sortear este obstáculo, salvo que directamente decidan cambiar la Carta Orgánica del BCRA. De acuerdo con el artículo 20°, en un año el Tesoro puede recibir adelantos transitorios de la autoridad monetaria por el equivalente del 12% de la base monetaria, así se denomina a la sumatoria del dinero que está en circulación y en las cuentas corrientes que los bancos tienen en el BCRA, más el 10% de la recaudación de impuestos. Entre ambos conceptos el Tesoro iba a poder hacerse en 2010 de adelantos por unos $ 47.000 millones, $ 16.000 por el 12% de la base monetaria y $ 31.000 por el 10% de la recaudación. El problema reside en que, según la Carta Orgánica del BCRA, el dinero que corresponde al 10% de la recaudación sólo puede ser destinado al pago de deuda con organismos multilaterales de crédito o de vencimientos en moneda extranjera, y como los dos fondos creados por el Gobierno a través de los decretos 298 y 297 tienen el mismo fin, el Tesoro ya no tendría justificativo legal para demandarle al BCRA los adelantos transitorios que surgen bajo este concepto.

Utilizado el dinero de los dos fondos, al Gobierno sólo le restaría pagar en lo que va del año deuda en moneda extranjera por el equivalente a unos $ 14.000 millones. Por lo que de los $ 31.000 millones que podría recibir en concepto de adelantos por la recaudación tributaria podría tener que resignar al menos $ 17.000 ($ 31.000 menos $ 14.000). La cifra representa unos US$ 4300 millones, esto es, poco menos que los US$ 4382 millones del Fondo de Desendeudamiento. Considerando que una parte de los adelantos es exclusiva para el pago de deuda, todo el lío del Fondo podría haberse evitado. Por otro lado, según consta en los registros del BCRA, como de los $ 17.000 millones el Tesoro ya habría recibido unos $ 8900 millones, éstos deberían ser devueltos al Central en los próximos 12 meses. Según la ley, el Gobierno no podría tener afectada una porción de los adelantos transitorios si no tuviera una necesidad concreta que atender. En la práctica, los adelantos están al límite, se van renovando a medida que vencen y se dan por plazos de hasta 12 meses. Lo que va a pasar ahora es que no van a poder renovar los adelantos que tomaron, porque no van a tener deuda en moneda extranjera para justificar su uso. Mientras que los otros adelantos que todavía no usaron no deberían poder tomarlos, porque tendrían que especificar una necesidad. El DNU 298/10 que creó el Fondo de Desendeudamiento por US$ 4382 millones establece que el dinero se destinará a la cancelación de los servicios de la deuda con tenedores privados correspondientes al ejercicio fiscal 2010, y hace una descripción detallada de los vencimientos contemplados, US$ 531 millones de préstamos garantizados, US$ 2592 de Boden, US$ 759 de descuento y par, y US$ 500 de Bonar. Más aún, estipula que para asegurar la transparencia en la instrumentación de los pagos a realizar, se creará en el Congreso una "Comisión Bicameral a los fines de la verificación de dichos desembolsos". De la misma manera, el decreto 297 dispone la creación de un fondo por $ 2187 millones para la cancelación de la totalidad de los vencimientos de capital e intereses con organismos internacionales correspondientes al presente ejercicio fiscal. Un verdadero embrollo.

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