El Congreso parecía haber salido de la parálisis en que estaba sumergido y hasta quiso mostrarle los dientes al Gobierno. Pero aun cuando resulte extraño, los actores de este primer hecho son opuestos, por un lado, la oposición que buscó superar el estigma de inoperancia que venía acarreando y por la otra parte, en el oficialismo se vieron las primeras señales del desgaste que sufre el kirchnerismo. Adriana Bortolozzi habilitó el quórum y cristalizó, así, un clima de fuerte malestar que se vive en las filas del bloque oficialista, y sin consulta previa con su bancada, Bortolozzi fue al recinto y expresó tajante, "Estoy sola, tengo miedo, pero me voy a quedar todos los miércoles". Y hoy ese clima se traslada al interior del país, tan fuerte es el hartazgo social que días atrás el senador neuquino Horacio Lores fue abucheado en un acto partidario por no concurrir a las sesiones. Al parecer, la esposa del vicegobernador Floro Bogado no es la única que tiene miedo. Hubo por lo menos siete senadores alineados al Gobierno que desfilaron por el despacho del presidente provisional del Senado, José Pampuro, con el mismo reclamo, la necesidad de mostrar un Congreso activo porque el malhumor de la gente en sus distritos caló profundo. No hay respuestas claras aún. Hay hechos, el gesto de Bortolozzi no es aislado los peronistas Marcelo Guinle y Luis Viana votaron con la oposición por la coparticipación del impuesto al cheque. En Diputados, la oposición logró salir de la parálisis por otro camino. Unos 140 diputados se pusieron de acuerdo para rechazar el decreto de uso de reservas del Banco Central. La oposición mostró una aceitada coordinación para frenar al Gobierno. De hecho Patricia Bullrich, junto con los referentes del PJ disidente, la UCR, Pro y la Coalición Cívica trabaja en una estrategia parlamentaria común para mostrar un bloque antikirchnerista uniforme y que no dependa de los vaivenes de la izquierda a la hora de reunir quórum.
Pero este acuerdo dependerá de que no se antepongan intereses electorales y personales. Pocas horas después de que la oposición en el Senado lograra dar media sanción a la reforma del impuesto al cheque, el Gobierno insistió con los argumentos que el oficialismo había expuesto en el recinto. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, tildó de "inválido" el avance de la oposición por la cantidad de votos que logró a favor de la iniciativa. Ocurre que la media sanción se logró por 35 a 33 votos. Para el kirchnerismo, ese número es insuficiente porque, por ser una reforma impositiva se requería el aval de la mitad más uno de los miembros del cuerpo, es decir, 37. La oposición rechazó esa interpretación. El ministro del interior Florencio Randazzo, reforzó la postura oficial, y agrego, quedó claro que no tienen la mayoría que necesitan. "Pretenden inventar un reglamento a su medida". Respecto del vicepresidente, Julio Cobos Randazzo dijo, "Sigue violando sistemáticamente la Constitución y burlándose del voto del popular, es el vicepresidente y no el jefe de la oposición". "Usurpa los beneficios del cargo de vicepresidente incumpliendo el rol en el Senado que le asigna la Constitución". A todo esto, la Presidenta ya había anunciado el veto, de darse la sanción de esta modificación. Lo cierto es que el Gobierno se está apropiando de recursos de las provincias, y la Constitución es clara respecto de lo establecido para que el dienro del impuesto al cheque se distribuya objetivamente entre ellas. El uso político del reparto de fondos coparticipables, hace una Nación rica con provincias pobres y solo sirve para aumentar los índices de pobreza. La senadora kirchnerista Adriana Bortolozzi (Formosa) que dio quórum pese a la presión de su bloque fue la estrella de aquella noche, aun así su actitud no puede tomarse como ejemplo de compromiso cívico. Soportó las presiones públicas a la vista de todos, si, pero no hay que olvidar su principal motivación, el miedo a sus coterráneos.
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