junio 18, 2010

Los fondos de la provincia de Santa Cruz

La privatización de la ex petrolera estatal YPF se logró gracias al apoyo que el gobernador Kirchner brindó a la decisión del entonces presidente Carlos Menem, traducido en el voto de sus legisladores nacionales. Aquel respaldo lo reconoció Menem años después al afirmar, que el ex presidente y su mujer fueron los más entusiastas en privatizar YPF. "Nos ayudaron a impulsar la privatización". Pero el apoyo no fue gratuito. A cambio, el gobierno nacional pagó a Santa Cruz una presunta deuda de U$S480 millones por regalías petrolíferas mal liquidadas, y que en 1993 supuestamente ascendieron a U$S630 millones. El ex diputado nacional santacruceño Rafael Flores, eleva la cifra a mil millones en 1999 en virtud de inversiones con acciones que realizó Kirchner desde el cobro de las regalías. Así fue que el ex vicegobernador de Santa Cruz, Eduardo Arnold, se despachó contra el matrimonio presidencial y sin vueltas dijo que su ex compañero, Néstor Kirchner, debería ir preso por los fondos de su provincia. No tengo ninguna duda, si no está preso todavía, va a estar. Salvo que yo esté equivocado y tenga guardado en algún cajón de la mesa de luz todos los comprobantes, bromeó. Arnold agrego que lo dicho por Kirchner son solo mentiras refiriéndose por ejemplo a que estaban a resguardo de la Reserva Federal de Estados Unidos cuando que la Reserva no recibió depósitos.
El santacruceño, contó que parte de los fondos se hicieron con la compra de acciones de YPF a 19 pesos y luego fueron vendidas a 45. Para terminar pidió que así como se le pidió el título a la actual Presidenta y nunca lo mostró, Kirchner tendrá que mostrar los comprobantes de las operaciones, y que hizo con ese dinero.
Pero todo es sospechoso, todo lo que hace este gobierno es sospechoso. El que Ricardo Jaime, ex secretario de Transporte, no esté detrás de los barrotes, es el ejemplo más grafico de cómo se maneja la corrupción en nuestro país. 17 años han pasado ya, y el destino que corrieron los millones de dólares de la provincia de Santa Cruz, sigue siendo una incógnita que abarca desde la cifra real hasta el monto actual en poder del distrito, si es que ese monto existe.

Esta duda la alimentaron los propios funcionarios santacruceños y el matrimonio presidencial. No hubo rendiciones de cuentas, por lo que hoy es muy difícil seguirles el curso a esos fondos que Kirchner depositó en el exterior y que se habrían repatriado en parte cuando ya ejercía la presidencia de la Nación. Hubo depósitos de los fondos en Luxemburgo y en las cuentas del banco Crédit Suisse. Pero nada se pudo saber sobre comisiones y honorarios pagados. En efecto, es normal que quien deposita semejantes sumas de dinero suele cobrar una comisión especial. ¿La cobró Kirchner? ¿Qué intereses devengaron esos fondos? ¿Cómo saberlo, si ignoramos a cuánto ascendían los fondos? En aquel momento, Kirchner anunció que habían regresado todos los fondos existentes, dato que la oposición radical de Santa Cruz negó alegando que sólo había regresado una porción. Más tarde, el gobernador Daniel Peralta, hombre de confianza de Kirchner, negó el retorno del dinero. Luego, se dijo que otra parte del dinero habría regresado. Mientras tanto, una investigación del manejo realizado por Kirchner fue tan sospechosa como velozmente cerrada por el juez de Río Gallegos, Santiago Lozada, un kirchnerista de la primera hora. Por último, el ministro de Economía de la provincia, Diego Robles, sostuvo que, el año pasado, Santa Cruz tuvo una situación de ahogo financiero y hubo que apelar a la totalidad de esos fondos. Por lo tanto, los fondos sean cuales fueren habían desaparecido. Pero al día siguiente reaparecieron en boca del ministro, quien aseguró que la provincia aún conservaba 230millones de dólares. Es inconcebible que todavía se hable del misterio de casi U$S1000 millones estatales. La falta de una minuciosa rendición de cuentas, el apurado cierre de la investigación a Kirchner, el manejo personal y arbitrario realizado por el ex presidente de esa fortuna, las contradicciones sobre el retorno o no retorno de la suma, y la confusión de un ministro que en 24 horas recupera U$S230 millones que el día anterior, según él, no existían, constituyen más que una burla a un pueblo argentino. Esconden una verdad vergonzosa el empleo indebido de los fondos o, peor aún directamente, su apropiación.

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