agosto 24, 2010

El oficialismo y la oposición

La oposición aunque todavía no muy bien organizada ha venido preparando una ofensiva a gran escala en el Congreso. Su intención es la de apurar en particular a una serie de dictámenes para doblarle la apuesta al Gobierno y demostrar que no cederá la iniciativa política en su hoy único bastión, que es el Parlamento, ahí donde el oficialismo se empecina en quitarle las ganas de cualquier iniciativa. Esta es, la única forma que encuentra el oficialismo para contrarrestar su falta de mayorías, en ambas cámaras. En definitiva, la oposición maneja la agenda parlamentaria, y está claro que hoy domina buena parte de la escena política. Si bien es cierto, que la oposición se hizo fuerte en el Congreso, y hasta tiene mayoría en todas las comisiones existentes, el Gobierno con mucho mérito propio es quien maneja los resortes estratégicos y los recursos de la administración, y con ellos ha procurado neutralizar cada ofensiva opositora, pero nada dura para siempre. Por ejemplo, en los últimos tres meses el gobierno anunció un programa de desendeudamiento de las provincias por medio del fondo de Aportes del Tesoro Nacional los famosos ATN, la suba del 20% del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias y, el último, un aumento del 16,9% en las jubilaciones. Y por ahora la oposición como todos sabemos lleva ganadas las dos primeras batallas, la primera respecto de la reforma del Instituto Nacional de Estadística y Censos y la segunda, respecto del 82% en las jubilaciones, en ambas ya obtuvo media sanción en diputados. El Gobierno se ve, y se verá forzado a adoptar medidas considerando que la oposición, en el Congreso, se encamina a la aprobación de una serie de iniciativas como las mencionadas. Pero la pelea no termina ahí muy por el contrario, los opositores, que aseguran que esos anuncios presidenciales se quedan como siempre a mitad de camino, van por más e insistirán temas como un nuevo esquema de reparto de los ATN, que incluya también a las provincias no endeudadas, que el Gobierno excluyó de su programa. Asimismo, insistió en una mayor suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias.

Todos estos temas se discutieron en la Comisión de Presupuesto, luego de que la oposición obligara al oficialismo, a fuerza de votos, a convocarla. El oficialismo no se amedrentara, y dará batalla. Su último recurso será el veto presidencial, si la oposición tiene éxito en su embestida parlamentaria. Acusa a sus rivales de pretender desestabilizar las arcas fiscales cuando el Gobierno, con sus anuncios, ya ofreció todo lo que podía dar, por lo que sostendrá que un eventual veto estará más que justificado. El veto presidencial, más que una derrota, será visto como un éxito para la oposición, convencida de que el Gobierno pagará un costo político por ello. Pero no todo es color de rosa en el camino opositor, el parlamento tiene por delante desafíos complicados, de difícil acuerdo, y que serán temas dominantes en el segundo semestre de este año. Dos de ellos serán predominantes: las facultades delegadas al Poder Ejecutivo que caducarán hoy, las retenciones al campo incluidas y el proyecto de presupuesto 2012, que ingresará en el Congreso a mediados de septiembre. Esas dos leyes definirán cuáles serán los límites de la oposición, hasta qué punto sería capaz de acorralar al Gobierno. ¿Qué sucedería si los opositores rechazaran el presupuesto o si dejaran al Poder Ejecutivo sin delegaciones legislativas esenciales para el normal desarrollo de la gestión? La oposición intuye la complejidad de lo que se viene. Pero, por ahora, se concentra en el aquí y el ahora: senadores y diputados opositores se han reunido para definir la agenda económica, ATN, jubilaciones, mínimo no imponible, como también una serie de iniciativas de índole institucional que quedaron pendientes antes del receso legislativo. En carpeta figura una nueva ley de acceso a la información y de publicidad oficial, la creación de tres comisiones investigadoras de la obra pública, exportaciones agropecuarias y deuda pública, la reestructuración del Indec y de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca). Es así como se puede afirmar que esto no es una pelea por la agenda parlamentaria, es una verdadera pelea de poder.

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