octubre 14, 2010

El presupuesto para un año electoral

El Ministerio de Planificación, a cargo de Julio De Vido había arrancado el año con un presupuesto de $38.830 millones y lo terminará con otro de $50.467 millones, un salto del 30 % que barre así con lo que había votado el Congreso para el presupuesto 2010, el tema se explica de una sola manera; las importaciones energéticas, los subsidios y la factura de Aerolíneas no paran de crecer. Con este precedente, es claro que tampoco son reales los $54.049 millones que se le computan en el presupuesto 2011. Nunca se ha cumplido con lo que se presupuesta, aun cuando hubiese sido diseñado por el propio Gobierno. No contentos con lo mencionado, existen otros artículos del proyecto en los que los millones del Ministerio de Planificación son todavía más asombrosos. El Gobierno reorientara las obras públicas de acuerdo con una cuidadosa programación electoral, así en 2011 De Vido manejará más de $54.000 millones. En este marco es fundamental la tarea del secretario de Obras Públicas, José López, que llega a las reuniones con cada intendente acompañado por el analista Carlos Fara y una encuesta de 100 páginas. Fara desgrana números, habla del distrito y muestra detalles desde la intención de voto presidencial hasta el humor en cada barrio por la más pequeña de las obras locales.

López explica la lógica de las inversiones en 2011 y habla con cada intendente dejando en claro que si se hacen bien las cosas, el oficialismo ganara en primera vuelta. Carlos Fara fue contratado para trabajar especialmente en la identificación y evaluación de cada una de las obras públicas en los distritos de cara a 2011. La encuesta del analista incluyó los 13 distritos más importantes del conurbano: Ituzaingó, Merlo, Moreno, San Fernando, Tres de Febrero, La Matanza, Lomas de Zamora, Berazategui, Quilmes, Esteban Echeverría, Avellaneda, Florencio Varela y San Vicente. El área que conduce López, se encuentra bajo el ala del poderoso Ministerio de Planificación, y debe hacer un estudio profundo de la región política más populosa del país, donde Néstor Kirchner concentrará su proyecto para mantenerse en el poder. Aun cuando a la Presidenta sólo le resta algo más de un año de gestión, se actúa sin contemplar la posibilidad de que llegue un gobierno de otro signo, cuyas prioridades en inversiones energéticas, necesarias de todos modos, sean distintas a las del actual. Sólo en dos artículos del proyecto de Presupuesto hay en juego US$ 25.779 millones, U$S7.509 millones que el Poder Ejecutivo sacara de las reservas para pagar deuda externa, y de inmediato sin mayor cuidado por la legalidad según el mismo proyecto, pretende relanzar los cargos tarifarios que ya patinaron en la Justicia.

Se trata, de aumentos sobre los consumos domiciliarios de gas, destinados a financiar gasoductos y el tendido de redes. En ningún lugar se aclara de qué magnitud serán los ajustes, lo cual equivale a la posibilidad de resolver a gusto, y la idea es que rijan durante el tiempo que demande la construcción y el pago de las obras, dice el proyecto. Estos cargos son sin duda, impuestos, y como tales deberían ser considerados en una ley específica, con nítidas precisiones sobre sus alcances y no pueden ser incluidos dentro del Presupuesto. Kirchner pretende lograr que todas las obras favorezcan la imagen del Gobierno y, especialmente, su suerte electoral. De hecho, en las reuniones, López habla de la candidatura del ex presidente, de acuerdo con varios participantes de las reuniones reservadas. Pero en medio de la ebullición del peronismo bonaerense y después del reto público de Kirchner a Scioli, varios caciques dudan, tanto de las encuestas como de las verdaderas intenciones del ex presidente. Saben que si Kirchner no interviniera, varios de ellos ganarían con comodidad sus distritos. Kirchner evalúa su suerte y el juego de los intendentes, a varios de los cuales, en Olivos, todavía sigue llamando traidores. En público, estos sobreactúan los respaldos, deseosos de recibir más fondos, dinero que, en los últimos meses, había empezado a escasear. El año que viene, en plena campaña electoral, el ministerio que comanda De Vido no sólo tendrá para gastar un 39% más que este año, sino que aparte podrá endeudarse por U$S7560 millones.

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