octubre 28, 2010

La pelea con el FMI

Todo lo que sigue a continuación fue dicho después de una reunión que en forma reservada mantuvo con la Presidenta, que se preparaba para el cierre de su gira alemana, una reunión con empresarios locales a los que invitó a invertir en la Argentina. Entonces y bien alineado con las órdenes recibidas el ministro hablo; Nosotros vamos a llevar la postura que venimos sosteniendo, estas entre otras, fueron palabras textuales de ministro de economía Amado Boudou, quien señalo también que era necesario regular los mercados financieros porque no se avanzó nada en eso desde la crisis de 2008, sostuvo por otra parte que poco le importaban las críticas que hicieran desde el organismo internacional de crédito hacia la Argentina y las advertencias sobre sanciones. Fue así y entonces como todas las posibilidades de que empresarios alemanes se acercaran a invertir en Argentina quedaron truncas. El ministro, Boudou no se detuvo y manifestó que el Fondo cuestiona los números argentinos y que nosotros cuestionamos mucho más sus ideas. Pero en la apertura formal de la Asamblea Anual Conjunta del FMI y el Banco Mundial, la última docena de preguntas que atendieron Lipsky y el director gerente del Fondo, Dominique Strauss Kahn fueron todas referidas a la actitud argentina. Pero sus respuestas dieron por tierra con las especulaciones sobre una eventual expulsión del país del ente o incluso una multa, no prevista en los estatutos. Como miembro del G-20, la Argentina aceptó la obligación implícita de aceptar revisiones financieras cada cinco años.

Es claro que esa obligación dentro del G-20 no es en términos legales, pero sí implica que la Argentina debe formar parte de la respuesta coordinada continua tras la crisis financiera internacional. La tensa relación con el FMI ya había aterrizado en la gira alemana durante el almuerzo entre la Presidenta y Ángela Merkel en Berlín. En esa ocasión, Merkel le planteó a Cristina Kirchner su postura acerca de la necesidad de acordar con el organismo internacional para negociar un plan de pago de la deuda con el Club de París. En la Casa Rosada saben que buena parte de los países miembros del FMI no aceptarán que se sancione a la Argentina. El Gobierno considera que son las autoridades de ese organismo y no las naciones que la integran los que impulsaban la posible sanción a nuestro país. Es por eso que Boudou también insistió en Washington con un argumento que el Gobierno repite hace tiempo, que el Fondo debe reorganizarse, y que las calificadoras de riesgo deberían ser dejadas de lado ya que estuvieron en medio de la crisis. El Gobierno entró en una confrontación absoluta con el FMI. El organismo además duda absolutamente de los índices oficiales de crecimiento en su último reporte sobre la economía mundial. Boudou también en línea con el ejecutivo, asevero que el FMI no puede cuestionar los números porque ellos impusieron las ideas que hundieron a la Argentina, en 2001. Todos esos conceptos los repitió, en Washington donde participo de las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI) en medio de un clima negativo para la Argentina.

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