octubre 26, 2010

La visita a Alemania

Para pasar el mal trago del reclamo alemán, respecto del pago que viene dilatándose desde 2004 con el Club de Paris, Cristina Kirchner eligió el contraataque en lugar de mantener una actitud más moderada. Así entonces le pidió a Ángela Merkel, en una conferencia de prensa conjunta, que contemplara, a la hora de los reclamos por el Club de París, los beneficios fiscales que reciben las empresas alemanas en la Argentina, y le planteó una fuerte queja por las restricciones a las exportaciones de carne por parte de la Unión Europea. Alemania es el segundo destino de las ventas de carne argentina, explico la primera mandataria. Con sustanciales diferencias sobre el papel del FMI en la reestructuración del pago de los 6700 millones de dólares que la Argentina les debe a los 19 países que integran el grupo, en el que Alemania es el principal acreedor, Merkel y la Presidenta acordaron relanzar una comisión binacional para abordar los temas conflictivos. Fue una suerte de tregua ante la falta de acuerdos. Lo cierto es que el tema deuda no estaba previsto en la agenda argentina y Merkel se encargó de ponerlo frontalmente sobre la mesa, obligando a CFK a responder sobre el tema. Respecto de la renegociación de la deuda, Fernández de Kirchner dejó en claro que es conocida la posición argentina respecto de la participación del Fondo Monetario Internacional en esta negociación, ya que el gobierno nacional no está de acuerdo con las supervisiones previstas en el artículo cuarto de ese organismo internacional de crédito. La voluntad de la Argentina siempre ha sido la de pagar sus deudas, de hecho, antes de que cayera la consultora Lehmann Brothers, habíamos comunicado la decisión de pagar esta deuda. Obviamente el escenario mundial cambió, pero seguimos con la misma vocación.

Sin embargo, Fernández de Kirchner señaló que también que en la renegociación de esta deuda con el Club de París se debe contemplar todo el tema de inversiones de los países que lo integran y que están en la Argentina ya que se trata de empresas que reciben beneficios y promociones fiscales. Se les permite a estas empresas girar utilidades a estas casas centrales en base a los beneficios fiscales, préstamos y promociones que hace la Argentina, y esto tiene que ser contemplado. Todos sabemos que el Club de París tiene más que nada préstamos vinculados con las actividades de las empresas a través de sus agencias de inversión, fundamentó la mandataria. La canciller alemana, Ángela Merkel, se mostro firme ante la negativa de Cristina Kirchner a aceptar el monitoreo del Fondo Monetario Internacional (FMI) para saldar la deuda con el Club de París. Fue el principal reclamo que la mujer más poderosa del mundo le planteó a la Presidenta en el almuerzo cordial, pero intenso que compartieron en el gigante edificio de cemento y vidrio de la cancillería federal. Las relaciones son buenas, pero queremos ampliarlas, respondió la líder alemana. Entre buenos amigos, deben ganar ambos, retrucó la Presidenta y planteó que mientras que las exportaciones alemanas hacia el país subieron un 50% el último año, las argentinas cayeron el 2%. Merkel dedicó buena parte del almuerzo, en un salón de estilo minimalista con vista a los jardines de la sede gubernamental, a testear a la Presidenta sobre su postura respecto de la integración del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y su posición sobre el cambio climático. Hubo diferencias, y Cristina Kirchner le ratificó que pretendía eliminar los miembros permanentes del organismo de la ONU, a contramano del lugar que reclama Alemania, y le ratificó su posición sobre que los países desarrollados se hicieran cargo de la contaminación en una mayor proporción que las economías emergentes.

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