diciembre 06, 2010

¿Compra de votos?, no...

La sesión en Diputados en la que la oposición frustró la aprobación del proyecto del Presupuesto 2011 enviado por el Gobierno, terminó, tras 14 horas de debate, con un escándalo de proporciones pocas veces vista, luego de que varios legisladores del arco opositor denunciaran la existencia de presiones y ofrecimientos de soborno para prestar su aval al oficialismo. Digo pocas veces vista, ya que el caso Pontacuarto, durante el gobierno de Fernando de la Rua que terminó con la renuncia del vicepresidente Álvarez, involucrado en una situación de características similares pero que fueron comprobadas, y definitivamente llevadas a la justica. Fue en particular, la diputada del monobloque Valores para mi País Cinthya Hotton, cercana al PRO, quien realizó la primera advertencia, y dijo que había recibido llamados en los que le ofrecieron significativos beneficios, sin especificar de qué tipo. De igual modo hubieron otros diputados, como Elisa Carrió, Elsa Álvarez, Patricia Bullrich, Federico Pinedo y Felipe Solá, que se sumaron a las acusaciones. Aparentemente el nombre que sonaba más fuerte era el del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro de Planificación, Julio De Vido. La diputada radical por Santa Cruz, Elsa Álvarez fue un poco más lejos, y en su denuncia aclaró intentos de soborno a los que respondió que su voto no estaba a la venta.

Carrió, una de las más duras en su discurso desde el inicio de la sesión, acusó directamente a Fernández por la maniobra y pidió que aparte la comisión de Asuntos Constitucionales investigase dónde estaban los diputados opositores que faltaban. Casi 30 legisladores estuvieron ausentes en la votación. Dura en sus críticas la líder de la coalición cívica recordando el caso mencionado habló de que otra vez hubo Banelco, pero no de Fernando De la Rúa, sino de Cristina Kirchner, en alusión al caso de coimas en el Senado ocurrido durante la gestión del ex presidente para la votación de la ley de flexibilización laboral. Por otra parte, aquellos diputados que se fueron deben ser investigados por su conducta de traición a su representación popular, en la investigación que debería realizar de lo sucedido la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara baja. De las ausencias que mas llamaron la atención fue la de cuatro diputados macristas, que llevaron al propio jefe de bloque, Federico Pinedo, a decir que había ausencias en su bloque que no podía explicar. Los diputados Silvia Majdalani, Christian Gribaudo, Soledad Martínez y Laura Alonso son los apuntados por sus colegas de la oposición. Hoy, una de esas personas señaladas la diputada nacional Laura Alonso afirma que no participó de la discusión sobre el Presupuesto 2011 porque quería votar a favor y no quería generarle una situación difícil a su jefe de bloque. Esta explicación complicó aún más las especulaciones que se hicieron, respecto de la conducta de los macristas y de supuestas negociaciones que un importante dirigente del sector habría efectuado con un alto funcionario nacional, vinculado a las obras públicas.

Luego, el ministro de Economía, Amado Boudou, el diputado Agustín Rossi y el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, salieron al cruce de las acusaciones de la oposición en torno a las presiones para la votación del Presupuesto 2011. Desde Seúl, mientras participaba de la gira por el G20 junto a Cristina Kirchner, Boudou dijo que si se produjeron intentos de compra de votos, el diputado que lo recibió debía ir y denunciarlo ante la Justicia, ya que según su vison no puede vivir diciendo fui sobornado, y después no hacer nada al respecto. Lo que vemos es que hay una dilación, dijo el ministro en conferencia de prensa y agregó que la oposición buscaba dilatar una situación no pero no sabia con qué propósitos. Por su parte, el jefe del bloque de diputados kirchneristas, Agustín Rossi, calificó de chantada las denuncias de varios legisladores opositores sobre las presiones para aprobar el proyecto oficialista. El legislador, al igual que Boudou, reclamó que fueran a la Justicia y lo demuestren. Según Rossi, su estrategia consistía en, anticiparse a una posible derrota en la votación, entonces para evitarlo salieron a hacer denuncias. Y por su parte Fernandez aseguro que se había montado un escenario, una fenomenal operación para tratar de evitar que se apruebe el presupuesto que había enviado la presidenta de la Nación, e indignado. Aníbal Fernández aseguró que el oficialismo nunca actuaria de esa manera. El ministro pidió a Carrió que muestre los presuntos mensajes de texto que el envio a los legisladores y así quedarían comprobados los dichos, pero afirmo que no iva a poder hacerlo, porque este gobierno no se hacen esas cosas, no, es cierto, se hacen cosas peores.

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