enero 20, 2012

Del 2011, capitulo noveno

El primer diagnóstico fue el 27 de diciembre, el vocero presidencial anunció que se le había detectado a Cristina Kirchner un carcinoma papilar de tiroides, por el que iba a ser operada el 4 de enero. Voy a pelear la presidencia honoraria con vos, le dijo Cristina a Hugo Chávez, el 28 de diciembre, al referirse a un hipotético congreso de vencedores del cáncer. El 4 de enero el parte médico afirmó que, en una cirugía de tres horas y media, se le extirpó la glándula tiroidea a la Presidenta, sin ninguna complicación. Pero la enfermedad como todo lo que ocurre en el imaginario planeta del kirchnerismo se mantuvo en estricto secreto y todos se enteraron de la novedad por televisión, cuando el secretario de Comunicación Alfredo Scoccimarro leyó el comunicado firmado por la unidad médica presidencial. El impacto en el Gobierno se expresó en el largo aplauso con que fue recibida la Presidenta al ingresar al lugar de lo que sería su último acto. Supuestamente por el tema de la deuda del gobierno con las provincias, de eso nada se hablo. El hecho de tener licencia por enfermedad y dejar a Amado Boudou en ejercicio de la Presidencia permitió que Cristina realizará comparaciones entre el títere y su ex vicepresidente Julio Cobos, quien no sólo la puso en su lugar en más de una oportunidad, sino que aparte no permitió en ningún momento que lo manejarán como resulta con el ex ministro de economía. Habló estupideces y sin nombrarlo comentó que la biología enseña derecho constitucional más que los jurisconsultos, destacando de esta manera lo importante que resulta para la lógica de esta Señora la obediencia debida.

Es decir, según entiende era muy importante que el vicepresidente obedeciera a rajatabla las órdenes de quien había sido electa para conducir al país. Espero verlos a todos muy pronto, se despidió la presidenta Cristina Kirchner dando a entender que era su último acto público antes de ser operada. En el Salón de las Mujeres de la Casa de Gobierno, se mostró muy distendida y hasta de buen humor, aprovechó para criticar a la prensa que defendía la independencia de criterio de Cobos cuando votó en el Senado en contra de la Resolución 125, casi se planteaba que era una obligación que el vicepresidente disintiera con la Presidenta. Insistió en que aquel había sido un caso único en el mundo, pero por supuesto como siempre se equivocó una vez más. Promediando su discurso se dirigió específicamente al vicepresidente Amado Boudou. Con su habitual modo irónico al igual que cuando lo trató de concheto de Puerto Madero situación que deja al descubierto la relación de subordinación que mantiene con su compañero de fórmula, le advirtió, Guarda con lo que haces, e imagino los titulares del día siguiente: los cuales indicarían que había presionado al vicepresidente para que haga lo que ella quería. Autoritaria y hegemónica repitió la advertencia e insistió en que era en serio, dijo, va en serio, no es bromita, va en serio, así fue y volvió sobre la advertencia a su vice. Cristina también les bajo línea a sus ministros, cuando les explicó que no iban a poder irse de vacaciones en enero. Por solidaridad y responsabilidad les pido que se queden aquí, les dijo.

Boudou también debería haberse tomado vacaciones pero Cristina le informó, querido, no te podés ir a ninguna parte, te tenés que quedar porque yo me tengo que internar. Luego de tres días de internación por la cirugía, Cristina Kirchner regresó a la residencia de Olivos con la noticia de que el cáncer no era tal, como aseguraba el parte inicial. La Presidenta se enteró del cambio de diagnóstico cuando el equipo médico comunicó el informe definitivo. El helicóptero que transportó a la mandataria despegó a las 11.08, veinte minutos antes, que el secretario de Medios, Alfredo Scoccimarro, había anticipado que la Presidenta se hallaba en óptimo estado y que, a diferencia de la punción realizada dos semanas antes, los análisis habían descartado la existencia de células cancerígenas. Entonces era lógico que la Presidenta no necesitaría la administración de dosis de yodo radiactivo, una medida indispensable para aquellos casos en los que se detectan células malignas. La jefa de Estado requirió controles mínimos, monitorear la evolución de la cicatriz y luego tendrá que ingerir levotiroxina a diario y de por vida, esta es una medicación para suplir las hormonas producidas por la tiroides, extirpada durante la cirugía. La Presidenta pidió estar al tanto de la coyuntura del país y dialogó con el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini; el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el de Economía, Hernán Lorenzino. Cristina Kirchner iba a retirarse el día anterior, y no ocurrió así debido a que esa tarde se desataron fuertes vientos que hacían riesgosa la salida del helicóptero, estacionado en un predio lindante, a la clínica.

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