enero 17, 2012

Del 2011, capitulo séptimo

El único país que superaba antes de fin de 2011 el nivel de la Argentina era Venezuela, con un riesgo de 1.200 puntos básicos, el riesgo brasileño era la quinta parte, apenas se ubico en 210 puntos, y el uruguayo estaba en 190 puntos. Ambos países, al igual que otros de la región, acceden en forma regular a los mercados de deuda, pagando tasas por debajo del 5% anual en dólares. En la primera parte de 2011, el ingreso de estos dólares financieros complementó el superávit comercial y ayudó a mantener el nivel de reservas, a pesar de los pagos de deuda que se efectuaron. Pero esto se cortó en la segunda parte del año, ante la imposibilidad de los potenciales emisores a conseguir fondeo externo. El riesgo país argentino es el que más subió entre los emergentes en 2011, nada menos que un 85%, hasta superar los 900 puntos básicos. Esto quiere decir que un bono argentino rinde 9 puntos porcentuales más que un bono norteamericano de similar duración. Lo que no significa nada bueno, pero es así porque responde a la lógica de cualquier instrumento financiero de estas características, normalmente llamado capital de riesgo debido a que al existir un riesgo más alto es igual de factible tanto ganar más dinero como perderlo. Por eso, la tarea de bajar el riesgo país este año será un tema clave para el nuevo ministro de Economía, no tanto por las necesidades de caja del Gobierno, sino para conseguir un mayor ingreso de divisas que permita aumentar el nivel de reservas internacionales.

La principal tarea que tiene por delante el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, es avanzar hacia una rebaja del riesgo país, de lo contrario, no sólo el Gobierno quedaría imposibilitado de conseguir dinero fresco en los mercados internacionales, sino que tampoco podrían hacerlo empresas, bancos ni Gobiernos provinciales. Luego deberá plantear y planear como volver a los mercados internacionales. Pero hay un problema que será su primer y más difícil escollo, para la Casa Rosada el tema no es grave y menos algo apremiante. Para este año ya está previsto acudir nuevamente a las reservas para cancelar parte de los vencimientos de deuda que se presentan. En total, se dijo que se utilizarán unos US$5.200 millones. Y lo que falta para cubrir las necesidades financieras se obtendrá a través de la colocación de deuda otra vez intrasector público, es decir, ANSES, AFIP, PAMI y otros organismos. Sin embargo, ni el sector privado ni las provincias tienen esta facilidad, es decir, no sólo no pueden acceder a las reservas del BCRA, sino que tampoco pueden efectuar colocaciones de deuda entre organismos, por lo tanto, la única alternativa que les queda para conseguir financiamiento de mediano y largo plazo es la emisión de deuda en el exterior.

Pero en la actualidad los mercados están directamente cerrados para emisiones de la Argentina, ya sea del Gobierno nacional o de otro tipo de emisores. El 2011 tuvo, en ese sentido, un comportamiento muy distinto entre el primer y el segundo semestre. En la primera parte del año accedieron al mercado Tarjeta Naranja, Banco Galicia y la provincia de Buenos Aires, entre los casos más destacados. Pero luego de mediados de año varias emisiones tuvieron que ser aplazadas sin nueva fecha. El caso más notorio fue el de YPF, que en julio había salido a buscar US$300 millones. El agravamiento del contexto internacional y la suba del riesgo país local impidieron efectuar esa emisión, en la que la petrolera procuraba una tasa inferior al 7% anual. También quedaron esperando su turno otras empresas, como Aeropuertos Argentina 2000, Pan American Energy y, entre los emisores subnacionales, la Ciudad de Buenos Aires. Varios optaron por conseguir dinero fresco en el mercado local, aunque las condiciones fueron muy distintas. Se trato de financiamiento en pesos y de corto plazo. El Gobierno porteño, que tiene buena reputación en los mercados porque no defaulteó ni siquiera en plena crisis de 2002, no pudo colocar deuda por US$500 millones a cinco años afuera y se conformó con el equivalente a US$85 millones a un año en el mercado local. En la lista son muchos los que quisieron seguir sus pasos, ante la evidencia de que las chances de colocar cualquier bono en el exterior hoy más que escasas, son imposibles.

No hay comentarios.: