febrero 13, 2012

Modelo 2012

Pasado el tiempo de los festejos como Presidenta reelecta y recuperada del carcinoma papilar de tiroides que nunca tuvo, la primera mandataria de nuestro país necesitaba ir definiendo el curso de acción a seguir para lograr consolidar un proyecto que le asegurase, además de estos cuatro años de mandato un rol preponderante. Y la búsqueda de la suma del poder público se constituyo así en un factor clave en el marco de este proyecto. Pero para ello uno de los primeros objetivos era neutralizar al gobernador bonaerense Daniel Scioli, del cual no quedan dudas de que está cada vez más lejos de reunir las condiciones para ser considerado el vice para 2015. Se ha convertido en otro traidor, ha jugado un partido de futbol con Macri mientras Cristina se recuperaba de su operación, está enfrentado con su vicegobernador Gabriel Mariotto, y también esta su pasado menemista. Como si la Presidenta y Néstor Kirchner no estuvieran abarcados por ese proceso político de los 90 al que no se privaron de apoyar.

Y hasta se ha reunido con el enemigo más poderoso que hoy tiene la administración, el camionero Hugo Moyano. Otrora una de las figuras más cercanas a la Presidente y al difunto Néstor. La estrategia de Scioli fue, es, y será la de hacerse el desentendido, pero desde el seno mismo del Gobierno se encargan de hacerle saber esta realidad. De hecho es tal el desprecio por la figura de Scioli que el vicepresidente recibió la orden de caminar la provincia mientras ejercía como presidente durante la convalecencia de Cristina. Amado Boudou también debió convocar a Mariotto para una foto en su despacho al día siguiente del encuentro futbolístico Scioli vs Macri. La tarea del vicegobernador es gestionar con intendentes kirchneristas y presentarse como el nexo directo con la Casa Rosada capaz de hacer que se abran las puertas del poder y aparezcan los recursos que el gobernador no puede proveer. Nombramientos para médicos que hace años lo vienen reclamando, o bien la concreción de una obra pública anhelada por la comunidad. Lo del Gobierno, está claro, lo que no está claro es lo de Scioli, ¿Qué hará? Hasta ahora nadie tiene esa respuesta, la indefinición del gobernador le juega en contra debe decidirse hablar y no mantenerse mudo ante esta realidad.

Estamos viendo un verano con mucho movimiento turístico que es muestra de un supuesto bienestar económico. El impacto que tendrán la quita de los subsidios a los servicios de agua, electricidad y gas se minimiza y la bomba de humo sobre el tema Malvinas, hace que se viva absurdamente como en un ambiente de fiesta. Acá no pasa nada, y hay una gran mayoría a la que parece no interesarle la realidad de lo que vendrá. Otro que vive su momento de gloria es Guillermo Moreno, el ministro de Economía en funciones de este Gobierno. Hace y deshace a su antojo, se siente el vencedor de la pulseada cambiaria que se vivió a fin de 2011, el cierre de las importaciones lo vive como un triunfo, y no importa que en Tierra del Fuego no puedan ensamblar los teléfonos celulares supuestamente hechos en Argentina, que haya dificultad para la provisión de electrodomésticos o de instrumental médico. El mundo editorial esta enfurecido por las condiciones que puso Moreno para la importación; Si quieren importar libros deberán antes exportar cualquier otra cosa, de locos, libros de texto escolares incluidos.

La Unión Industrial Argentina ha decidido pronunciarse en contra de estas medidas nocivas para la industria nacional. Que nuestro país busque el desarrollo de una industria propia, que tenga la capacidad de sustituir con igual calidad y en igual cantidad muchos de los productos que hoy provienen del exterior, es un objetivo muy importante, trascendental. Pero la obtención de ese logro sólo será posible con la puesta en práctica de políticas sólidas y perdurables que le den sostén a una iniciativa que tendrá consecuencias económicas, sociales y políticas. Para ello hay necesidad, entre otras cosas, de crear condiciones de accesibilidad al crédito que hoy sólo puede garantizar la Anses, con todas las mentiras de discrecionalidad política que ello suscita. Y por su puesto la existencia de un empresariado con conductas tales que le permitieran alcanzar un liderazgo social del que hoy carece.

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