noviembre 26, 2012

EL POLO TECNOLOIGICO FUEGUINO

El llamado Polo Tecnológico Fueguino, además de tener un aporte ínfimo en términos de generación de empleo, creación de conocimientos y generación de productividad, ya que todo el relato oficial se reduce a meras líneas de ensamblaje; significa un costo millonario para las cuentas públicas y ha provocado que el déficit comercial de la isla crezca año tras año, lo que adquiere una mayor relevancia en un entorno como el actual, con cepo cambiario y restricción de las importaciones. Ésa es la conclusión difundida, sobre el "polo tecnológico" de Tierra del Fuego, por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec). Además de verse cuestionados los supuestos méritos del programa en lo referente a sustitución de importaciones, del simple análisis de la realidad debe destacarse el costo fiscal de un régimen, que se inició en 1972, con la promulgación de la ley 19.640 que exime a las empresas industriales radicadas en Tierra del Fuego del pago de IVA, Ganancias y aranceles para los insumos importados, y que fue fortalecido en 2009 con la ley 26.539, cuando se bajó el IVA a los productos electrónicos de la isla para su venta en el territorio nacional y, a la vez, se aumentaron el IVA y los aranceles a los bienes importados que les hicieran competencia.

Estas ventajas tributarias representan un costo para el Estado precisamente por los ingresos que deja de percibir. En 2012, ya se destinaron al régimen fueguino más de $5600 millones del presupuesto nacional, o casi el 50% de los esfuerzos de promoción económica para todo el país. Cuando el régimen empezó a funcionar, el Sur estaba deshabitado y su soberanía había sido puesta en cuestión por Chile. Para demostrar soberanía un país con la extensión territorial como la de Argentina debe demostrar presencia y el régimen permitió atraer trabajadores a la isla y así terminar con la cuestión de la soberanía. Los sueldos que se pagan en tierra del fuego son los más altos del rubro gracias a los beneficios tributarios, y son lo que les permite atraer trabajadores. Por ejemplo, en 2011 los sueldos en la isla fueron 85% más altos que la media nacional, el costo fiscal por cada trabajador del programa bordea los 500.000 pesos, y en un contexto en que el déficit fiscal primario se financia con emisión monetaria inflacionaria, podría argumentarse que el aumento relativo del salario real fueguino se da a expensas no de una reasignación de ahorros fiscales, sino de una mayor inflación, es decir, del salario real en el resto del país.

En el Gobierno destacan que el régimen de Tierra del Fuego impulsa la generación de empleo sin embargo, a la luz de estos datos oficiales que surgen de la propia provincia, resulta que la isla representa menos del 0,6% del trabajo industrial formal del país, y no permite añadir valor ni fomentar la sustitución de importaciones. No solo en los dichos, esto se refleja en los hechos, desde 2010 se duplicaron las importaciones de la isla y también su déficit comercial, que en 2012 llegaría a US$4500 millones: Las mayores importaciones se deben a que la producción de la isla ha migrado, en el caso de los celulares, el bien más producido en términos de unidades, de teléfonos baratos a smartphones, cuyos precios, si bien han bajado, son más altos que los de la tecnología anterior, y también aumentó el número de aparatos producidos. Tierra del Fuego explicaría este año alrededor del 7% de las importaciones totales de la Argentina. En otras palabras, el modelo de sustitución fueguino involucra una merma importante y creciente de dólares, con una dependencia de componentes importados que, dadas las restricciones de escala y los escasos encadenamientos locales, difícilmente se revierta con el tiempo sino que por lógica va seriamente en aumento.

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