Estas ventajas tributarias representan un costo para el Estado precisamente por los ingresos que deja de percibir. En 2012, ya se destinaron al régimen fueguino más de $5600 millones del presupuesto nacional, o casi el 50% de los esfuerzos de promoción económica para todo el país. Cuando el régimen empezó a funcionar, el Sur estaba deshabitado y su soberanía había sido puesta en cuestión por Chile. Para demostrar soberanía un país con la extensión territorial como la de Argentina debe demostrar presencia y el régimen permitió atraer trabajadores a la isla y así terminar con la cuestión de la soberanía. Los sueldos que se pagan en tierra del fuego son los más altos del rubro gracias a los beneficios tributarios, y son lo que les permite atraer trabajadores. Por ejemplo, en 2011 los sueldos en la isla fueron 85% más altos que la media nacional, el costo fiscal por cada trabajador del programa bordea los 500.000 pesos, y en un contexto en que el déficit fiscal primario se financia con emisión monetaria inflacionaria, podría argumentarse que el aumento relativo del salario real fueguino se da a expensas no de una reasignación de ahorros fiscales, sino de una mayor inflación, es decir, del salario real en el resto del país.
En el Gobierno destacan que el régimen de Tierra del Fuego impulsa la generación de empleo sin embargo, a la luz de estos datos oficiales que surgen de la propia provincia, resulta que la isla representa menos del 0,6% del trabajo industrial formal del país, y no permite añadir valor ni fomentar la sustitución de importaciones. No solo en los dichos, esto se refleja en los hechos, desde 2010 se duplicaron las importaciones de la isla y también su déficit comercial, que en 2012 llegaría a US$4500 millones: Las mayores importaciones se deben a que la producción de la isla ha migrado, en el caso de los celulares, el bien más producido en términos de unidades, de teléfonos baratos a smartphones, cuyos precios, si bien han bajado, son más altos que los de la tecnología anterior, y también aumentó el número de aparatos producidos. Tierra del Fuego explicaría este año alrededor del 7% de las importaciones totales de la Argentina. En otras palabras, el modelo de sustitución fueguino involucra una merma importante y creciente de dólares, con una dependencia de componentes importados que, dadas las restricciones de escala y los escasos encadenamientos locales, difícilmente se revierta con el tiempo sino que por lógica va seriamente en aumento.
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