La ex Ciccone realizó tareas con empleados a los que no les pagó los aportes previsionales. La ANSES, de Diego Bossio, no tomo represalias. La imprenta funcionaba porque renegoció una deuda multimillonaria que tenía con el fisco. Aprobaron esa medida Echegaray y Boudou. Algunas maniobras realizadas por los protagonistas de esta historia llegaron a ser consideradas sospechosas por la Unidad de Información Financiera, de José Sbatella, que aun así no profundizó una investigación sobre el tema. Boudou había negociado el ingreso de The Old Fund en la ex Ciccone. Lo hizo en al menos tres entrevistas que mantuvo con miembros de la familia Ciccone. En una de ellas estuvo el ministro de Economía, Hernán Lorenzino. En agosto de 2012 la presidenta Cristina Kirchner decidió estatizar Ciccone. El decreto a la medida fue ideado por su secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. Hace un año, la Casa de Gobierno volvió a emitir un decreto sobre el caso, e instruyó al Tribunal de Tasación, dependiente del ministro de Planificación, Julio De Vido, para que determine el valor de los bienes a expropiar. A mediados del año pasado, el ministro de Justicia, Julio Alak, avaló la instrumentación del bloqueo al acceso a la información pública en dos organismos en los que se podía indagar sobre las empresas e inmuebles vinculados al caso Ciccone; la Inspección General de Justicia y el Registro de la Propiedad. Demasiados involucrados lamentablemente como para que la justicia accione con rigor sobre alguno de ellos.
abril 30, 2013
CICCONE CAPITULO XXI
El rescate económico de la imprenta
de billetes Ciccone Calcográfica, y su posterior estatización, terminaron comprometiendo a no menos quince
funcionarios nacionales de relevancia y a sus respectivos organismos
públicos. Entre ellos se encuentran: el Vicepresidente, el Ministro de
Economía, el jefe de la AFIP, la titular del Banco Central, el Jefe de Gabinete
el Secretario de Legal y Técnica, el Ministro de Planificación Federal, el de
Justicia, el Secretario de Comercio Interior, el titular del Tribunal de
Tasaciones, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, la ANSES, la
titular de la Casa de Moneda, la Unidad de Información Financiera, y hasta
integrantes del propio Congreso. La Justicia imputó primero en la causa Ciccone
al vice Amado Boudou y al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray. Pero la
dinámica del caso pasa por diferentes niveles. Todo empezó en 2010 cuando la
sociedad The Old Fund con accionistas aún desconocidos pujó en el expediente de
la quiebra de la ex Ciccone para quedarse con la imprenta. The Old Fund logró
su objetivo gracias a resoluciones presentadas en el juzgado comercial de
Javier Cosentino por varios organismos: la AFIP, la Comisión de Defensa de la
Competencia, de Ricardo Napolitani; y la Secretaría de Comercio Interior. Una
vez que The Old Fund tomó el control de Ciccone, fue beneficiada con dos contratos multimillonarios
aportados por el oficialismo, imprimió las boletas que el kirchnerismo usó en
las últimas elecciones, y luego confeccionó 410 millones de billetes de cien
pesos. En esas operaciones intervinieron el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal
Medina, encargado de la logística los comicios del 2011, el Banco Central, de
Mercedes Marcó del Pont, donde accionó el ex gerente Benigno Vélez, y la Casa
de Moneda, de Katya Daura.
La ex Ciccone realizó tareas con empleados a los que no les pagó los aportes previsionales. La ANSES, de Diego Bossio, no tomo represalias. La imprenta funcionaba porque renegoció una deuda multimillonaria que tenía con el fisco. Aprobaron esa medida Echegaray y Boudou. Algunas maniobras realizadas por los protagonistas de esta historia llegaron a ser consideradas sospechosas por la Unidad de Información Financiera, de José Sbatella, que aun así no profundizó una investigación sobre el tema. Boudou había negociado el ingreso de The Old Fund en la ex Ciccone. Lo hizo en al menos tres entrevistas que mantuvo con miembros de la familia Ciccone. En una de ellas estuvo el ministro de Economía, Hernán Lorenzino. En agosto de 2012 la presidenta Cristina Kirchner decidió estatizar Ciccone. El decreto a la medida fue ideado por su secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. Hace un año, la Casa de Gobierno volvió a emitir un decreto sobre el caso, e instruyó al Tribunal de Tasación, dependiente del ministro de Planificación, Julio De Vido, para que determine el valor de los bienes a expropiar. A mediados del año pasado, el ministro de Justicia, Julio Alak, avaló la instrumentación del bloqueo al acceso a la información pública en dos organismos en los que se podía indagar sobre las empresas e inmuebles vinculados al caso Ciccone; la Inspección General de Justicia y el Registro de la Propiedad. Demasiados involucrados lamentablemente como para que la justicia accione con rigor sobre alguno de ellos.
La ex Ciccone realizó tareas con empleados a los que no les pagó los aportes previsionales. La ANSES, de Diego Bossio, no tomo represalias. La imprenta funcionaba porque renegoció una deuda multimillonaria que tenía con el fisco. Aprobaron esa medida Echegaray y Boudou. Algunas maniobras realizadas por los protagonistas de esta historia llegaron a ser consideradas sospechosas por la Unidad de Información Financiera, de José Sbatella, que aun así no profundizó una investigación sobre el tema. Boudou había negociado el ingreso de The Old Fund en la ex Ciccone. Lo hizo en al menos tres entrevistas que mantuvo con miembros de la familia Ciccone. En una de ellas estuvo el ministro de Economía, Hernán Lorenzino. En agosto de 2012 la presidenta Cristina Kirchner decidió estatizar Ciccone. El decreto a la medida fue ideado por su secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. Hace un año, la Casa de Gobierno volvió a emitir un decreto sobre el caso, e instruyó al Tribunal de Tasación, dependiente del ministro de Planificación, Julio De Vido, para que determine el valor de los bienes a expropiar. A mediados del año pasado, el ministro de Justicia, Julio Alak, avaló la instrumentación del bloqueo al acceso a la información pública en dos organismos en los que se podía indagar sobre las empresas e inmuebles vinculados al caso Ciccone; la Inspección General de Justicia y el Registro de la Propiedad. Demasiados involucrados lamentablemente como para que la justicia accione con rigor sobre alguno de ellos.
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