Entonces, el Ministerio de Industria creó tres comités técnicos para identificar y estandarizar piezas y partes de sembradoras, pulverizadoras y tolvas para abastecer el mercado local, con el objetivo de aumentar la competitividad y las escalas de producción, optimizar el uso de las materias primas y los diseños, y reducir costos del sector. En el marco de la primera Jornada Técnica de Estandarización de Piezas y Componentes de Maquinaria Agrícola que se realizó en la localidad de Granadero Baigorria, provincia de Santa Fe. El nombre directamente lo dice todo, aquí no se hará nada, y para ello se crearon tres comités técnicos para sembradoras, pulverizadoras, tolvas respectivamente que se reunirían periódicamente para identificar piezas factibles de estandarizar y en el mediano plazo, establecer planes de trabajo, plazos para la definición de criterios técnicos y normas pertinentes. Estos comités, integrados por profesionales del sector público y del sector privado, buscarían asegurar el abastecimiento local de agro-partes en cantidad, calidad y a un precio competitivo, enmarcados en los objetivos del Plan Estratégico Industrial para el sector. Sin embargo cuando uno entra en la página web del ministerio, puede descubrir fácilmente que dicho plan no existe ni siquiera en su propia página. Las metas eran alcanzar una producción nacional de maquinaria agrícola de US$2.500 millones, la creación de 8.000 nuevos empleos en el sector, fabricar en el país 10.000 sembradoras, 4.000 cosechadoras y 11.000 tractores y alcanzar un superávit de US$455 millones para el sector. La iniciativa fue realizada por la cartera Industrial a través de la secretaría de Planeamiento Estratégico Industrial, a cargo de Horacio Cepeda, y organizada junto a la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola.
De las reuniones técnicas, encabezadas por la subsecretaria de Planeamiento Estratégico Industrial, Anastasia Daicich, participaron técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Industria (INTI) y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), fabricantes de maquinaria agrícola y agropartes, representantes de la Fundación Cideter y de distintas cámaras empresariales. Este trabajo fomentaría el asociativismo e integración en el sector y garantizaría la intercambiabilidad de piezas y repuestos. Además, generaría el aumento de escalas de producción, ganancias por especialización en agropartistas y terminales, mejor aprovechamiento de materiales, optimizando sus propiedades y características funcionales, optimización de los diseños, y disminución de fallas y rechazos, mejora de la calidad de los productos y reducción de costos. Todo demasiado prometedor, pero sin aplicación efectiva alguna, y más considerando el conflicto que existe desde 2008 entre el gobierno nacional y el campo.
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