Esto no significa que el Gobierno haya levantado las barreras a las importaciones porque los incrementos estuvieron vinculados a las mayores compras del exterior de combustibles y lubricantes que crecieron un 103% y de autos un 67%, mientras que el mes pasado descendieron las importaciones de bienes intermedios -8% y de bienes de consumo 11%. Desde la Cámara de Importadores (CIRA), se dice que en muchos casos el Gobierno traba el ingreso de insumos claves para poder después realizar exportaciones. El saldo comercial, es decir la diferencia entre exportaciones e importaciones del pasado mes finalizó con un saldo positivo de US$568 millones y este es el superávit más bajo desde marzo, cuando había llegado a los US$ 510. El dato de superávit es clave porque el saldo comercial se convirtió en la principal, y casi única, vía a partir de la cual entran dólares a la economía porque el Gobierno no emite deuda en los mercados internacionales de crédito, ni tampoco ingresan al país enormes flujos de inversiones extranjeras. En este sentido, todavía podemos ser optimistas sobre la evolución de la actividad económica en 2013, pero por ahora la situación se muestra como una de las más pesimistas de cara al 2014 dada la disponibilidad de divisas que habrá el año que viene. Las importaciones deberían crecer 16% para que la economía trepe 4%.
La restricción está dada por la escasez de dólares producto de una economía que perdió el superávit externo, proyecta exportaciones creciendo apenas en línea con el promedio mundial, contiene la fuga de capitales con el llamado cepo cambiario, mantiene el déficit externo de combustibles y cancela todos los vencimientos de la deuda con reservas del Banco Central. El Gobierno preveía a fines del año pasado terminar 2013 con un superávit comercial de US$13.325 millones, pero a mediados de septiembre revisaron esa proyección e informaron que cerrarán 2013 con un saldo de US$10.556 millones. De todos modos, y aun cuando redujeron lo proyectado en aproximadamente unos US$3000 millones este número sigue pareciendo demasiado optimista para la realidad Argentina. Con mucho esfuerzo y realizando cálculos más que optimistas podemos estar hablando de cerrar este 2013 un saldo que rondara aproximadamente entre los US$8.500, y los US$9.400 millones siendo verdaderamente generosos.
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