abril 28, 2009

MALES MENORES QUE CRISPAN EL HUMOR SOCIAL

Barro en Tartagal. Tres muertos y ocho desaparecidos. La Presidenta saltó en febrero del boato del Palacio de Oriente, en Madrid, al lodo de Salta, haciendo acto de presencia y solidaridad que solo duro un par de horas. Dos meses después, el dengue entró por la puerta del Chaco y se expandió rápidamente por gran parte del norte y el centro del país. La contadora Graciela Ocaña, llego de la mano de Cristina Kirchner al Ministerio de Salud, más que nada para intentar arreglar o sanear las irregularidades que venían dándose, tanto en la caja, como en el presupuesto asignado a la cartera, y no para ocuparse de las tareas especificas de la misma.

Desde el inicio de su gestión, pasó gran parte del tiempo ocupándose de la pelea por el control honesto de los fondos de las obras sociales. Son unos 2500 millones de pesos anuales, que maneja la cartera a su cargo, pero parece desde hace rato que se los quiere arrebatar el jefe de la CGT, Hugo Moyano, con el guiño cómplice de Néstor Kirchner. Graciela Ocaña es ministra de Cristina, pero no de Néstor. Y es ahí donde radica su mayor problema. No obstante, este difícil obstáculo la ministra ha ocupado bien su tiempo y ha sorteado dos de sus grandes problemas, uno, el de no encontrarse dentro del selecto circulo de amigos del ex presidente en ejercicio, y el otro, haber saneado las cuentas de la cartera que dirige. Moyano le ha puesto las cosas claras, en una de las últimas y tensas reuniones que mantuvieron, el sabe que el dinero esta y pretende repartirlo. Esa plata que es del sistema de salud, no se reparte le dejo bien claro la ministra.

El conflicto de Ocaña es que tampoco sabe si existe un sistema de salud, entendido éste como un modelo de prevención y no sólo de cura, si así fuera; ¿Hubiera existido el dengue? Este es el error cometido, haber descuidado, lo importante, las funciones de la cartera que dirige, y seguramente le costara el puesto. Un revoleo de responsabilidades parece predominar sobre la epidemia del dengue. Lo cierto es que el gobierno del Chaco, la provincia más afectada, escondió los primeros datos de la epidemia. Esa es la verdad, hoy la epidemia que no era tal afecto a la esposa del Gobernador. La gente común explotó de impotencia e hizo explotar la noticia por el país y el mundo. El dengue es una epidemia de países pobres, incapaces de tomar las medidas necesarias en el momento oportuno. No es la única epidemia argentina. Otras enfermedades erradicadas han vuelto. La tuberculosis, la sífilis, el mal de Chagas y el hantavirus, están de regreso en el mapa sanitario. La tuberculosis tiene a maltraer a los médicos. El nuevo brote de la enfermedad es resistente a los viejos medicamentos. La tuberculosis históricamente es la enfermedad de la pobreza y la mala alimentación. El plan de fumigaciones contra la vinchuca (el animal que provoca el mal de Chagas) se dejó de aplicar en los últimos años.

El Estado tenía identificados unos 12.544 casos, (VER INDEC) pero la realidad es que los números verdaderos triplicaron esa cifra, los afectados podrían haber sido casi 40.000. Ni Cristina Kirchner ni su esposo ni su gobierno se notificaron de la epidemia, que ha provocado una psicosis social. La peligrosa presencia del dengue pudo ser una tragedia evitada. De hecho, había desaparecido de la Argentina hacía muchos años. Pero las necesarias fumigaciones fueron espaciándose desde 1997 y desaparecieron en los últimos años. Estos fueron justo los años de mayor crecimiento económico de la Argentina desde 1945. Néstor Kirchner se pavoneaba del superávit fiscal. ¿Adónde fue ese dinero si declinaron la salud, la educación y la seguridad, las funciones básicas de cualquier Estado?

1 comentario:

Mariel dijo...

Como mero comentario del sistema de salud y de la psicosis que los medios de comunicación generan, le cuento lo que me ocurrió con la vacuna de la fiebre amarilla...
...yo vivo en una zona que se suponía estaba dentro del conflicto, los empleados de la empresa en la que trabajo, debían viajar al foco mismo de la enfermedad a realizar un trabajo...quisimos se vacunaran...obviamente en más de 300 km a la redonda NO había vacuna...
...pero...si uno miraba los noticieros, los porteños hacían largas e interminables colas para vacunarse...en una de esas filas...una periodista preguntó a una persona: qué hace acá? y la persona le respondió: vine porque mi vecino vino...ni idea para que me ponen la vacuna...
Siendo algo que NO era tan necesario...pero como siempre, estaba mal distribuído...
En la Argentina...hay que avisarle al matrimonio presidencial que NO sólo la riqueza está mal distribuída, sino que en materia de salud es peor...y eso lo maneja el estado, no???

Ahhh porque, recuerdan, a principio de añi, tan sólo 4 meses atrás, el horror era la fiebre amarilla...ya pasamos por el dengue y vamos por la gripe porcina...y ahora, quien se acuerda de la fiebre amarilla???

Saludos