abril 27, 2009

PROPUESTAS SOLO PROPUESTAS

Esta no sería la primera vez que en nuestro país se trata el mismo proyecto, y en las dos últimas oportunidades vino desde el poder judicial. La idea de reformar la Constitución nacional para abandonar las rigideces del presidencialismo y adoptar el sistema de gobierno parlamentario es una propuesta que formuló otra vez más el juez de la Corte Eugenio Zaffaroni. La realidad es que la propuesta no da garantía alguna de que el régimen institucional vaya a mejorar, ¿por otra parte por que habría de hacerlo si los actores serian los mismos? Nuestro problema no es el presidencialismo, sino la persistente e irrefrenable tendencia de muchos políticos a violar la Constitución. Dicen que para muestra…y en la argentina los ejemplos sobran, sin necesidad de hacer memoria hoy la violación al artículo 73 con las candidaturas testimoniales, crispan los nervios de cualquiera. Si esa cultura no cambia, no importa cual sea, el sistema fracasará.

Los vicios de la política argentina no provienen del régimen, sino de las trampas ideadas por políticos inescrupulosos que sistemáticamente han optado por buscar la forma de violarlo. Habría que preguntarse por lo pronto si la crisis actual de los Kirchner deriva de nuestro régimen presidencial, pero la respuesta es obvia. El declinante poder del ex presidente en ejercicio, ¿proviene en tal sentido del régimen presidencial o de su burda alteración en dirección de una concentración absoluta del poder? Cuando Alberdi diseñó la Constitución que todavía nos rige, pensó en un régimen de fuerte autoridad presidencial al que limitarían sin embargo el control estricto del Congreso y de los jueces, así como la prohibición de las reelecciones consecutivas. Ninguna de estas vallas existe ahora. Lo que habría que abandonar por consiguiente, ¿es el presidencialismo absoluto? Estamos entonces ante una deformación política tan grave que de algún modo, justifica la preocupación de Zaffaroni.

Lo que hay que preguntarse es si la causa de esta deformación es el régimen presidencialista como tal ya que la Argentina creció como ningún país bajo grandes presidentes, constitucionales. ¿Ha llegado la hora de abandonar ese presidencialismo que nos rindió tantos frutos? Hubo tímidos ensayos de parlamentarismo en la reforma constitucional de 1994, como la creación de la jefatura de gabinete, pero nuestra cultura presidencialista es tan fuerte que los jefes de gabinete que hemos tenido hasta ahora no han sido más que secretarios privados con un pomposo título. Que el gobierno de los Kirchner atraviesa una situación delicada, no es novedad ni ofrece dudas. Llevado por su desesperación ante el curso negativo de las encuestas, Néstor Kirchner está ensayando una seguidilla de medidas ilegales y a veces simplemente grotescas como su reciente propuesta de lanzar "candidaturas testimoniales" mediante la presentación de gobernadores e intendentes como candidatos para bancas legislativas que no van a ocupar. Y sinceramente un sistema parlamentario no cambiaria estas acciones, porque como ya dije, los actores serían los mismos.

2 comentarios:

Mariel dijo...

Acá la solución es adoptar constitucionalmente el sistema existente: autoritario, déspota, tirano...
Para qué queremos un sistema parlamentario??? para que "alguien" se encargue de "comprar" a todos los parlamentaristas...
Para qué queremos un sistema democrático, con división de poderes??? para que todos "vivan" tratando de complacer al "autoritario encubierto"
En pos de todo ésto, sólo nos resta legitimar lo que estamos teniendo...no?

Un beso.

BE&P Consulting dijo...

MARIEL,lo cierto es que si se podría en las proximas elecciones ligitimar nuestro sistema de gobierno, pero Néstor Kirchner ayer anuncio que si pierden todo será peor que en 2001.
SALUDOS