mayo 08, 2009

EL HOMBRE ES EL UNICO SER QUE TROPIEZA 2 VECES CON LA MISMA PIEDRA

Luego del desencuentro, el Gobierno recogió una buena noticia del FMI, que prometió que con relativa prontitud girará US$ 2500 millones con los que se aspira a fortalecer las reservas del Banco Central. Respecto de los recurrentes cortocircuitos con el gobierno argentino, desde el FMI el comentario fue claro, las relaciones con la Argentina son normales y tenemos un diálogo fluido. Si bien se concedió luego que el gobierno de Cristina Kirchner no ha considerado apropiado que el FMI realice la esencia de su tarea, que es la revisión anual de las cuentas de sus países socios, llamada Artículo IV. Hace tres años que la Argentina impide al organismo el acceso a sus cuentas, y bueno sería que esas revisiones de rutina se retomen cuanto antes. Mientras tanto, el organismo tiene una visión poco nítida de la economía argentina ya que no lo dejan verla, y aún lo descorazonadoras que pueden resultar las proyecciones del FMI estas son las más cercanas a la realidad para un gobierno que espera que se le diga otra cosa.

El gobierno de Cristina Kirchner acusó al FMI de insuflar motivaciones políticas en su informe, molesto porque el país ya no acata sus recomendaciones. Pese a eso, la Argentina se aproximó al Fondo para pedirle auxilio financiero por US$ 2500 millones en derechos especiales de giro (DEG), la moneda interna de la entidad. En la última cumbre del G20 (que reúne países ricos y emergentes, como la Argentina) en Londres, se resolvió la emisión de DEG en favor de todos los países integrantes del Fondo. Los DEG se entregarán sin condicionalidades a cambio. Ese pedido, está bajo discusión y tiene que ser aprobado por el directorio del FMI. Ironicamente el ministro de Economía, Carlos Fernández, en su discurso de apertura de la asamblea del FMI y el Banco Mundial, solicitó una mayor flexibilidad en la provisión de financiamiento para el mundo en desarrollo, con alto acceso, fuertes desembolsos iniciales y sin condicionalidades de política.

Ahora bien, solo 25 años atrás, durante la campaña que precedió el retorno a la democracia de nuestro país, un partido de izquierda popularizó el lema Minga al Fondo. Menos de dos años atrás, poco antes de las últimas elecciones presidenciales, sin emplear aquel léxico, los publicistas de Cristina Kirchner difundieron un spot televisivo que transmitía una idea parecida, y e aquí una vez más las contradicciones de nuestro gobierno. Chicos de un jardín de infantes, eran consultados sobre el FMI, y confundían al organismo financiero internacional con un satélite que chocó contra la Luna, con un animal o con un robot. La propaganda terminaba con la frase "Logramos que tus hijos o los hijos de tus hijos no tengan idea de qué significa el FMI". Lo que omitía decir aquel aviso era que el gobierno de Néstor Kirchner canceló anticipadamente, y sin necesidad, la deuda con el FMI, pese a que su tasa de interés era muy inferior a la que nos impuso después el mandatario venezolano, Hugo Chávez.

Menos imaginaban los ingeniosos publicistas que al año siguiente la fuga de capitales ascendería a U$S 23 mil millones y que de inversiones extranjeras, mejor no hablar. Mientras hoy el FMI evalúa un crédito blando para México por U$S47.000 millones, el gobierno argentino disimula su desesperación por la nueva línea crediticia con supuestos entredichos con organismo. El hombre es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice. ¿Pueden los Kirchner volver sobre sus pasos y sobre sus palabras en medio de una campaña electoral? No, de acuerdo con la lógica K. Tras los comicios, otra será la historia. Pero el camino hacia el FMI será largo y escarpado. Entretanto, habrá que seguir contemplando cómo los ahorros jubilatorios se siguen evaporando para financiar al Tesoro Nacional, que ya tomó más de $7000 millones de la Anses, mientras ésta demora ejecuciones de sentencias favorables a jubilados o la prometida devolución de los aportes voluntarios hechos por afiliados a las AFJP.

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