Se dice hace más de dos mil años que, para que una democracia sea estable, debe prevalecer en ella la clase media. Estas palabras cobran hoy sorprendente actualidad. Sea en Europa, América del Norte, Asia u Oceanía, democracias estables estas, de nuestros días predominan las clases medias. Pero éste no es el caso de América latina, en cada una de cuyas naciones habitan simultáneamente dos pueblos. Un primero, de clase media, responde a las características de las democracias desarrolladas. Pero también tenemos en nuestra región un "segundo pueblo", cercado por la pobreza. Frente a esta dolorosa realidad, los gobiernos latinoamericanos actúan de dos maneras opuestas. Los gobiernos responsables procuran elevar gradualmente a una proporción creciente del segundo pueblo a las condiciones económicas y educativas del primero. El caso más notable es la democracia chilena, que en los últimos años ha logrado reducir las cifras de la pobreza a la mitad, y con un vasto problema de pobreza, el Brasil de Cardoso y de Lula ha emprendido el mismo camino.
Los gobiernos populistas, con el de Hugo Chávez a la cabeza, han tomado el camino opuesto. En lugar de elevar trabajosamente a los que están peor, los populistas latinoamericanos han escogido explotarlos políticamente, convirtiéndolos en su base electoral. No sólo Bolivia, Ecuador, Nicaragua y ahora Honduras siguen esta estrategia. A ella se ha sumado el kirchnerismo. La fórmula populista consiste, en explotar persistentemente a los más pobres para que se vean forzados a ofrecer sus votos a cambio de planes sociales. La otra, es que también prevalezca en él un bajo nivel de educación porque de otra manera los explotados se darían cuenta. Si los populistas consintieran en cambio en elevar el nivel económico y educativo de los pobres, éstos, una vez en un camino de progreso a cuyo término los esperaría la clase media, dejarían poco a poco de votarlos. Cloacas a cielo abierto en los suburbios y pocas clases mal dictadas en las escuelas: he aquí la clave electoral del populismo.
Quizá la principal diferencia entre la Argentina y el resto de los países de nuestra región sometidos al populismo sea que entre nosotros todavía cuenta fuertemente la clase media. Por eso la resistencia al kirchnerismo ha crecido y ha obligado a sus máximos estrategos a internarse en laberintos cada día más tortuosos, como las "candidaturas testimoniales". Esto llevado a nuestra vasta geografía electoral lo vemos en grandes ciudades como la Capital Federal, Rosario, Córdoba y Mendoza, así como en distritos rurales de vanguardia, como los de Santa Fe y Córdoba, y el primer cordón del conurbano como en el interior rural de la provincia de Buenos Aires, Kirchner retrocede y las dos conjunciones opositoras avanzan. Pero en las zonas más pobres y en las provincias peor administradas, como el Chaco de los esposos Capitanich, donde impera el dengue, a la cabeza, el kirchnerismo resiste. El intenso esfuerzo que están desplegando los opositores en el Gran Buenos Aires durante esta campaña electoral pareciera, condenado de antemano. Pero haciendo gala de un espíritu esencialmente práctico, no se resignan a perder sin pelear en el bastión mismo del populismo kirchnerista, donde el propio ex presidente en ejercicio, se prepara a dar batalla arrastrando a Scioli a su lado.
En el Gran Buenos Aires se localizará la batalla principal, ya que el kirchnerismo podría perder en junio el control de una o ambas Cámaras en el Congreso. Si éste fuera el caso, habría que ver cómo se las arreglaría el kirchnerismo, acostumbrado a embestir a todos sus adversarios a la vez, para dialogar y negociar en el Congreso, con su "caja" disminuida y en medio de una nueva situación política en sí misma pluralista. Esperemos entonces que una adecuada política preventiva de parte de todos aquellos que aprecian la república democrática y están dispuestos a defenderla llegue a tiempo para detener y revertir los abusos autoritarios a los que se hallan expuestos los países latinoamericanos amenazados por el populismo. Entre ellos, el nuestro.
3 comentarios:
Una cada vez más golpeada clase media...
Le doy un ejemplo, que corrobora lo que se refleja en la nota...
Ud, que ha podido ver imágenes del lugar donde vivo, se lo imagina como es, tranquilo, apacible, ordenado, con gente que trabaja día a día...
El gobernador de mi provincia, fue casi toda su vida, habitante de mi pueblo...y hoy vuelve al pueblo en obras...asfalto, redes de servicios que se extienden, etc etc...
Pués bien...ello no es gratis, lógicamente, sino que en un tiempo más, se asentará en el pueblo (de 4000 habitantes) unas 60 familias, traídas directamente de lo que se conoce como Villa 31...porque los favores se devuelven...y ese es el costo, según parece, de progresar...
(siempre y cuando el pueblo no se levante y reclame)
No prevalece la idea de hace un siglo atrás, cuando vinieron mis abuelos, los suyos, los de muchos, trabajar, aprender, progresar, educar, aspirar a más...
Un abrazo.
Mariel, si, bien cierto es que los favores se pagan, y muchas veces muy caros sobre todo si se les debe a los Kirchner. Ahora 60 familias, y de la Villa 31 como se sabe con seguridad este dato? ¿de que vivirá esta gente? ¿como harán para sacarlos del lugar donde tienen todo?
SALUDOS
Es la pregunta del millón: de qué vivirá esa gente?? creo que de los mismos planes que tiene en su lugar de orígen.
Por lo pronto, ya salió la licitación para empresa constructora de viviendas...
Mire, en la zona no es raro ese accionar, Concordia tiene una buena cuota de Villas traídas desde Bs As...y sin ir más lejos, días atrás, vecinos de La Paz se quejaron, por medios nacionales, ya que estaba ocurriendo lo mismo, en una zona que está netamente dedicada al turismo.
Saludos.
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