mayo 18, 2009

ERRORES Y NEGOCIADOS DEL MATRIMONIO GOBERNANTE

Los Kirchner han sacrificado todo en pos de quien sabe que maquiavelica ilusión del esposo presidencial, lo poco que les quedaba de política exterior y las últimas nociones del orden público interno. Avivaron la eterna disputa entre dirigentes gremiales, siempre preocupados por ampliar sus espacios de poder que por defender a los trabajadores, y lesionaron seriamente las relaciones con México, la economía más grande de habla hispana, en 2008 según el Fondo Monetario Internacional. Los vuelos desde México se cancelaron porque el Gobierno temió que una epidemia de gripe porcina lo golpeara en vísperas electorales. Kirchner es el argentino que menos confía en la eficiencia del Estado argentino. Sin duda tiene razón. Pero la decisión se tomó como siempre lo hace sin consultas ni explicaciones previas al gobierno de Felipe Calderón. El presidente mexicano reaccionó como era previsible, sorprendido, molesto y cansado del permanente doble juego argentino. ¿Qué puso en riesgo Kirchner con esa absurda decisión? Nada, tonteras, nomás:

México compró autos argentinos en los últimos años, producto de un acuerdo bilateral. Miles de trabajadores argentinos de la industria automotriz le deben su ocupación laboral a esa decisión del gobierno mexicano. Miles de turistas mexicanos han elegido la Argentina en los últimos años como destino de sus vacaciones. Desde la administración de Vicente Fox, México le dedicó a la Argentina tiempo, energía y recursos. Lo que ha puesto en riesgo Kirchner es solo la relación con la economía más importante de habla hispana. Tan grave como eso. La propia Organización Mundial de la Salud dijo desde el principio que era inútil cancelar vuelos con los países aquejados por la gripe porcina, porque el virus ya se había extendido por todos los continentes. Es imposible explicarles a los mexicanos, coherentemente además, el por qué sólo dos empresas mexicanas de aviación fueron las afectadas por las cancelaciones argentinas. La chilena LAN y las aerolíneas norteamericanas, entre otras, siguieron trasladando viajeros entre México y Buenos Aires. Tal vez se trató sólo de las habituales chapucerías del Estado argentino, pero los mexicanos lo vivieron como un claro acto de discriminación. Y no les han faltado razones. También Cuba y Ecuador acompañaron a la Argentina en su tremendo error.

¿Habría cancelado los vuelos con Caracas Kirchner si la gripe porcina se hubiera originado en el país de Hugo Chávez? Seguramente, no. La política exterior ha sido siempre una herramienta de política interna de Kirchner. Un ejemplo claro fueron las declaraciones del líder piquetero Luis D´Elía quien le ha hecho un favor a la escritura de la historia cuando reveló que estuvo una hora con Fidel Castro, enviado por Kirchner, para preparar la contracumbre de la cumbre americana de Mar del Plata, donde Kirchner maltrató a Bush delante de una treintena de presidentes. Los norteamericanos supieron siempre que Kirchner había organizado la cumbre y la contracumbre de Mar del Plata. Y en Washington, tienen memoria y por malo que halla sido Bush, actitudes como esta no se perdonan ni aun en tiempos de Barack Obama.

Jorge Yoma, embajador argentino en México, tratando de mediar en la situación, asesto un golpe durísimo a la vapuleada ministra de Salud Graciela Ocaña, dijo que la Argentina estaba más infectada por el dengue que los mexicanos por la gripe porcina. Yoma es un político de vieja data, como para ignorar el sentido de sus palabras. Ocaña viene cuestionada por Kirchner precisamente porque se metió con el dengue. A Ocaña la hostiga Yoma, pero también la propia Cristina Kirchner, su mentora, que agradeció los gestos de apoyo político a Hugo Moyano, a quien hay que reconocer, la decisión del único dirigente gremial oficialista en un mundo donde el sindicalismo se está levantando contra todos los gobiernos, por las consecuencias de la crisis económica. El problema no se limita a ese megaacto kirchnerista de Moyano, el tema es que el ex presidente en ejercicio, no puede hacer nada. Moyano es imprescindible para él y por otra parte Moyano debe su precaria estabilidad en la CGT a sus relaciones con el poder de Néstor y Cristina.

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