mayo 04, 2009

LA MENTIRA COMO MARCA REGISTRADA

Al ver que existían coincidencias en los diagnósticos, los analistas decidieron elaborar un informe conjunto y convocar a los 14 secretarios de Energía de la democracia. Algunos prefirieron no estar. Quedaron ocho y elaboraron el trabajo analítico. Los ocho ex secretarios de Energía de la Nación que realizaron la presentación, en el Instituto General Mosconi, fueron: Daniel Montamat, Alieto Guadagni, Enrique Devoto, Julio César Araoz, Jorge Lapeña, Emilio Apud, Roberto Echarte y Raúl Olocco. El estudio, que provocó el revuelo en el Gobierno, empieza con una frase contundente: El sector energético afronta serios problemas estructurales sin soluciones a la vista: para resolverlos se debe formular una política de Estado a largo plazo; la Argentina tiene un presente decadente en materia productiva y un futuro incierto. Además remarca que falta transparencia en Enarsa y que los entes reguladores que deberían estar integrados por funcionarios que otrora eran elegidos por concurso público, hoy tienen funcionarios digitados.

La Argentina perforó el año pasado casi la mitad de los pozos exploratorios que los perforados en 1988, y se encamina hacia el final del autoabastecimiento. Las obras eléctricas están retrasadas y no existe un plan energético nacional, por ejemplo, la exploración petrolera en los últimos años fue de mayor a menor, se perforaron 103 pozos exploratorios en 1988; 75, en 1998 y sólo 54, el año pasado, según la Secretaría de Energía. Los precios del petróleo en 1998 eran en promedio para los crudos de la canasta de OPEP 12 US$/barril; muy inferiores a los precios promedio 94 US$/b registrados en el último año, lo que revela que la Argentina no aprovechó el período de precios altos de crudo para realizar inversiones exploratorias en su territorio. Argentina y refiriéndose específicamente al sector eléctrico, ha demostrado tener serias dificultades para ampliar la oferta en nueva generación, se explica que el sector privado no cuenta en la situación actual con las condiciones mínimas para invertir, y el Estado, cuando lo hace a través de Enarsa por ejemplo, actúa en forma no planificada y recurriendo la mayoría de las veces a costosas soluciones de urgencia. Sobre ese sector dice además que el sistema está manejado con visión cortoplacista; no planificado a largo plazo, con inversiones que se encuentran retrasadas y, como consecuencia, exhibe un funcionamiento deficiente con perspectivas de agravarse.

El plan propuesto pide transparencia para las operaciones de Enarsa, que todo se haga mediante licitación pública y que se vuelvan a jerarquizar los entes reguladores, así se evitarán las importaciones innecesarias de combustibles como el fuel oil, del cual nuestro país es exportador neto. Otros planteos son, la aplicación de una tarifa social y que se termine con el ocultamiento de la información, la negación de la existencia de problemas estructurales en el sector energético y su ocultamiento a cualquier costo. La información pública sobre la real marcha del sector energético es muy poco transparente, lo que es a todas luces injusto para la ciudadanía.

Este duro informe sobre la situación energética del país derivó en una fuerte polémica ya que su presentación fue suspendida. A alguna mente brillante se le ocurrió que se prohibiera su difusión, y de la presentación de un estudio energético se genero un hecho mediático que trasciende al documento en sí. Hubo censura, otra vez desde el gobierno que no fue transparente al exponer los motivos de suspensión de la presentación en la UBA. Entonces todo tomó otro color desde la publicación de una nota en Perfil, se interpretó como un acto político; se desvirtuó la idea que había sido originalmente presentada a la Presidenta con un pedido de audiencia que, según se supo en la nota, no fue respondido. El dato más critico del informe dice que el Mar Argentino, que tiene grandes posibilidades, está prácticamente sin tocar, y la razón de esta sinrazón, es la falta de inversión, pero ya no por la crisis mundial, sino porque no hay condiciones institucionales de seguridad política ni jurídica en nuestro país para atraer a una inversión de alto riesgo. Y sin duda este hecho es una muestra más de las falencias del matrimonio gobernante.

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