septiembre 01, 2009

LA COMUNICACIÓN, EL DIALOGO, Y LOS KIRCHNER

Ambas observaciones que a continuación se destacan, no se compadecen con la realidad. Y esconden, en el fondo, el pecado de soberbia que, en términos generales, suele identificar a los argentinos, creer que los otros necesitan abrevar en estas aguas para alcanzar el éxito. Mientras Cristina Kirchner insista en afirmar que Barack Obama es un imitador de su marido y que debió de leer a Perón, difícilmente haya un cambio en la paupérrima comunicación oficial. Si de resultados se trata, la imagen positiva del presidente de los Estados Unidos tanto en su país como en el exterior debería ser observada como un ejemplo o al menos, considerada. En lugar de buscar paralelos imposibles, la Presidenta debería apreciar que, en apenas siete meses de gestión, Obama ofreció cuatro veces más conferencias de prensa que Bill Clinton y dio tres veces más entrevistas que George W. Bush. Ni su marido ni el mismísimo Perón, nombrado con menor frecuencia en la Argentina de los Kirchner que Bolívar en los monólogos de Hugo Chávez, se mostraron tan abiertos con la prensa y, en última instancia, con la ciudadanía. El estilo del secretismo, incorporado desde 2003 como una forma de tomar decisiones e ignorar al Congreso y gran parte de los integrantes de su propio gobierno, no ha variado en absoluto. Menos aún ha variado, al menos en público, la escasa disposición a tolerar el disenso.

De ahí el discurso permanente contra el periodismo si no es un "mensaje cuasi mafioso", es el "fusilamiento mediático", y así nunca parece haber mejor defensa que un agravio contra la prensa. ¿Es posible creerle entonces al Gobierno cuando, tras leer a su modo un resultado electoral adverso de cabo a rabo, propone el diálogo a los mismos actores con los cuales se rehúsa a cruzar palabra? Sin ir más lejos, mentira e Indec han pasado a ser sinónimos en el diccionario de los argentinos. Es inaudito, y tanto, quizá, como el rechazo a mejorar la política de comunicación, si tanto daño provoca al Gobierno la visión errónea de la prensa, ¿por qué no faculta a esa área de funcionarios idóneos que se caractericen por ser verdaderos voceros y no mentirosos selectivos? Los Kirchner admiraban a Clinton, antes que a Obama, por su astucia en zafar de las peores situaciones con un carisma del cual ellos carecen. ¿Por qué no imitan, al menos, su amplitud para comunicarse y, más allá de haber ocultado la verdad durante meses, su coraje para enfrentar las preguntas más difíciles, sin insultar a nadie ni identificarlo como el emisario de tal o cual grupo de poder mediático? Por otra parte nada hay de comparable en la Argentina de 2003 con los Estados Unidos de 2008. Ni es comparable la papa caliente que recibió Néstor Kirchner con el enorme desafío que aceptó Obama. Entre ambas situaciones, sin embargo, hay una conexión la necesidad de amasar poder, en un caso, y de sumar consensos, en el otro, en dos sistemas de gobierno parecidos, pero, a causa de sus políticos, diferentes. Es curioso que el presidente norteamericano no haya aplicado ninguno de los métodos del anterior presidente argentino y que la actual presidenta argentina tampoco aplique, a la luz de su obsesión por los resultados electorales, ninguna de las estrategias de seducción de su par norteamericano. No existe voluntad de cambio, en verdad. O, en todo caso, esa voluntad de cambio está más identificada con la línea de Chávez, Rafael Correa, Evo Morales y Daniel Ortega, entre otros, de ver en los medios de comunicación enemigos al acecho que son funcionales a las críticas a falta de una oposición política razonable.

No es cuestión de imitar a Obama, sino de evaluar qué es mejor, su acento en la construcción de consensos a pesar del disenso o la prédica destructiva que Chávez pretende legitimar democráticamente en una Asamblea Nacional dominada por su gente. Esa última pretensión bien pudo haber sido el objetivo de los Kirchner de haber ganado las elecciones legislativas del 28 de junio. La política del desplante a los adversarios y los periodistas, que no son iguales bajo ningún punto de vista, debería virar ahora en una dirección más sensata y efectiva. Después de tantos años de optar por los fotógrafos, ya es hora de ver con otros ojos los ejemplos que pueden resultar constructivos, sorprenderse de que no son un invento argentino y permitir que brisas más frescas que "los vientos de guerra" que suele alentar Chávez pueden ser favorables para todos, empezando por la pareja presidencial. Pero el liderazgo no es hijo de la imposición, como lo conciben los Kirchner, sino de la seducción con la palabra, y a falta de ese don, buenos son los oídos para volver a una normalidad que hoy parece cada vez más lejana. En un diálogo, siempre hacen falta dos.

2 comentarios:

Mariel dijo...

Si lo leyera Cristina, seguramente diría: "nada les viene bien (por ser fina) estoy prácticamente todos los días comunicandome con la sociedad a través de la Cadena Nacional"...
Y a mi...me hacer parecer a Chavez, que cada vez que pasas por el canal Bolivariano, está hablando maravillas de su gobierno...

Ahora, hay alguien que me quiera decir si era necesario inaugurar un salón con la cadena nacional? ir a ver las obras de la Casa del Teatro, con la cadena nacional?
Seguimos en la misma...tapando con un arbolito, el bosque que hay detrás.
Paradójicamente, la Cadena Nacional fue en el preciso, exacto, crucial instante, en que muchos de los canales (de aire que no secuestran imágenes) estaban pasando en directo el tractorazo que hubo en Gualeguaychú, importante en magnitud por cierto...
Pero...si Cristina lee mi comentario dirá, que me interesa más un Yuyo que la Ciencia...pobre, cuán equivocada está, supe antes que ella quien era Saavedra Lamas...y se lo apuesto.

Saludos!

BE&P Consulting dijo...

POERDON, ELLA NO SABE QUIEN FUE ASI COMO SOLO SABE QUE EXISTE UN GLACIAR QUE LLEVA EL NOMBRE DEL PERITO MORENO, PERO NO TIENE IDEA DE CUAL ES SU LEGADO.
ESO SI LO COMPARO CON UNA FARMACEUTICA QUE NADIE SALVO SUS FAMILIARES SABEN QUIEN ERA, Y POR SU PUESTO SOLO POR SU CONDICION FEMENINA, POBRE...
MAS BOMBAS DE HUMO.
SALUDOS.