octubre 23, 2009

ACTORES DE LA FARSA ARGENTINA

Ya no hace falta seguir descifrando las declaraciones de Amado Boudou sobre el Fondo Monetario Internacional para advertir la distancia que separa a la Argentina del organismo. La Cámara de Diputados aprobó cuatro reformas de la ley Nº 25.917, conocida como ley de responsabilidad fiscal, que volverán más problemático cualquier examen del Fondo sobre la economía local. Son cambios hechos a la medida de Cristina Kirchner, ya que sólo regirán para 2010 y 2011. Están referidos a la Nación, las provincias y la ciudad de Buenos Aires. El primero modifica el artículo 10 de la ley y permite que el gasto público aumente a una tasa superior al PBI, esto solo sincera lo que viene ocurriendo desde 2003, en 2007, el gasto creció el 50% y el PBI nominal es decir, sin descontar la inflación lo hizo el 25%. El segundo levanta la prohibición (art. 12) de endeudarse para solventar gastos corrientes. La tercera modificación permite que la Nación, las provincias y la ciudad de Buenos Aires puedan gastar por encima de sus recursos, en contra de lo que establece el artículo 19. La cuarta corrección quita una barrera que sólo regía para las provincias (art. 21) y les permite endeudarse por encima del 15% de sus recursos. Los cambios aprobados en Diputados son la manifestación elocuente de la crisis fiscal que atraviesan la Nación y las provincias, y finalmente van a liberarse de un peso que cargan desde agosto de 2004, cuando se sancionó la ley 25.917.

Boudou, como antes Martín Lousteau o Sergio Massa, está poniendo a prueba los límites de Kirchner. El ministro no pudo traer de Turquía lo que su jefe le había encomendado que la revisión prevista en el artículo IV de la Carta Orgánica del FMI no contuviera evaluación alguna y que, en lo posible, se realizara a distancia. Es que el Fondo no es el boliche, donde se consigue casi todo. Las revisiones del artículo IV son exámenes rutinarios a los que se somete la mayoría de los países. Esta claro que para el mercado, la reticencia confirma que los números de la Argentina en especial los del Indec están diseñados para embaucar inversores. Para el kirchnerismo, en Estambul comenzó a negociarse una rendición. Han quedado atrás los tiempos en que Cristina Kirchner, le decía a Massa "Antes del volver al Fondo, me pego un tiro", ya en la cumbre que el G-20 celebró en abril en Londres, ella firmó una declaración que en su párrafo 12 dice; "Apoyaremos, ahora y en el futuro, la supervisión sincera, equilibrada e independiente por parte del FMI de nuestras economías y nuestros sistemas financieros". No vaya a ser que ahora, por no cumplir, el país sea despedido de esa agrupación, sería una frustración para la Presidenta, fascinada con que la escuchen en esos foros. La Argentina se está volviendo cansadora, en Estambul tampoco se hizo el anuncio que habían prometido, no deberían demorar tanto, con los bonistas, el canje debe realizarse.

¿Cómo piensan financiar el déficit del presupuesto? "Con recursos domésticos". Es decir, al menos por ahora, antes que en colocar un bono en el mercado, en Economía están pensando en obligar a Martín Redrado a emitir más pesos simulando ganancias que sólo se registran en los libros, en extraer más recursos del Banco Nación y de la Anses; en hacer un uso extremo de los saldos líquidos de las cuentas del Estado; y, llegado el caso, en tomar excedentes del sistema financiero a cambio de un título. A Kirchner se le pueden achacar muchas desviaciones. Pero hay que reconocerle que está cumpliendo con el mandato que recibió de las urnas, no piensa en otra cosa que en "profundizar el modelo". La inflexibilidad que se observa en el sector financiero se advierte en la política agropecuaria. Es cierto que Aníbal Fernández, que se sueña gobernador bonaerense, pretende llegar a un acuerdo con el campo. Hasta puso a su principal asesor económico a elaborar un programa para salir de los controles de precios. Se ve que no teme a los muchachos de Guillermo Moreno. Sin embargo, la reunión del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, con la Comisión de Enlace, fue tan engañosa como la de Boudou con Strauss-Kahn. Domínguez propuso encerrar la negociación en una serie de encuentros técnicos en el INTA. Los cuatro líderes del campo no terminaron de creer lo que habían escuchado. Otro acercamiento engañoso y frustrante para el sector más rentable Argentino.

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