abril 22, 2010

De mendigo a multimillonario

Cristóbal Manuel López socio de Néstor Kirchner y dueño de Casino Club cerro la compra de la refinería que Petrobras controla en San Lorenzo, Santa Fe, y unas 250 estaciones de servicio de esa marca en un monto que oscila entre 32 y 35 millones de dólares. Así es, la Argentina tendrá próximamente un nuevo refinador de combustibles el Zar del juego con el visto bueno de su socio, ahora se ocupara de un negocio bastante más rentable. Aunque ni en Petrobras ni en el grupo del empresario patagónico quisieron hablar oficialmente del tema, ya que todavía se encuentra bajo condiciones de confidencialidad. La operación especifica un período de tres meses de "cogestión" entre las dos empresas, hasta que se produzca administrativamente el traspaso definitivo. El paso que convierte a López en petrolero "integrado" será refinador y extractor de hidrocarburos, como YPF y Petrobras se concretó en cinco meses y en absoluto silencio. El 28 de octubre del año pasado, durante un cóctel en el hotel Sheraton de Mar del Plata, el dueño de Casino Club fue consultado, respecto de si estaba en tratativas para adquirir la refinería y como siempre, López fue terminante, es un disparate nada más lejos de la realidad dijo. Aun cuando hay, de todos modos, algunos puntos importantes que deben resolverse durante la nueva etapa pero la compra es un hecho consumado. Por ejemplo, Petrobras seguirá siendo, como hasta ahora, la proveedora del suministro eléctrico de la refinería o quién les entregará combustible a las estaciones de servicio que hayan quedado fuera de la operación. Y una cuestión que no habría que subestimar en este mercado, es: si los 225 expendedores que sí entraron en la compra y que trabajan con la marca a través de contratos están dispuestos a trabajar con el nuevo refinador. A la estatal brasileña llegaron ya algunos reclamos de empresarios pyme con pocas ganas de cambiar de proveedor. No será fácil, para López, entrar con su marca en un sector que de todo desconfía. De hecho algunos petroleros no se ponían de acuerdo en la valoración del precio pagado por la refinería San Lorenzo. Aparentemente es un tercio de lo que vale, y la única comparación posible de una operación como esta se remite a los 90, cuando Pérez Companc, la dueña anterior a Petrobras, le pagó a YPF 12 millones de dólares por esas instalaciones, sobre las que después invirtió un monto similar.

La otra incógnita, mucho más de fondo, es qué estrategia seguirá Petrobras, que mantiene aún la refinería de Bahía Blanca. ¿Querrá ahora, como se especulaba meses atrás, adquirir la planta que Esso tiene en Campana? Esa medida podría saldar una vieja asignatura pendiente de los brasileños en el país, en septiembre de 2007, Petrobras hizo una atractiva oferta por la filial local de Esso. Se había contratado para la operación al banco de inversión JP Morgan. Pero los brasileños se encontraron en aquellos días, por segunda vez en pocos meses, con un fuerte rechazo del Gobierno, que pretendía que los activos de Exxon Mobil quedaran en poder de empresarios nacionales. Ese año, la Casa Rosada ya le había frenado a Petrobras la venta de su parte en la transportista eléctrica Transener al fondo de inversión norteamericano Eton Park. La refinería que compra López tiene una capacidad para procesar unos 7000 metros cúbicos de petróleo por día. Es pequeña si se la compara, por ejemplo, con la que tiene YPF en Ensenada, cuatro veces mayor. Y está, en realidad, mejor preparada para producir gasoil liviano o fueloil, lo que en el sector se conoce como "destilados medios", que cualquier otro fluido. Si quisiera producir, por caso, nafta de alto octanaje, debería agregarle aditivos o utilizar una planta reformadora que, a través del empleo de energía, mejore la calidad de los combustibles. En esa zona están, a tales efectos, las instalaciones de Petroquímica Argentina SA. De ahí las especulaciones de la industria, que sospecha desde hace tiempo que López centrará su negocio en la venta de fueloil a las centrales generadoras de electricidad, cada vez más demandantes de líquidos mientras siga faltando gas. Sin ir muy lejos en el tiempo, un desperfecto con turbocompresores de las petroleras Total e YPF en Neuquén dejó sin 10 millones de metros cúbicos de gas a todo el sistema nacional, situación que obligó al Gobierno a suplir, una vez más, el suministro con el barco regasificador de Bahía Blanca. El buque que llegó a la Argentina para inviernos de emergencia ya trabaja todo el año. Si se decide a vender fueloil a esas usinas, López será en realidad proveedor de la estatal Enarsa, la intermediaria que distribuye el combustible entre todas.

No hay comentarios.: