junio 01, 2010

La relación Argentina con el Reino Unido

David Cameron había protestado severamente por la actitud de supuesta neutralidad sobre el conflicto bilateral que había asumido la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton. Por aquel entonces, febrero de 2010, Cameron entendía que esta actitud era decepcionante, más aún viniendo de un socio comercial como los Estados Unidos. En los medios británicos especulan con que su posición sobre Malvinas será todavía más dura que la desplegada por su antecesor, el laborista Gordon Brown. Por lo tanto resultaría difícil creer que el nuevo primer ministro británico, aceptase el pedido de Cristina Kirchner de detener la exploración petrolera en Malvinas, pero como siempre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner totalmente desinformada volvió a reiterar su pedido al flamante primer ministro británico, solicitándole que detenga la exploración de hidrocarburos en el área de Malvinas, a través de una carta en la que también le expresa la voluntad del gobierno argentino de reanudar el demorado proceso de negociación sobre la soberanía de las islas. La Presidenta, sólo unos días antes había criticado a Gran Bretaña por su ejercicio de colonialismo sobre las Malvinas durante su discurso en Tierra del Fuego, el 2 de abril pasado, a 28 años de la invasión argentina al archipiélago. Según reza el texto de la carta enviada, en uno de sus pasajes la Presidenta dice textualmente, espero tenga usted la posibilidad de detener esas acciones en beneficio de una cooperación fructífera con mi país. Lo cierto es que al nuevo primer ministro le importa muy poco mantener ninguna relación fructífera con la Argentina. A todo esto, Cristina inicia su misiva felicitando al mandatario británico; “Tengo el agrado de dirigirme a Usted con motivo de su designación como Primer Ministro, a los efectos de transmitirle, en nombre del Gobierno argentino y del mío propio, nuestros deseos de éxito en su gestión".

Las circunstancias mundiales, entre las cuales sobresale la grave crisis económica y financiera que ha afectado y sigue afectando al mundo en general y a Europa en particular, ponen en evidencia la importancia de seguir construyendo una comunidad internacional capaz de encarar con visión renovada los problemas más graves y urgentes de la agenda global, como lo venimos realizando, por ejemplo, en el marco del G20. Pero no termina ahí, continúa y dice que; “En tal sentido, deseo renovarle la disposición de mi Gobierno de seguir contribuyendo juntos a ese objetivo". Y para culminar, contrariamente a todo lo dicho la presidenta volvió a reclamar negociaciones sobre la soberanía en el archipiélago utilizando siempre el mismo argumento. "Con ese mismo espíritu de colaboración, quiero expresarle la voluntad del gobierno argentino de reanudar el demorado proceso de negociación sobre la soberanía de las islas Malvinas, de conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas [ONU]." No obstante, sus contradicciones la primera mandataria, en enero pasado había logrado el cese de la exploración petrolera. Cristina Kirchner logró conseguir que todos los países de la Cumbre de la Unasur y el Grupo Río rechazaran en México esas exploraciones en las islas. El canciller Jorge Taiana, además, visitó el 25 de febrero al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para que intercediera ante Gran Bretaña. En México, y en sucesivas oportunidades, Cristina Kirchner acusó al Reino Unido de violar desde 1965 las resoluciones de la ONU, pese a ser miembro del Consejo de Seguridad de ese organismo. Y pidió a los países centrales, como los Estados Unidos, que "intervinieran". Pese a los reiterados reclamos, la única verdad es la realidad, y nos guste o no nos guste una vez más el Gobierno reaccionó tarde a la iniciativa británica y cuando ésta ya estaba muy avanzada. Además, una de las debilidades de la política exterior argentina es que no cuenta hoy con embajador ante Londres, ya que el designado José Nunn no tiene acuerdo del Senado.

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