julio 27, 2010

Más de la embajada paralela parte II

De Vido ordenó a su gente previa aprobación de la presidenta Cristina Kirchner que respondieran mediante un comunicado no sólo a las gestiones que hizo Olazagasti en Caracas y que despertaron la advertencia del subsecretario de Integración Económica Eduardo Sigal, sino también a los reiterados viajes que el hombre más cercano a De Vido había hecho en los últimos meses. No sé cómo se armó la reunión, no sé si sabían que las empresas marginadas estaban en Caracas. No lo sé. Cada uno estaba metido en sus reuniones. Lo que tratamos de hacer es subsanarlo. Con estas palabras, el subsecretario de Integración Latinoamericana de la Cancillería, Eduardo Sigal, confirmó que Cancillería estuvo fuera del encuentro donde un enviado del ministro de Planificación Julio De Vido decidió qué empresas entrarían en el programa de trabajo para la provisión de materiales eléctricos a Venezuela, dejando fuera de juego a dos importantes proveedoras nacionales. Las palabras de Sigal están avaladas por un cable que lleva su firma y que ratifica la plena vigencia de la “diplomacia paralela” en los negocios con la República Bolivariana. Apenas leyó los diarios, Julio De Vido llamó a su mano derecha y lo ratificó en el cargo. Lejos de pensar en alejarse del Gobierno, el secretario privado del ministro de Planificación y funcionario "todoterreno"José María Olazagasti recibía el aval de su jefe tras el revelador cable diplomático que lo ubicó como el responsable de haber discriminado a dos empresarios producto de su negativa, ante la solicitud explícita, del pago de las coimas que hoy se continua investigando, para hacer negocios en Venezuela.
Julio De Vido pidió desmentir las acusaciones y el cable que fuera publicado en varios diarios. El argumento oficial será involucrar a funcionarios tanto de la Cancillería como de la embajada argentina en Caracas, a cargo de Alicia Castro, en todas las gestiones que realizó Olazagasti en Venezuela, para desmentir las acusaciones. Con esa idea, en el comunicado del Ministerio de Planificación aparece nombrado el director de Integración Económica Latinoamericana, Natalio Hammer, un funcionario de la Cancillería, y además citan que en las reuniones que protagonizó Olazagasti había representantes de la embajada argentina en Caracas. Sigal intentó explicar el impacto producido por la difusión de un cable diplomático que envió el 30 de junio a la Embajadora en Venezuela Alicia Castro con copia al nuevo canciller Héctor Timerman y al secretario de Relaciones Económicas, Alfredo Chiaradia. Allí consignaba que Olazagasti había incluido a un grupo de empresas para participar del Grupo de Trabajo que proveerá materiales y equipamientos eléctricos para ayudar a sanear el fallido sistema energético bolivariano. De todos los memos y cables oficiales que circulan entre Buenos Aires y Caracas, este era el primero que reconocía sin disimulo el rol de Olazagasti, un empleado de planta transitoria del Ministerio de Economía que, sin ser designado, ocupa el cargo de secretario privado de De Vido y reemplaza en funciones de “embajador paralelo” a Claudio Uberti, el ex titular del Occovi. Uberti, se sabe, solía ser el enviado oficial de Planificación a la República Bolivariana hasta que perdió el puesto por tratar de sacar del país al famoso valijero, Guido Alejandro Antonini Wilson y a una valija con 800 mil dólares.

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