septiembre 30, 2010

El gobernador gobernado

El relato oficial ofrece diariamente nuevos sorprendentes, y algunos desopilantes capítulos y por otra parte también es sabido que Néstor Kirchner y Cristina Fernández acostumbran comentar temas de la realidad como si no llevaran siete años en el poder, pero este discurso del ex Presidente merece un lugar en el podio, sobre todo porque no sólo volvió a desvincular a las dos gestiones Kirchneristas, de cualquier responsabilidad en el tema inseguridad, sino porque aparte sin miramiento alguno, ridiculizó públicamente al hoy gobernador Daniel Scioli, y ex vice del propio Kirchner, al sugerirle que no tenga miedo y diga quién le tiene las manos atadas. Las críticas del oficialismo a los jueces, luego de 7 años ya aburren, y más considerando el impulso que ha dado el oficialismo a numerosas leyes que acotaron penas y favorecieron excarcelaciones, es así como puede enmarcarse la habitual actitud política de este gobierno eludiendo sus responsabilidades, pero con el agregado de poner a Scioli en la situación de decir quién le ata las manos y no tener miedo no permite muchas interpretaciones. Esta fue la primera advertencia pública, un ultimátum, y también un acto de disciplinamiento interno. Si Scioli no habla, es porque sin duda es el propio Gobierno quien lo condiciona.

Los habitués de las tertulias políticas de Kirchner en Olivos se veían venir desde hace tiempo este disciplinamiento, para un títere como lo es el gobernador Daniel Scioli. Hace tiempo ya que el ex presidente cuestiona con ganas al gobernador, tanto en la intimidad de la quinta presidencial, como fuera de ella, aunque nunca antes de esta manera. Suele decir que no hace política y que no defiende las políticas del Gobierno. Más de una vez se quejó de su tibieza para hablar de la ley de medios y de su defensa débil del matrimonio gay. Renuente a que Scioli mida mejor en los sondeos y obsesionado por mantener el control territorial en el conurbano bonaerense, Kirchner no sólo instruyó a los ministros nacionales para que hagan campaña bonaerense y condicionen su crecimiento: ahora también ordena que hagan saber de sus molestias personales. Kirchner venía criticando a los jueces porque dejan que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra, y también apuntaba a los dirigentes opositores por su discurso simplista. Hasta ahí su discurso era el habitual, escuchado hasta el cansancio, pero solo hasta ahí, seguramente Scioli no esperó la frase que seguía, no tenga miedo gobernador Scioli, porque usted nunca lo tuvo. Diga quién le ata las manos, porque hay que hablar con nombre y apellido, hay que solucionar el problema de la justicia, porque todavía nuestra justicia, no toda, porque generalizar es malo, no sólo retarda, sino que en el propio retardo de investigaciones genera acciones que permiten que escondiéndose en un falso garantismo, los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra. El aplauso que siguió a la frase, y la mueca de Scioli, que como siempre será, esa cara de póker, quedarán en el anecdotario de Néstor Kirchner.

En el encuentro nadie esperaba que Kirchner hablara de la inseguridad en la principal provincia del país y menos que cuestionara a Scioli así en público. El jefe del PJ lo desafió en público, al comienzo y al final del discurso en el galpón de La Boca, después de criticar también a la Justicia, a las fuerzas policiales y a los medios. Estamos cansados de que no nos digan la verdad o que la digan a medias, le dijo al gobernador, ante legisladores e intendentes que se miraban atónitos, y con inocultable sorpresa. Desde el Gobierno, además, admitían que quieren forzar al gobernador a que explique, expresamente, quién le ató las manos. Por su parte el jefe de gabinete Aníbal Fernández minimizo los dichos, y explico que el ex presidente Néstor Kirchner no le apuntó a Scioli cuando le pidió que diga quién le ata las manos, ya que según su visión, siempre muy amplia y acertada a él, le parece que es bueno que las cosas se hablen, y agrego que cuando escucho el planteo de las manos atadas lo llamo a Scioli en ese mismo momento para ver qué quería decir, e indicarle además que es momento de ser contundentes, si hay responsables hay que darlos a conocer con todas las letras.

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