febrero 02, 2011

Amado Boudou

Hay apenas un 2% de diferencia entre la cifra que dice deber la Argentina y la que reclaman los países agrupados en el Club de París. El deudor y los acreedores han estado discutiendo el monto de la deuda, que al momento de la cesación de pagos rondaba los U$S6.000 millones. En el último informe sobre la situación de la deuda pública del año pasado, el Ministerio de Economía reconoció que contabiliza con el Club de París una deuda de U$S6.276 millones, pero también se aclaraba en el informe que esa deuda no incluía los intereses moratorios o punitorios, que es justamente uno de los puntos que se han discutido desde que se volvió a realizar el anuncio del pago por enésima. Los cálculos sobre esos punitorios varían, pero en cualquier caso se estima que la deuda total se encuentra alrededor del dos 1.000 o 2.000 millones encima de lo que se reconoce oficialmente. El Gobierno estaría más cerca de terminar de regularizar así la situación financiera del país al haber logrado algunos avances en esta negociación con el Club de París.

El Gobierno, siempre insistió en que ese pasivo contraído básicamente con Alemania y Japón y que entre ambos suman el 60% del total apenas supera los US$6000 millones pero se equivoca como dijimos por los intereses que no contabiliza y que sumaria unos US$9000 millones, y no debemos olvidar que la Argentina arrastra una mora que alcanza a los nueve años en el pago del 85% del total adeudado. En el club, sus miembros se han mantenido a la espera de una propuesta razonable sobre el espinoso tema de los términos para el reembolso de la deuda impaga. Argentina quiere pagar en no menos de tres años, y los acreedores quieren cobrar en un plazo de 18 meses máximo. Ahora los dichos fueron, nos gustaría que en junio el tema esté resuelto estamos trabajando muy fuerte, no hemos tenido vacaciones. El ministro de Economía, Amado Boudou, sorprendió al asegurar que quiere tener cerrado el acuerdo con el Club de París, para junio. La deuda, cuyo monto total aun es motivo de discusiones al igual que los plazos para su cancelación, vuelve a ser noticia ya que previamente se había mencionado marzo como plazo para el acuerdo. La deuda es un escollo para el financiamiento de nuevas inversiones en el país, en un momento en que se requieren desembolsos para atacar el problema de la inflación ampliando la oferta de bienes y servicios.

Pero el ministro de Economía, Amado Boudou, está en otra cosa, quiere ser jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Y, al menos por ahora, pretende hacerlo sin abandonar sus funciones como jefe del Palacio de Hacienda. Esto quedó claramente planteado, en sus últimas declaraciones antes de viajar. Del tema en cuestión casi no habló, pero prometió un plan de viviendas sociales para trasladar a las familias que viven sobre la cuenca Matanza-Riachuelo. Dijo que el Gobierno había creado una partida presupuestaria específica para financiar la construcción de 17.771 viviendas en los próximos 24 meses. Lamentablemente los datos aportados revelan que el Gobierno no avanzó en la construcción de las viviendas que prometió para quienes habitan en la zona. Según el convenio original, de 2006, se iban a construir viviendas para 10.745 familias en el mismo plazo. Sin embargo, en cuatro años, se construyeron 5.010 viviendas. Para alcanzar las 17.771 viviendas que promete ahora, el Gobierno tomará en cuenta las 5010 ya construidas es decir que para concretar la nueva mentira sólo le restan unas 12761 mas. En campaña y lejos del Club de Paris Boudou opino que era una vergüenza el no haber resuelto el problema habitacional en la ciudad. El proyecto está, el dinero está, lo que necesitamos es que el Gobierno de la Ciudad se ponga a trabajar en esto, dijo Boudou. Ahora de la deuda en default desde hace nueve años, ni noticia.

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