febrero 15, 2011

Superavit 2010

Al presentar los datos, el ministro de economía Amado Boudou afirmó que todos los países del mundo utilizan recursos extraordinarios que obtiene el Estado para presentar los resultados de sus cuentas. Error, porque aparte de ser un concepto equivocado, y aun cuando fuera cierto, como dicen “mal de muchos consuelo de tontos”. Si la intención entonces es la de copiar a otros países mejor copiemos lo bueno y no lo malo. En fin, el tema o el error radica en que las fuentes de recursos sobre las que se está sosteniendo el resultado positivo del año no son en rigor de verdad sustentables. Así, ya para 2011 se proyecta, por ejemplo, que las transferencias al Tesoro desde el Banco Central serán mucho menores que las del año pasado, de hecho sumarían, sólo entre $7000 y 8000 millones, porque ése habría sido el nivel de ganancias de la entidad en 2010. Las ganancias que transfirió el Banco Central y las obtenidas por el fondo de reserva del sistema jubilatorio derivadas de las inversiones que habían hecho las ex AFJP para gestionar el ahorro de sus afiliados le permitieron al Gobierno mostrar un resultado superavitario para el ejercicio fiscal de 2010. Así, el año cerró con un resultado primario positivo de $25.082,2 millones y un superávit financiero después de considerar el pago de intereses de la deuda de $3035 millones. El saldo favorable en las cuentas primarias es inferior a los $32.133,4 millones, contabilizados como ingresos, que provienen de las rentas logradas por diferentes organismos públicos. Las más significativas fueron las ganancias del Banco Central $21.247,4 millones y las del fondo de sustentabilidad gestionado por la Anses $8606,2 millones, cuyos recursos están, según la ley, limitados en su uso a fines previsionales.

En el informe oficial, Economía no menciona estos aportes y transferencias y presenta el superávit financiero de $3.035 millones como resultado del conjunto de políticas implementadas por parte del Gobierno Nacional, que contribuyeron al crecimiento del país y permitieron mantener uno de los pilares del esquema macroeconómico, a saber, el superávit fiscal. El informe destaca que en 2010 los recursos crecieron un 34,7% en gran medida por el fuerte dinamismo del consumo interno, del comercio exterior, del precio de los commodities y de la masa de salarios imponibles. En esta enumeración no se menciona un elemento clave: la inflación de más del 26%, que explicaría así buena parte del 34,7% de incremento recaudatorio. Además de la mayor actividad, la fuerte suba de los precios domésticos fue permitiendo que los ingresos del Fisco crecieran todos los meses como mínimo al ritmo de la inflación, mientras los gastos fueron subiendo menos y retrasados respecto de la suba de los precios. Los gastos corrientes tuvieron un aumento del 30,5%, en tanto los gastos de capital aumentaron el 34,7%. Así, la inflación jugó a favor de las cuentas públicas por partida doble, básicamente ayudó a mejorar más la recaudación nominal de los ingresos y a retrasar las mejoras nominales de los gastos. De esta manera, mientras Economía presenta las cuentas con una mejora de más de $10.000 millones por pasar de un déficit de $7.138 millones en 2009 a un superávit de $3.035 millones en 2010, esos cambios se explicarían por los $9.000 millones de esas asistencias y transferencias adicionales desde el Banco Central que tuvieron lugar el año pasado.

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