marzo 15, 2011

El juez federal

Concentra sin duda en la actualidad, una cantidad de causas extremadamente sensibles y muchas de ellas cercanas al gobierno. Así fue que la decisión tomada por el juez federal Norberto Oyarbide descolocó a muchos personajes muy poderosos, de la vida pública nacional y casi dando un vuelco de 180 grados en la causa de la mafia de los medicamentos que puso a los sindicalistas en estado de alerta ordeno la detención y posteriormente la liberación de Gerónimo "Momo" Venegas, un par de semanas atrás. Extrañamente la vida pública del magistrado que acumula las causas más sensibles se entrelaza con su espacio más íntimo, es que todas las tardes Oyarbide disfruta del exclusivo spa Colmegna, en pleno centro porteño, donde ya pagó los U$S6000 por la Anualidad VIP. Pero no sólo se relaja, desde allí también imparte justicia. Todas las tardes le acercan causas judiciales. Firma, llama a indagatoria, resuelve expedientes. El sauna es una sucursal de su despacho de Comodoro Py. Entre las causas claves de Oyarbide, que en diciembre de 2009 selló el pacto con el kirchnerismo casi el mismo que con los anteriores gobiernos de turno, se encuentra la resonada causa por la llamada mafia de los medicamentos, por la que metió preso al sindicalista bancario Juan José Zanola e imputó a Venegas.

Oyarbide llega a Colmegna todos los días a las dos y media de la tarde. Se despoja del traje se pone una bata, de los habitués, es el primero en llegar. Pide una ensalada en un bar y toma algo sin alcohol prefiere dejar el champagne para la tarde. Después del almuerzo, tres veces por semana, el juez se somete a rejuvenecedores baños de calor, masajes capilares y, por último, limpieza de cutis. Y después se toma sus dos horas de siesta diarias en un apartado, insonorizado, es uno de los pocos que tiene su rincón especial, ganado tras años y años de fidelidad. A las seis de la tarde empieza la ronda de champagne, a la que él solo invita a su núcleo íntimo, a esa hora llega su pareja, un joven entrerriano como él que apenas pasa los 30 años. Este personaje nefasto es el paradigma máximo de la manipulación de causas policiales al servicio del poder político que lo ha venido manteniendo en el puesto, desde su designación como tal durante el gobierno de Carlos Menem. El 11 de septiembre de 2001 con tres investigaciones judiciales en su contra a cargo de colegas federales de él, por enriquecimiento ilícito, cohecho agravado, y amenazas, fue salvado por la bancada peronista; y todo pensado para que en medio de lo que ocurrió ese día en Nueva York, y en la situación económica y social argentina, nadie se diera cuenta. Hoy sufrimos las consecuencias de ello. Entonces si la presidenta dice que la inseguridad es culpa de la justicia resulta al menos contradictorio que hable de Oyarbide como su juez favorito, contradictorio por integrar un gobierno que desacato fallos judiciales, como el de restituir al procurador de la provincia de Santa Cruz, ¿entonces la justicia está manipulada por los medios monopólicos conspiradores, o por el propio Gobierno? Obviamente es según convenga.

El alerta, fue también para el camionero Hugo Moyano y su familia, por lo que algunas especulaciones hacían pensar en una posible ruptura con el kirchnerismo, aunque eso es imposible. Derivada de esta causa, también investiga los aportes irregulares en la campaña de Cristina Fernández en 2007, por la que Oyarbide procesó a su recaudador, el ex superintendente de Servicios de Salud Héctor Capaccioli. Al mismo tiempo tuvo a su cargo la investigación por el incremento patrimonial del matrimonio Kirchner, y cerró la causa en medio de las polémicas por su pacto con ellos. Sin embargo, al ex funcionario K Ricardo Jaime le trabó un embargo de $40 millones y lo procesó por recibir dádivas mientras cumplía funciones públicas; también procesó a dos ex funcionarios K por el caso Skanska, causa en la que fue citado a indagatoria ahora en marzo, el ex secretario de Energía, Daniel Cameron. Otra de las causas más resonantes que maneja el magistrado, es la de las escuchas ilegales, en la que procesó al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, como presunto miembro de una asociación ilícita dedicada a espiar en forma ilegal. Y entre sus nuevas causas, pidió que le remitan los expedientes del contrabando de los 944 kilos de cocaína a España y del homicidio del gremialista Roberto Rodríguez.

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