diciembre 12, 2011

Aerolíneas Argentinas Parte III

Involucrada de lleno en la pelea, y para terminar con la misma Cristina de Kirchner mientras inauguraba otro nuevo hangar de Aerolíneas Argentinas en el aeroparque metropolitano Jorge Newbery, aprovechó la ocasión para emitir su opinión a través de un fuerte y contundentemente respaldo a las autoridades de la línea aérea de bandera. Acompañada por todos los funcionarios públicos, cumpliendo el rol anterior al de la jura de este sábado pasado. Se encontraban a su lado en el acto en Aeroparque, el ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, el gerente general de AA y Austral, Mariano Recalde, el ex ministro de Economía, Amado Boudou, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, el canciller Héctor Timerman, el ex secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina y el gobernador riojano, Luis Beder Herrera, también estuvieron presentes los ministros de Trabajo, Carlos Tomada; de Educación, Alberto Sileoni; de Turismo, Enrique Meyer; y los secretarios de Transporte, Juan Pabo Schiavi; General de la Presidencia, Oscar Parrilli; y de Legal y Técnica, Carlos Zannini. En la platea se destacó la presencia de los diputados Héctor Recalde, padre del presidente de Aerolíneas Argentinas; Carlos Kunkel; y Juan Carlos Dante Gullo; y el senador Eric Calcagno.

Con ironía, Cristina se quejó de que los sindicatos esgrimían "colitis" para no trabajar y en medio de la puja dentro del oficialismo por los espacios de poder antes del recambio de gabinete, la Presidenta dio un fuerte respaldo a la gestión de Recalde y de la agrupación La Cámpora al frente de Aerolíneas. Este señor que está ahí sentado se llama Mariano Recalde y no lo nombró el Espíritu Santo, lo nombró esta Presidenta, sostuvo, y así el resto de los directores de la empresa y también integrantes de la agrupación juvenil creada por Máximo Kirchner, Eduardo De Pedro y Axel Kicillof, disfrutaban con algarabía tras el respaldo presidencial. También hizo mención al plan de acción con el que continuara la aerolínea, y al respecto dejo más claras las cosas; el plan presentado la semana anterior fue elaborado y consultado conmigo en Olivos antes de ser enunciado. A no confundirse dijo, yo decido por mandato popular nadie lo hace por mí. Luego subrayó que hubo boicots encubiertos a partir de vuelos que se caían, o se cancelaban. Felicito a la conducción de Aerolíneas por una supuesta conectividad lograda entre nuestros compatriotas. La aerolínea sigue siendo deficitaria, como la mayoría del mundo, pero se redujo notablemente ese déficit en un 48% y también se incorporaron vuelos federales para conectar al turismo, explicó la Presidenta. Luego de mencionar las inversiones que se implementaron desde que la compañía fue recuperada por el Estado, lo cual no es cierto hasta que la justicia se expida definitivamente. Lo único que el estado ha recuperado es el gasto que significa a todos los argentinos mantenerla.

Como dicen “mal de muchos, consuelo de tontos” la explicación de la primera mandataria para excusar el déficit operativo de Aerolíneas, fue que es deficitaria al igual que la mayoría de las aerolíneas del mundo, lo cual no es cierto, ¿y si lo fuera cuál sería el negocio de una línea aérea? La mandataria explicó también que el último conflicto generó pérdidas por US$20 millones y apuntó a los sindicatos de pilotos APLA y de técnicos APTA. La Presidente sostuvo que ello causa pérdida de prestigio de la compañía aérea, una palabra para la que hace mucho tiempo AA no califica. Finalmente reclamó el máximo de colaboración a todos y puntualizó que no es posible permitir que la historia termine en algún momento como empezó, con alguien que otra vez acuse al Estado. Tras el encendido discurso, partió a Río Gallegos, donde pasó ese fin de semana antes de partir hacia Venezuela, donde participo de una nueva edición de la Cumbre de Jefes de Estado de América Latina y el Caribe y además mantuvo una reunión bilateral con su par de ese país, Hugo Chávez. La nota de color fue cuando tristemente la Presidenta leyó uno por uno cómo supuestamente habían quedado los salarios del sector desde que el Estado se había hecho cargo de la empresa, lo que no conformó a nadie. Incluso hubo muchos silbidos por las elevadas cifras que mencionaba, y viendo que la mayoría se sorprendió poco gratamente ante esos datos que arrojaba la Presidenta incomoda por el bullicio debió dar marcha atrás y aclaró que ella hablaba de sueldos promedio. Sostuvo que un maletero ganaba $11.500; los técnicos, $16.680; el personal jerárquico, $21.000, y los pilotos, $37.800.

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