diciembre 09, 2011

¿Emergencia?

El Gobierno había reconocido frente al Congreso que la crisis financiera internacional obligaría al país a estar alerta para evitar, lo obvio, que el daño no desembarque aquí. Aunque desde el seno mismo del poder político no quisiera reconocerse esta realidad, solo por el hecho de haber mentido con anterioridad, y por tener hoy que reconocer una realidad que se caía de madura es que debieron hacer un mea culpa. Sin embargo eso sucedió, sólo dentro de la cabeza de la primera mandataria y la del ministro de economía, lo que se planteó en el congreso, no tuvo absolutamente nada que ver con reconocer los errores cometidos. Todo lo contrario, el razonamiento que se utilizó como justificación para pedirle al Congreso que prorrogue por dos años más la vigencia de la ley de Emergencia Pública o “Emergencia Económica”, como se la conoce habitualmente fue otro. La ley de emergencia económica, fue la que hizo votar Eduardo Duhalde en 2002 para sacar al país de la convertibilidad e incluyó la declaración de emergencia laboral, habitacional, sanitaria y hasta impositiva, sin dejar de lado que otorga facultades al Gobierno para manejar marcos regulatorios y tarifas de servicios públicos privatizados, algo que Cristina de Kirchner seguirá necesitando en pleno proceso de reducción de subsidios.

Fue útil, también, para intentar demostrarles a los acreedores de bonos impagos del canje que en el país continuaba el estado de excepción. Al menos sirvió para frenar algún embargo en Nueva York. Como decíamos, hay que tener en cuenta que está ley le renueva al Poder Ejecutivo amplios poderes para manejar la economía, lo que sería lo mismo que decir, nuevamente seguiré haciendo abuso del dinero público. La Emergencia vencía el 31 de diciembre y de ahí el apuro en prorrogarla una vez más. Esta vez la Presidente lo pidió por otros dos años, y lo mismo hizo en 2009 antes del recambio en las Cámaras, pero cuando el Gobierno ya sabía que había perdido la mayoría en las dos cámaras como para no correr el riesgo de tener que pelear para solo poder prorrogarla por un año. Hoy el escenario no es ése, pero queda claro que la Casa Rosada no quiere correr riesgos y de ahí que pidió una doble renovación de la Emergencia. Así, 10 años después de la caída de la convertibilidad el país seguirá en emergencia y por dos años más, tres períodos presidenciales y medio algo inaudito, pero aunque sea hay que entender o aceptar que lo han hecho dentro de un marco legal, y por lo tanto la situación no cambiará. Como en 2008, cuando la caída de Lehman Brothers que provocó la crisis financiera de ese entonces también sirvió como justificativo en esta oportunidad, la situación europea servirá para otra renovación de la emergencia.

Los argumentos que se dieron a conocer al menos parecen claros, mencionan que la incertidumbre con la que se desenvuelve la economía global y la persistencia de la crisis originada en 2008 en el mercado financiero internacional ameritan seguir contando con estos instrumentos a los fines de mantener el nivel de actividad económica, de consumo e inversión, así como el nivel de empleo que la República Argentina ha consolidado a lo largo de más de 8 años, dicen los considerandos. Y continúan, los problemas financieros y de deuda de buena parte de las mayores economías del mundo, nos hacen actuar con prudencia dotando al Poder Ejecutivo Nacional de las herramientas suficientes para poder reaccionar ante posibles y repentinos cambios en el contexto internacional. Así se justifica el Gobierno. Aunque luego viene una suerte de sinceramiento, que realmente no es tal y dice más o menos así, “Si bien nuestra economía ha solidificado su sistema financiero, ha sostenido una correcta administración de sus finanzas públicas y de su balanza de pagos con el exterior, lo variable de la crisis mundial y su continua transformación recomiendan solicitar a Vuestra Honorabilidad prorrogar por dos años la presente normativa”.

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