enero 02, 2012

La pelea con la CGT

La presidenta Cristina Kirchner había descartado cualquier negociación o acercamiento con el jefe de la central obrera, Hugo Moyano, luego de que éste renuncio a sus cargos en el PJ y lanzo fuertes reclamos gremiales en un tono belicoso, es por eso que aún cuando el camionero intente acercarse a la Presidente luego de conocerse su padecimiento, la relación entre el Gobierno con la conducción de la CGT continuará siendo de ruptura. Hace tiempo que Cristina Kirchner y el ministro del Interior, Florencio Randazzo, hacen referencia a Moyano, aunque ambos evitan mencionarlo. Randazzo ha dicho que defender a los trabajadores es respaldar al gobierno que creó cinco millones de puestos de trabajo. La idea es ningunearlo, precisamente para bajarle el precio de las próximas paritarias 2012. Lo cierto es que el titular de la central obrera al menos por ahora no dará el brazo a torcer, así tal vez se explica porque la relación no tiene retorno y no hay negociación posible. Moyano está agotado para todo el Gobierno, dicen que está en la recta final de su gestión en la CGT. Sin embargo, el Gobierno no admitirá su injerencia y culpabilidad en el poder que con los años le han otorgado, habiendo sido el soldado más fiel hoy pretenden negarlo, y hacerlo a un lado.

Como siempre el gobierno actuará en el secretismo y dirá que la decisión es de la CGT. Pero Moyano volvió a demostrar su poder y en el estadio de Huracán si aún quedaban dudas cruzo una frontera de la que no hay vuelta atrás posible de la Presidenta. Moyano recordó el triunfo electoral y dijo que; no se confundan con el 54% de los votos, porque más del 50% fueron de los trabajadores y no de los niños bien. Los "niños bien", así se refiere Moyano a los militantes del ala juvenil La Cámpora que apadrinados por Cristina Kirchner, avanzaron posiciones en toda la administración nacional, el Congreso y las Legislaturas provinciales. De ellos hablaba cuando decía que el PJ es "una cáscara vacía" dominada por desconocidos y ya no por los trabajadores. La Presidenta lo tomó como una afrenta a su propio hijo, Máximo Kirchner, líder de la agrupación. Eso es lo que no pudo tolerar Cristina, ella le contestó en Mendoza a Moyano y dijo que rescataba la incorporación de jóvenes a la política, porque han sabido interpretar el proyecto y las demandas de la sociedad. Pero además de la dureza del discurso por el Día del Camionero, el reclamo de Moyano por la deuda de la Nación con las obras sociales sindicales de 12.000 o 15.000 millones de pesos, la Presidenta no le perdonará al jefe cegetista su alianza con viejos enemigos encarnizados del proyecto kirchnerista, como el gastronómico Luis Barrionuevo, titular de la CGT Azul y Blanca, y Gerónimo Venegas, jefe del sindicato de trabajadores rurales (Uatre).

Venegas despertó otra furia de la Presidenta con Moyano, los diputados moyanistas Omar Plaini y Facundo Moyano hijo del jefe de la CGT le restaron apoyo a la sanción del proyecto del estatuto del peón rural que aprobó todo el kirchnerismo. El proyecto perjudica al sindicato de Venegas ya que le quita un fondo de $150 millones. Y los dirigentes sindicales temen que Cristina y La Cámpora repliquen ese modelo con el resto de los sindicatos, especialmente con el de camioneros, algo que ahora no descartan en la Casa Rosada. De hecho, creen posible que el Gobierno estatice parte o todos los fondos de las obras sociales sindicales, unos $38.000 millones al año. Eso no podría ocurrir, porque para hacerlo habría que modificar la ley. En Mendoza, donde estuvo inaugurando bodegas, Cristina Kirchner lanzó otro dardo a Venegas, Plaíni, Recalde, Moyano y su hijo. Los jóvenes tienen que entender por qué proscribieron a Juan Domingo Perón, dijo y explico, cuando él era secretario de Trabajo, se sancionó el Estatuto del Peón Rural, es decir, culpó a la CGT de restarle apoyo a una vieja bandera de Peronista. Ella había recordado en su asunción que Perón no tenía derecho de huelga y que ella lo respetaba aunque no así el chantaje y la extorsión. Además, la Presidenta le avisó a Moyano que la sintonía fina va a ser para todos, refiriéndose al ajuste fiscal y de salarios que atemoriza la CGT, que ya prepara la resistencia.

Tras enfrentar al Gobierno Hugo Moyano recibió en su despacho de la CGT al líder de los trabajadores rurales, Gerónimo Venegas, los dirigentes conversaron sobre la unificación del sindicalismo, el encuentro que se intentó mantener en secreto, abre las negociaciones frente a la próxima elección de autoridades de la CGT, prevista para junio de 2012. Así, Venegas regresa a la central tras su alejamiento para apoyar a Eduardo Duhalde. El problema radica en que el poder que ostenta el camionero, se le entregó el mismo gobierno que hoy intenta quitárselo y lamentablemente, es tarde. Su poder le permitirá junto con sus aliados literalmente parar el país, y no hay duda de que lo hará si desde la administración central no recapacitan. Como siempre en el medio estamos todos los ciudadanos que pagamos religiosamente nuestros impuestos.

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