febrero 17, 2012

El superávit fiscal 2011

Pese a los fuertes aportes del Banco Central y de la Administración Nacional de la Seguridad Social, Anses, el resultado fue de $4920,6 millones frente a los $25.115 millones con los que había cerrado el 2010. Si un 80% menos, así entonces el superávit fiscal primario sufrió una brusca caída en el cierre de 2011. Pero además, sin estos ingresos extraordinarios, el Estado habría registrado un déficit primario aun peor, de $18.469 millones según las planillas distribuidas por el propio Ministerio de Economía, que hoy dirige Hernán Lorenzino. El resultado financiero, en tanto, arrojó también un déficit de $30.662,9 millones, influido por el pago del cupón ligado al PBI durante el mes de diciembre pasado, que en 2010 no se había pagado ya que en 2009 la economía apenas creció 0,9%, por debajo del nivel necesario para hacer ese pago. El flamante ministro presentó los resultados en una conferencia de prensa, en la que el rol preponderante lo tuvo el vicepresidente Amado Boudou, quien en todo momento eludió brindar precisiones de un resultado que en definitiva, corresponde a su gestión.

A pocas horas de terminar el ejercicio temporal de la Presidencia, Boudou volvió al Palacio de Hacienda para este encuentro, en el que sólo se permitieron tres preguntas y no hubo posibilidades de hacer consultas sobre el ajuste salarial o respecto del aumento en las tarifas de los servicios públicos efectuados por el Gobierno. De hecho, el ex ministro criticó el ajuste efectuado por gobiernos previos y afirmó que el resultado fiscal es importante en un mundo con mucha incertidumbre. ¡Importante! Y vaya si es importante, en un intento por explicar Boudou subrayó la política de desendeudamiento por la reducción del peso de la deuda sobre el PBI y el fortalecimiento del mercado interno, con un sistema de cuentas públicas que genera certezas a la población. Ahora, desde el mes pasado a la fecha, he tratado de averiguar específicamente a que sector de la población le genera certezas este resultado fiscal, y aún no lo he encontrado. Lógicamente, no hubo referencias a la fuerte reducción de subsidios en las tarifas domiciliarias y al transporte, ni al corte al plus a los empleados públicos registrados desde fines de 2011.

Los funcionarios en una mesa que se completaba con el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, y el subsecretario de Presupuesto, Raúl Rigo tampoco mencionaron el hecho de que en diciembre pasado no hubo pagos adicionales a jubilados ni a los beneficiarios de planes sociales, que en el último mes de 2010 habían insumido unos 4000 millones de pesos. Aun sin este bonus, el último mes de 2011 registró un déficit primario de $8112,6 millones, que se podría haber estirado más si no se contabilizaran los $4382,6 millones aportados en un 95% por la Anses y el 5% por el BCRA. En términos financieros, diciembre cerró con un rojo de $22.354 millones, frente a $4901 millones registrados sólo un año antes. Tanto Lorenzino como Boudou optaron por subrayar el fuerte aumento de la inversión pública directa, que creció un 40% respecto de 2010. Pese a que dos veces se les preguntó si el Gobierno estaba pagando vencimientos de la deuda con dólares del Tesoro ante la imposibilidad de integrar el fondo de desendeudamiento con reservas del BCRA, por la desaparición de los pasivos de libre disponibilidad, no hubo respuestas concretas.

Boudou optó por recordar que en 2010 la oposición no aprobó el presupuesto 2011 y Lorenzino adjudicó aquella decisión a una cuestión burocrática, si, puede ser pero en definitiva no hubiera cambiado nada. El déficit de diciembre fue menor que lo esperado, por lo dicho en referencia a que no hubo bonus para jubilados ni planes sociales, el Gobierno intenta recomponer la caja con el recorte a empleados públicos, la falta de adicionales a los jubilados y el recorte de subsidios a los servicios públicos domiciliarios y el transporte urbano. Al respecto, consideró que si los subsidios se mantienen estables y el gasto de capital en un año no electoral no crece mucho, es posible que la suba del gasto se acerque más al 20% que al 32% registrado en 2011. En realidad el resultado fue peor al esperado por el mercado que preveía unos $12.000 millones, y mucho peor que la proyección oficial para 2011, que preveía un resultado primario de $26.792,1 millones. Por eso, el superávit previsto para este 2012, de $51.339 millones, luce algo más que un mero desafío.

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