febrero 07, 2012

Producción nacional capitulo primero

Uno de los pilares de la gestión de este gobierno durante los últimos cuatro años, favorecido por el boom del consumo y el crédito barato hoy tiembla desde sus cimientos hasta su azotea cual rascacielos durante un terremoto de 10 grados en la escala de Richter. Si, así de grave se ve la situación de una de las joyas del modelo nacional y popular, el régimen de promoción que rige en Tierra del Fuego y que beneficia sobre todo al conjunto de empresas de electrónica. Las compañías radicadas en la isla se venían beneficiando con el sistema de licencias no automáticas. Al restringir los permisos de importación, el Gobierno les había ampliado el mercado, agregando una nueva prerrogativa al régimen tributario que ya las protege. Pero el bloqueo de Guillermo Moreno sobre las importaciones y los flamantes requisitos de la AFIP alcanzan también a esas firmas autóctonas, que comienzan a encontrar obstáculos para conseguir sus insumos. Las dificultades creadas por la jugada del secretario de Comercio resulta, un grave problema para estos empresarios ya que los obliga a reclamar como importadores, que es el último rol con el que les gustaría ser identificados.

Pero cuál otro sería su apodo, mote o como se los quiera llamar si solamente es eso lo que son, importadores. Rubén Cherñajovsky que es titular de la empresa Newsan y vicepresidente de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica, llego a los despachos del vice Presidente Amado Boudou y al de la ministra de Industria, Débora Giorgi, acompañado por Marcelo Claure, titular de Brightstar y de todos sus miedos y reclamos. El nuevo marco regulatorio tanto de la administración federal de ingresos públicos, como los controles del secretario de comercio interior dejan expuesta una realidad que complica este pilar de la gestión gubernamental ¿Por qué?, porque tierra del Fuego es un área Aduanera Especial, allí las sociedades no pagan impuestos a la importación ni a la exportación. Tampoco pagan IVA ni Ganancias. En las ventas de productos al continente, cobran el 21% en concepto de IVA, pero no deben desembolsarlo en la AFIP. El gasto fiscal del régimen fueguino fue en 2011, de $3500 millones. Como en su mayor parte se trata de impuestos coparticipables, de cada $100 que el Estado deja de recaudar, las provincias dejan de percibir $45 y la Anses, $28, un esfuerzo tributario que vuelve más complicado de entender el marco regulatorio del supuesto polo tecnológico.

La controversia existió siempre, pero hoy lo que el Gobierno presenta como el polo tecnológico fueguino, ¿es algo más que un parque de ensamblado de artefactos comprados en China? El tema no es menor, el Estado resigna muchos recursos con el pretexto de estimular la fabricación nacional de bienes, en especial electrónicos y el argumento oficial para desmentir que el polo tecnológico sea nada más que la máscara de un boom importador, es que allí se estimula el trabajo argentino. Cuando se repasa la página web de la provincia esa defensa se vuelve imposible de sostener, basta con leer por ejemplo, resoluciones como la 650/2011 del secretario Eduardo Bianchi, en la que Pc-Arts Argentina SA se compromete a producir 35.000 notebooks por año con una dotación de 14 empleados, o la 72/2011 según la cual Iatec SA debe fabricar hasta 40.000 microondas por año con sólo 4 empleados.

En el ministerio explican que la empresa Pc-Arts SA puede producir una notebook cada 3 minutos y que, por lo tanto, no necesita más personal, una respuesta parecida se aplica para explicar la situación de Iatec SA. Estas cifras oficiales alimentan aún más la teoría de que todo se trata solamente de simples líneas de ensamblaje más que empresas en las que se fomenta el crecimiento de la industria nacional que aparte generan también puestos de trabajo genuinos. Otro ejemplo puede ser, el que le otorga mediante la resolución 710/2011 a Radio Victoria Fueguina los beneficios del régimen para fabricar tablets PC del tipo iPad. La empresa debería invertir $1.084.000 de los cuales $130.000 serian destinados a inversión fija y el resto, a capital de trabajo. ¿Se puede fabricar tablets nacionales con una inversión fija de sólo 130.000 pesos? La respuesta es; no. Entonces es más lógico suponer que la mayor parte de la inversión será destinada a comprar partes Chinas, Coreanas, o Japonesas y que finalmente serán montadas en Tierra del Fuego.

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