febrero 08, 2012

Producción nacional capitulo segundo

El infinito menú de curiosidades e irregularidades del Silicon Valley made in Argentina no termina en el capitulo primero de esta nota. Otro hecho más inquietante aun es que el 30 de noviembre del año 2009, la Auditoría General de la Nación remitió al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, un informe en el cual, entre muchas otras falencias, se consignaba que las especificidades del Área Aduanera Especial de Tierra del Fuego no habían sido incorporadas al Sistema Informático María. En otras palabras, en Ushuaia y en Río Grande habría, según declaraciones de los propios funcionarios de Aduana, un gigantesco agujero negro. Al día de hoy por supuesto se ignora si esa deficiencia ha sido subsanada. Pero si de irregularidades se trata, veamos algunas otras, en la resolución 85/2011 las autoridades acuerdan con la firma Electrofueguina SA el inicio de la fabricación de 18000 notebooks por año, con sus 8 empleados, para lo que debería ampliar su planta en 200 metros cuadrados. Si 8 empleados para fabricar 18000 notebooks en 260 días, o 9 notebooks por semana cada empleado, y esto sin considerar los feriados que hay en medio.

Además, los fabricantes de netbooks tienen un beneficio extra, ya que en los considerandos de las resoluciones que les extienden el privilegio fiscal se consigna que el Gobierno comprará sus productos para abastecer el programa Conectar Igualdad, aquel que prometía poner una computadora en las manos de casi 3 millones de estudiantes. De esa meta, de ese 100% solo se cumplió con el 30% en todo el país, y han pasado dos años del inicio del mismo. Entonces es decir, el Estado no sólo libera a estas empresas de cualquier competencia, sino que, además, se compromete a comprarles lo que fabriquen. Hablábamos de irregularidades, bueno veamos algunas otras. Uno debe preguntarse por lo menos, ¿cuales son los parámetros para determinar si un producto es originario de Tierra del Fuego, y no el derivado de un simple montaje de piezas fabricadas en China? No se sabe, hoy ya no existe la obligación de que un porcentaje de los componentes del producto sea local. Ahora basta con satisfacer algunos procesos productivos que introduzcan cambios sustantivos en la mercadería importada. El gobierno de Tierra del Fuego y el Ministerio de Industria son los responsables de determinar si se cumple con esa condición.

Según la reglamentación, esos procesos productivos incluyen verificaciones visuales, pruebas y ensamblajes, aun cuando estos últimos estén invalidados por la Organización Mundial de Comercio (OMC) para determinar el contenido local de un bien. Para dar un ejemplo más claro citemos el caso del régimen establecido para la fabricación de cámaras digitales que incluye en el proceso productivo la prueba de foco o de micrófono, bien estas pruebas no son requeridas en el polo tecnológico fueguino. Tampoco está claro cuales o cuantos deben ser los materiales nacionales que se exigen para obtener la exención fiscal, situación que también abre una enorme incógnita. Según la resolución 104/2010, por citar otro caso, en los receptores digitales de video deben ser argentinos las etiquetas autoadhesivas, la placa de identificación, el certificado de garantía, el manual de instrucciones, la lista de servicios técnicos autorizados y las cintas de embalar. Este es el criterio que se aplica para todos los demás productos electrónicos con promoción fiscal.

Los números también hablan por sí solos y llevan a pensar que en Tierra del Fuego el Estado está facilitando una formidable plusvalía a meros ensambladores. En su página web la provincia también consigna que las importaciones han llegado a niveles muy altos, y pasaron de US$800 millones en 2009, a US$1.500 millones solo en los primeros seis meses de 2011. Si se presta atención al tipo de mercaderías, no aparecen materias primas de la electrónica. En cambio el rubro máquinas y aparatos eléctricos fue de US$371 millones en 2009, a US$1.500 en 2010, y a US$940 millones en la primera mitad de 2011. Hay otras cifras que sugieren que, salvo que se haya realizado un milagro de productividad, lo de Tierra del Fuego tiene poco que ver con un boom industrial. Los celulares fabricados allí, que en 2009 eran 398.000, en 2010 fueron 4.900.000, y en el primer semestre de 2011, 5.300.000. Algo hule mal en la Industria Nacional y Popular, del polo tecnológico.

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