marzo 27, 2012

Ciccone capitulo V

La administración nacional en un nuevo intento por reescribir la historia, ahora apunta sus cañones para hacerlo en el caso de la empresa Boldt. Según la versión oficial el gobierno tiene razones suficientes para no sospechar lo denunciado por Boudou y lo dicho por el titular de AFIP, Ricardo Echegaray, en conferencia de prensa, quien defendió a Boudou de las acusaciones sobre una presunta influencia desde su cargo de ministro de Economía a favor de la empresa Ciccone Calcográfica SA y cuestionó la actuación del juzgado que tramitó la quiebra de la compañía. Y así cuestionó la decisión del juez Javier Cosentino a cargo de la quiebra de alquilarle a la firma Boldt las máquinas con las que operaba Ciccone. Esta fue una decisión, a nuestro juicio, equivocada, señaló Echegaray. El funcionario funda sus dichos en que el objetivo de la AFIP es cobrar impuestos y Ciccone había mostrado voluntad de pago, mientras que Boldt estaba teniendo inconvenientes con nosotros, lo cual fue al revés, desde el momento en que la AFIP pide la quiebra de Ciccone por la deuda millonaria que mantenía con el estado y no a Boldt. Así Boldt entonces se convierte en el nuevo enemigo público que el Gobierno eligió para desviar las sospechas de que el vicepresidente, favoreció cambios en el control de Ciccone, la imprenta más grande la Argentina y la única con capacidad para suplir al Estado en la tarea de imprimir billetes. Pero un análisis más detenido puede mostrar que el Gobierno una vez más editorializa la historia de Boldt.

Eternamente sospechada, superó su especialidad como impresora de seguridad en los 80, para procesar apuestas en Chaco y Corrientes. Y en los 90 aprovechó la decisión del entonces gobernador bonaerense Eduardo Duhalde de convertir a la provincia en tierra de casinos y tragamonedas. Boldt se quedó con el Casino de Mar del Plata y el de Tigre. Para inaugurarlos, estuvo Duhalde junto a Antonio Angel Tabanelli, principal accionista y timonel del conglomerado. Y las imágenes de Duhalde y Tabanelli inaugurando las ruletas se imaginan fácil entre los que quieren creerle a Boudou que Boldt opera desde el duhaldismo en su contra. La empresa entró en tensiones con el Gobierno desde que tuvo que abandonar la planta que alquiló con autorización judicial a la quebrada Ciccone luego de que la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia declarara su posición dominante por alquilar las máquinas de su competidor quebrado. Desde entonces, las respuestas de Boldt al Gobierno se anticiparon en expedientes judiciales y sus comunicados a la Bolsa. Las respuestas a Echegaray se anticiparon el año pasado en el expediente de la quiebra de Ciccone. Boldt le dijo al juez que no tiene acción penal por facturas apócrifas por que se sumó a la Ley de Blanqueo que la extinguió y que cuando Echegaray dice que lo acusan de malversar fondos, en realidad habla de una causa en la que Boldt es querellante. Boldt se convierte así según entienden desde el gobierno en un buen enemigo para buscarse cuando hay que desviar la atención y esquivar denuncias. El titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, mostró otro documento que presento en la Justicia.

Se trata de una nota de la AFIP dirigida al juez de la quiebra de Ciccone en la que el organismo pide que las maquinarias para imprimir billetes no queden en manos de Boldt que competía con The Old Fund para quedarse con Ciccone y sean entregadas a los nuevos dueños de la imprenta, lo cual no constituye ningún delito por cuanto la justicia había determinado con anterioridad que Boldt continuará operando a la ex Ciccone. Sin embargo, existe un pequeño problema Boldt está denunciada penalmente en la denominada megacausa “Viazzo”, iniciada en 1999 en Mendoza y por la cual se comprobó que durante años una “asociación ilícita” proveyó de miles y miles de facturas apócrifas a unas mil empresas privadas y un centenar de organismos públicos para justificar gastos. Boldt es una de las varias empresas que utilizaron estas facturas truchas para evadir impuestos y estafar al fisco. Echegaray se basa en esta megacausa para defender sus dichos pero en la nómina de compañías implicadas, también se encuentra Ciccone Calcográfica, un detalle que Echegaray casualmente omitió mencionar. Entre las empresas que utilizaron esas facturas falsas para evadir impuestos por un total de 600 millones de pesos, confabulándose en una mega estafa al Estado, se encuentras varias compañías de servicios públicos, como Telecom Argentina y Aguas Argentinas, Metrovías y TEBA, además de Ledesma, Gotti y Palma, OCA, Casino de Buenos Aires, Boldt, Southern Winds, Atanor, Ciccone Calcográfica, los bancos de San Juan y Columbia; Siemens, los supermercados Coto y Disco, y la pesquera Conarpesa, …Continuara.

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