En el pedido de apartamiento de Rafecas, se argumentó que el juez habría
perdido la imparcialidad en base a las declaraciones periodísticas hechas sobre
el caso, y a los mensajes intercambiados con el abogado de uno de los
investigados. El representante del
Poder Ejecutivo ante el Consejo de la Magistratura, Hernán Ordiales, fue quien presentó
ante ese cuerpo la denuncia contra el juez federal Daniel Rafecas, sobre la
base de los cuestionamientos que recibió también por parte del vicepresidente Amado Boudou por
el caso Ciccone. La presentación de oficio ingresó y fue analizada de inmediato
por la Comisión de Disciplina y Acusación, presidida por el kirchnerismo, que
tiene como competencia proponer al plenario del Consejo sanciones
disciplinarias a los magistrados por cuestiones vinculadas a la eficaz
prestación del servicio de justicia. Las sanciones van desde advertencias,
apercibimiento y multas de hasta un 30% de sus haberes, hasta la elevación al
plenario de los dictámenes de remoción y o suspensión.
Si el vicepresidente de la Nación, que es el
segundo en la línea sucesoria del Ejecutivo, hace una denuncia de tal calibre
es obvio que el Consejo de la Magistratura se tiene que abocar a la
investigación. Los dichos del
vicepresidente implican una gravedad institucional que el Consejo no puede
soslayar. El cuerpo
argumentó que el allanamiento de una de las propiedades del ex ministro de
Economía en Puerto Madero estaba avisado, en línea con la acusación contra
Rafecas realizada por Boudou, aunque se indicó que no pueden afirmar que haya
sido el propio magistrado quien puso al tanto a la prensa sobre el operativo.
El vicepresidente puso en duda de la imparcialidad del magistrado y eso es lo
que estaba en tela de juicio, no la agencia de noticias, que puede ser una
metáfora, que puede ocultar algo más profundo, se resaltó al analizar las
declaraciones de Boudou en el Senado.
El oficialismo cuenta con el apoyo de seis de los trece integrantes
del Consejo de la Magistratura, pero el representante de los abogados del
interior del país en el Consejo, el radical Daniel Ostropolsky, ya consideraba
que la denuncia era absolutamente imprudente y alertaba sobre los hechos por
venir. Los consejeros no
están para frenar la investigación contra el ex ministro de Economía por
presuntas negociaciones incompatibles con la función pública pero si para
proteger la independencia del magistrado y por ello debían entenderse muy desafortunadas
las declaraciones del Vicepresidente, quien desde el Senado había acusado a
Rafecas de montar una agencia de noticias y lo había tildado de mafioso. Sin
embargo esta razonable argumentación no lograría frenar lo que por lógica
sucedería, porque lo importante no es el pedido de la defensa si no que quien
ha intercedido directamente para blindar al vicepresidente fue la propia Cristina
Fernández.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario