julio 04, 2012

Ciccone capitulo XV

Amado Boudou es el máximo aunque no el único responsable del rescate financiero de la ex Ciccone Calcográfica promovido por el gobierno. El otro gran responsable fue el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray. No obstante lo obvio, el ha sido algo mas prolijo en su proceder para no quedar involucrado hasta el cuello como el vicepresidente, y de hecho se encargó de dejar constancia escrita de que esto fue así. El 25 de octubre del 2010, Echegaray le enviaba una carta a Boudou, quien por entonces era ministro de Economía, diciéndole que la ex Ciccone le pedía una moratoria para pagar la deuda de millonaria que tenía con el fisco. En ella el titular de la AFIP le explicaba al hoy vicepresidente que no iba a poder responder sobre esa cuestión porque ese pedido excedía la competencia de la Administración Federal de Ingresos Públicos, y directamente le pedía su intervención. ¿Qué significaba eso?, que específicamente lo importante era lo que él dijera y sus dichos resultarían determinantes. Y Boudou le respondió a Echegaray pocos días después y en su carta expresaba claramente que él creía que la AFIP debía darle la moratoria a la ex Ciccone, entonces, así pasó.

Tal como le había indicado el titular del ente recaudador, la opinión del ministro concluyo siendo determinante. Actualmente, esa carta de Echegaray a Boudou forma parte del expediente que hizo la AFIP por el caso Ciccone, y es una de las tantas pruebas que engrosan la causa judicial en la que se investiga al vice por enriquecimiento ilícito, negociaciones incompatibles con la función pública y lavado de dinero. Hasta la noche del 7 de marzo pasado, el vicepresidente Boudou había negado haber tenido alguna participación directa en el rescate de la ex Ciccone. El vicepresidente explicaba al diario Página 12 que Ciccone era una operación en la que no había influido, y en la que no había tenido ninguna participación directa. Al otro día, el 8 de marzo se publicó la carta con su firma en la que le decía a Echegaray por qué debía darle a esa empresa una moratoria excepcional de 148 cuotas con 0,5 % de interés para que saldara su deuda millonaria. Conocida la carta Boudou salió de inmediato a decir que el sólo tenía una nota, entre miles de hojas que avalaba la operación Ciccone, situación que había negado el día anterior. Sin embargo para terminar con todas las dudas Echegaray salió a dar una conferencia de prensa y en ella admitió sin más, que Boudou había intercedido en favor de la ex Ciccone, pero no dio detalles del contenido de la nota que le había mandado el entonces ministro sobre esa cuestión.

Ese documento del jefe de la AFIP, en manos de la justicia compromete aun más al vice en el rescate financiero de la imprenta. En su escrito a Boudou, Echegaray le dice que no puede responder el pedido de moratoria de la ex Ciccone porque excede la competencia de esa Administración Federal, por lo que resulta necesaria su intervención. Y sigue así: “En ese sentido se requiere de esa instancia que ponga en conocimiento de esta Administración Federal cuál debe ser el temperamento a seguir acerca de la petición formulada y los montos propuestos, sin perjuicio de las competencias respectivas y las formas ulteriores de instrumentación que podrían resultar adecuadas para la cuestión”. Y cierra el texto con la siguiente afirmación: “Dicho temperamento será determinante”. Echegaray tomó todas esas precauciones aconsejado por su jefe de asesores, Rafael Resnick Brenner. La Justicia comprobó que este intercambio epistolar entre la AFIP y el Ministerio de Economía sobre el otorgamiento de una moratoria excepcional a una empresa es único en su tipo.

Incluso la dirección de Asuntos Jurídicos de Economía, en un documento firmado por José Guillermo Capdevilla el 8 de noviembre del 2010, le dijo al entonces ministro Boudou que  era la opinión de esa asesoría que no correspondía al Ministerio dar instrucciones a la AFIP sobre el curso de acción que debía aportar con relación al pedido de Ciccone Calcográfica S.A, por tratarse de una competencia propia de ese organismo respecto de la cual la legislación vigente no preveía la intervención o la necesidad de autorización o convalidación por parte de ese Ministerio. Boudou no le hizo caso a Capdevilla y Echegaray sí le hizo caso a su ex jefe de asesores Resnick Brenner, así la imprenta recibió la ayuda oficial porque la opinión de Boudou fue “determinante”.

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