julio 05, 2012

Créditos Hipotecarios

El Museo del Bicentenario estuvo colmado de militantes que festejaron y vivaron ruidosamente el nuevo anuncio. Cristina Kirchner está convencida de que el modelo de matriz diversificada con inclusión social, es el que permitió que Argentina tuviera el crecimiento más importante de los últimos 200 años lo cual no es poco decir. Por eso la Sra. está dispuesta a defenderlo a capa y espada aunque él mismo como dicen, hace agua por todos lados. Uno de sus más nuevos inventos para sumar al modelo, es el plan Pro.Cre.Ar Bicentenario que supuestamente otorgará unos 100.000 créditos que beneficiarán aproximadamente a unas 400.000 personas. Con un ingreso familiar mínimo de $1.872 podrán acceder a un préstamo hipotecario para construcción de $200.000, o unos US$30 mil y pagar cuotas de $749, y con la ventaja de comenzar a pagar el préstamo recién cuando se tenga terminada su vivienda. Los plazos de pago son de entre 20 y 30 años y la línea máxima de hasta $350.000, podrán solicitarlo personas de entre 18 y 65 años de edad, la relación cuota-ingreso puede llegar al 40% del ingreso de la persona o grupo familiar y las tasas irán del 2% al 14%. Las líneas de créditos contemplan ingresos desde $5.000, de $5001 a $10.000, de $10.001 a $15.000, de $15.001 a $20.000 y de $20.001 a $30.000. El primer requisito es tener el terreno pero aquellos que no posean un terrero será el Estado el que se los proveerá a través del aporte de los terrenos fiscales unas 1.800 hectáreas en todo el país.

Estas tierras, muchas de ellas ubicadas en muy buenas zonas urbanas, están bajo la órbita del Ministerio de Defensa, Ferrocarriles Argentinos y el ONABI, dependencia que registra todas las propiedades estatales donde también hay muchos edificios. El otorgamiento de los terrenos será vía sorteo de la Lotería Nacional y los interesados en obtener un préstamo sólo deben acercarse a una oficina del ANSES, o vía Inernet para que les otorgue un turno en el Banco Hipotecario y se les indique los papeles a presentar a los efectos de no perder tiempo cuando se dirijan al banco.La propuesta para el sector privado parece atractiva porque el gobierno colaborará con un 40% de la financiación y las constructoras el 60%. Aunque el Gobierno públicamente no lo admita, las propias cifras del INDEC venían reflejando una caída importante en la construcción y las restricciones al acceso de compra de dólares afectaron más aun las perspectivas del sector. La propia Cristina anticipo además que se llevará a cabo un acuerdo de precios con los principales proveedores de insumos para la construcción y entre ellos mencionó a las empresas Siderar, Acindar, Loma Negra, Minetti y Aluar. El acuerdo de precios es ambicioso pues integraría también, como dijo la jefa de Estado empresas tales como FERRUM, las proveedoras de mosaicos, las madereras y para que no hubieran dudas de que el acuerdo podrá ser alcanzado explicó que son muchas las industrias, pero pocos los dueños y para evitar las avivadas de siempre en materia de precios aunque no lo mencionó, será el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, el que deberá lograr evitarlas con sus métodos de siempre.

Este plan busca responder a una deuda del kirchnerismo con la clase media aunque no abarque la compra de viviendas usadas, entienden que con este plan le darán respuesta a una demanda de los trabajadores que gracias al modelo hoy pueden aspirar a vivienda propia. La banca privada recibió una severa crítica de la jefa de Estado por la falta de una política hipotecaria, según ella sólo se han dedicado a usufructuar el tema del consumo, de las tarjetas de créditos que por otra parte también son hijas de este modelo. Luego insto tanto a los bancos nacionales como extranjeros a que dispusieran parte de esas formidables rentabilidades y ganancias y las aplicaran a la generación de líneas de crédito para la construcción de nuevas viviendas. En el gobierno están convencidos de que la desaceleración de la economía es culpa de la crisis internacional y por esta razón, el plan de viviendas es para continuar manteniendo la actividad interna. Esta línea de pensamiento es compartida y defendida técnicamente por el visiblemente nervioso viceministro de Economía, Axel Kicillof, quien ratificó que el plan será financiado con fondos de la ANSES y del Tesoro Nacional,  aunque no fue posible precisar el porcentaje de aporte de cada uno, es decir que se apuesta a mantener un superávit fiscal, algo muy difícil en los tiempos que corren.  

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