Sin embargo, los millonarios pagos que se realizaron desde entonces, casi US$20.000 millones en solo dos años generaron un fuerte deterioro de esa relación. Ya en el último trimestre del año pasado no se cumplía con la premisa de mantener siempre una cobertura total de la base (pesos en circulación más encajes), con lo que el BCRA incumplía la ley. Este inconveniente se subsanó con la flexibilización dispuesta por la reforma de la Carta Orgánica que votó el Congreso en marzo pasado. Pero la caída de reservas, en realidad, no resultó tan espectacular como el aumento de la base monetaria, o sea, los pesos en circulación. Actualmente, el nivel es de $244.000 millones y acumula un salto interanual de nada menos que un 40,9%. Esta tendencia alcista se viene manteniendo, por lo menos desde hace ya tres años, con subas que oscilaron entre un 35% y un 40% en términos anuales. Demás está aclarar, que todo indica que se mantendrá la misma tendencia en lo que hace al crecimiento de la cantidad de pesos, ya que el plan monetario definido por el BCRA tiene un sesgo claramente expansivo. Además, las necesidades de fondos del Gobierno para cubrir el déficit de las cuentas públicas obligan a más emisión de pesos por parte del Central. De hecho, los adelantos transitorios subieron en más de $3.000 millones en junio, hasta $75.480 millones en el mes de julio. Lo cierto es que la única manera mediante la cual podría reequilibrarse la relación entre base monetaria y los pesos en circulación, es a través de una devaluación palabra esta desconocida para la administración nacional. De esta forma, los dólares tendrían más valor en relación con los pesos en circulación. El peligro, mientras tanto, es que al haber cada vez más pesos circulando crezca la presión sobre el tipo de cambio. Claro que esta mayor demanda potencial no se canalizaría a través del mercado formal, sino a través de la compra de divisas en el mercado informal.
julio 26, 2012
¿DEVALUACION, O EMISION E INFLACION?
Lo que ha sucedido es que a partir de la modificación de la
Carta Orgánica de principios de año se habilitó para disponer de las reservas
del Banco Central sin la necesidad de cumplir con la cobertura del 100% del
dinero circulante, que exigía en su momento la Ley de Convertibilidad. Es así como hoy vemos que la cobertura
de la base monetaria o lo que se entiende como, los pesos en circulación
sumados a los encajes en relación con las reservas del Banco Central han caído a
un mínimo histórico en los últimos años, representando sólo el 86%. Y pese a
esta reducción, que no es un dato menor igual se seguirán utilizando el stock
de divisas, (las reservas) de la autoridad monetaria para hacer frente entre otras
cosas a los vencimientos de deuda. El deterioro entre la
cantidad de dólares en poder de la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont y los pesos en circulación continuará, en
los próximos meses y solo en este tercer
trimestre ya está previsto que se utilizaran unos US$4.165 millones de las reservas
para cancelar deuda. Por lo tanto, aun cuando el BCRA consiga acumular
dólares sobre todo por las restricciones a la compra que pesan sobre el sector
privado, lo más probable es que no llegue ni a recuperar la mitad de lo que
destinará a los vencimientos que hay por delante, especialmente el pago de la
última amortización del Boden 2012 cuyo monto asciende a US$2.300 millones y por
otra parte los vencimientos acumulados con el BID y el Banco Mundial. En lo que va del año, el stock de reservas no
subió, pese a que el BCRA compró US$7.000 millones. Sin embargo, hubo
cancelaciones de deuda con otros bancos centrales, una importante fuga de
capitales aunque menor que años anteriores, a lo que se agrega la caída de
depósitos en dólares, que desde el inicio de la crisis ya acumuló una caída
superior a los US$4.000 millones, equivalente al 40% de los depósitos. Cuando se dispuso aplicar el pago de deuda
con reservas, en 2010, el stock de divisas del Central representaba el 150% de
la base monetaria.
Sin embargo, los millonarios pagos que se realizaron desde entonces, casi US$20.000 millones en solo dos años generaron un fuerte deterioro de esa relación. Ya en el último trimestre del año pasado no se cumplía con la premisa de mantener siempre una cobertura total de la base (pesos en circulación más encajes), con lo que el BCRA incumplía la ley. Este inconveniente se subsanó con la flexibilización dispuesta por la reforma de la Carta Orgánica que votó el Congreso en marzo pasado. Pero la caída de reservas, en realidad, no resultó tan espectacular como el aumento de la base monetaria, o sea, los pesos en circulación. Actualmente, el nivel es de $244.000 millones y acumula un salto interanual de nada menos que un 40,9%. Esta tendencia alcista se viene manteniendo, por lo menos desde hace ya tres años, con subas que oscilaron entre un 35% y un 40% en términos anuales. Demás está aclarar, que todo indica que se mantendrá la misma tendencia en lo que hace al crecimiento de la cantidad de pesos, ya que el plan monetario definido por el BCRA tiene un sesgo claramente expansivo. Además, las necesidades de fondos del Gobierno para cubrir el déficit de las cuentas públicas obligan a más emisión de pesos por parte del Central. De hecho, los adelantos transitorios subieron en más de $3.000 millones en junio, hasta $75.480 millones en el mes de julio. Lo cierto es que la única manera mediante la cual podría reequilibrarse la relación entre base monetaria y los pesos en circulación, es a través de una devaluación palabra esta desconocida para la administración nacional. De esta forma, los dólares tendrían más valor en relación con los pesos en circulación. El peligro, mientras tanto, es que al haber cada vez más pesos circulando crezca la presión sobre el tipo de cambio. Claro que esta mayor demanda potencial no se canalizaría a través del mercado formal, sino a través de la compra de divisas en el mercado informal.
Sin embargo, los millonarios pagos que se realizaron desde entonces, casi US$20.000 millones en solo dos años generaron un fuerte deterioro de esa relación. Ya en el último trimestre del año pasado no se cumplía con la premisa de mantener siempre una cobertura total de la base (pesos en circulación más encajes), con lo que el BCRA incumplía la ley. Este inconveniente se subsanó con la flexibilización dispuesta por la reforma de la Carta Orgánica que votó el Congreso en marzo pasado. Pero la caída de reservas, en realidad, no resultó tan espectacular como el aumento de la base monetaria, o sea, los pesos en circulación. Actualmente, el nivel es de $244.000 millones y acumula un salto interanual de nada menos que un 40,9%. Esta tendencia alcista se viene manteniendo, por lo menos desde hace ya tres años, con subas que oscilaron entre un 35% y un 40% en términos anuales. Demás está aclarar, que todo indica que se mantendrá la misma tendencia en lo que hace al crecimiento de la cantidad de pesos, ya que el plan monetario definido por el BCRA tiene un sesgo claramente expansivo. Además, las necesidades de fondos del Gobierno para cubrir el déficit de las cuentas públicas obligan a más emisión de pesos por parte del Central. De hecho, los adelantos transitorios subieron en más de $3.000 millones en junio, hasta $75.480 millones en el mes de julio. Lo cierto es que la única manera mediante la cual podría reequilibrarse la relación entre base monetaria y los pesos en circulación, es a través de una devaluación palabra esta desconocida para la administración nacional. De esta forma, los dólares tendrían más valor en relación con los pesos en circulación. El peligro, mientras tanto, es que al haber cada vez más pesos circulando crezca la presión sobre el tipo de cambio. Claro que esta mayor demanda potencial no se canalizaría a través del mercado formal, sino a través de la compra de divisas en el mercado informal.
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