Que los radicales rechazaren aprobar la ejecución del último año de Néstor Kirchner y el primero de Cristina de Kirchner sería un dato menor en sí mismo ya que el kirchnerismo tiene número suficiente para aprobarlos. El problema es que la demora de ratificarle las cuentas al Gobierno también parte del propio oficialismo, desde que se aprobó la cuenta de inversión de 2006 nunca más el Congreso avanzó con una ratificación similar. Es decir, Néstor Kirchner se fue del poder con la tranquilidad de contar con la aprobación de todo lo actuado en materia contable durante casi la totalidad de su mandato salvo 2007, pero Cristina Kirchner lleva un mandato completo e iniciado el segundo sin que el Congreso le apruebe la ejecución de al menos uno de los presupuestos. Y este no es un dato menor, nunca como en los últimos cinco años el Ejecutivo ha modificado y ajustado por decretos de necesidad y urgencia las partidas del Presupuesto nacional incorporando los excedentes de recaudación en un porcentaje tal que las leyes de Presupuesto quedaron literalmente dibujadas. Además, la necesidad de ratificar por ley las cuentas de inversión no es una mera especulación contable y menos tras la desaparición del Tribunal de Cuentas en el Gobierno de Carlos Menem, éste es verdaderamente el único control de la ejecución de fondos por parte del Poder Ejecutivo. Su marido logro que el Congreso le ratificara la gestión, pero Cristina Kirchner está preocupada por cumplir con el control parlamentario y tener las cuentas al menos de su primer mandato confirmadas. Es sabido que en dos ocasiones se lo pidió a los jefes de bloques de Diputados y del Senado, pero sin respuesta. Mientras la AGN ya elevó a la Mixta Revisora de Cuentas los informes del gasto hasta 2009, los expedientes no llegan al recinto, es que con tanta modificación a los presupuestos, sumadas a la estatización de empresas, expropiación de acciones, asistencia directa a sectores, reformas al régimen de adelantos del BCRA al Tesoro y más recientemente controles al dólar, nada mejor que contar con el respaldo legal parlamentario.
El rechazo a los informes sobre la ejecución presupuestaria y el cumplimiento de las metas previstas para el último año del Gobierno de Néstor Kirchner y el primero de su esposa, se basó en las objeciones a los DNU que modificaron las partidas en esos dos períodos. En esos años se estableció un esquema de modificación del Presupuesto nacional, el Poder Ejecutivo sancionó en 2007 dos DNU alterando las cuentas presupuestarias, mientras que en 2008 un solo DNU modificó en un 80% el cálculo de recursos y gastos, y más allá de no reunir los requisitos de necesidad y urgencia el Gobierno ha vulnerado los últimos límites que le quedan a la Ley de Administración Financiera vigente disponiendo considerables aumentos en el gasto público y en el endeudamiento del Tesoro. Así lo expresa el informe que elevaron todos los integrantes de la Comisión Mixta Revisora de Cuentas. Los números del dictamen de la AGN sobre 2007 indican que ese año las modificaciones sumaron $34.880.828.046. Es decir, el 30,81% del crédito presupuestario original. En 2008 las modificaciones llegaron a $44.248.957.006 representando el 27,40% del Presupuesto. El 80% de esas reasignaciones e incorporaciones de fondos excedentes sin control parlamentario fue realizado mediante un solo DNU, el 1472/08.
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