julio 12, 2012

El legado

Si existía algo peor, afortunadamente no se lo pudo dejar, de todos modos hoy Cristina Kirchner debe soportar la peor de las herencias, el peor de los legados. La herencia que le dejó Néstor y que desvela a la Presidenta es el poder que ostenta Hugo Moyano y usa para acecharla, si ese poder que fue magnificado, en vida, por Néstor Kirchner. El relato oficial, que purifica el pasado de él, se esmera en ignorar aquel dato y en particular que el mismo matrimonio presidencial fue el que alimento por años las ambiciones de Moyano a cambio de ser su principal fuerza de choque. Sin éxito dirigentes del peronismo le imploraron a Kirchner que sofocase la voracidad del camionero pero nunca lo hizo, y entre bromas futboleras ya que el patagónico era de Racing, y Moyano de Independiente, solían cruzar algunos mensajes después de cada fecha. Así entre pactos y concesiones, el camionero registró una expansión monumental al amparo de Kirchner. Varios intendentes peronistas se quejaban con números sobre la mesa respecto del daño que el contrato de la basura significaba para sus municipios al permitirle quedarse con cerca del 40% del presupuesto. Gobernadores y sindicalistas, a los que Moyano desafiaba o diezmada, desfilaron frente a Kirchner para rogarle que moderase al camionero.

Sin embargo el por entonces matrimonio Kirchner era el padre de esa criatura a la que todos tenían llamada Hugo Moyano. En los hechos, de la mano de Kirchner, Moyano engordó la tropa de Camioneros, fue reelecto por las buenas gestiones de Olivos como jefe de la CGT en 2007, se sentó como vice del PJ nacional y por pedido de Alberto Balestrini, como segundo del PJ bonaerense. Se expandió y cual pulpo sindical alcanzo hipermercados, transporte de caudales, cabinas de peaje a través de su hijo Facundo, granos, y amplió su presencia en el segmento combustibles. En cada disputa por encuadramiento de afiliados, Carlos Tomada por mandato de Kirchner, fallaba a su favor.  El monstruo político y sindical que se multiplicó bajo el amparo de Kirchner ya armó la primera plaza peronista contra el gobierno de Cristina. En las notas al pie ya figuran episodios como antecedentes de la ruptura que se cristalizaron y adquirieron un lenguaje combativo cuando Moyano le imputó al matrimonio Kirchner, haber lucrado en los 70 con la cavallista Resolución 1050, tarea que enriqueció a una multitud de abogados en aquel tiempo. Anteriormente, el 27 de octubre de 2010, día de la muerte de Kirchner Moyano convocó a una conferencia de prensa en la CGT donde se postuló como protector de Cristina, gesto que más tarde la Presidente entendería no como un respaldo sino como un apriete que critico con dureza. Otro fue a mediados de 2011, cuando Facundo Moyano viajó a Santa Cruz para encontrarse con Máximo Kirchner. Una minicumbre de ablande que se alteró cuando a la charla se plegó Cristina Kirchner; y le pidió; decile a tu padre que yo no me voy a dejar apretar, y Facundo trasmitió el mensaje.

Hoy Moyano suele pronunciar una frase que le cae a medida, “Cuando era aliado del Gobierno era un sindicalista corrupto pero desde que me peleo con el Gobierno me convertí en un dirigente político”. El camionero ata cabos y suma elementos para su autonconvenimiento, según una encuesta la mitad de los votantes porteños de Macri celebran su distanciamiento hostil con Cristina Kirchner y el la interpreta como virtud propia un fenómeno creado por él. Actualmente el núcleo más cercano a la Presidente, acepta hasta a aquellos a los que poco tiempo atrás detestaba, el kirchnerismo se jactaba de haber desplegado un operativo eficaz para desflecar la convocatoria de Moyano y convertir en prácticamente irrelevante el paro. Sin embargo, como dicen el tiro les salió por la culata. A todo esto, el peronismo ve que Moyano continúa, a pesar de todo, reivindicándose como kirchnerista pero sólo de uno de sus creadores, su jefe máximo; Néstor. Todavía resulta difícil pensar en una convivencia anti-K, es simple Moyano aun habiendo fugazmente endulzado los ojos de muchos detractores de Cristina, no encaja en ninguna variable electoral. La inviabilidad del camionero en las urnas populares y masivas es la única ventaja de la pesada mochila que heredo la viuda de Kirchner.

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